La autora de Gran Bretaña, que llegó a vender un libro cada seis segundos de La chica del tren (que además se fue al cine), visitó por primera vez Latinoamérica. México fue la última escala de sus viajes por Buenos Aires y Bogotá. “Desde la niñez escribo cosas oscuras”, dijo.
Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).- “Desde la niñez escribo cosas oscuras”, dijo Paula Hawkins, autora de La chica del tren y que ahora presenta Escrito en el agua, con «la creencia de que nuestra memoria nos puede engañar y a veces cuando llegamos a la edad adulta descubrimos que las historias que nos contamos sobre nosotros y nuestra familia no son ciertas y eso es algo que da muchísimo miedo. Escrito en el agua comencé a escribirla antes del éxito de mi primera novela”, expresó.
La gira latinoamericana se llamó “Mujeres conflictivas” y la editorial Planeta, impecable en la organización gracias al trabajo experimentado de Myriam Vidriales, entregó unas pastillas de menta, como para tomarnos las cosas con tranquilidad.
Ella, tranquila, aunque hubiera preferido estar en una habitación, sin teléfono a la vista, para “escribir, que es lo que más me gusta”, no quiso decir que sus mujeres “sólo son conflictivas, los hombres también lo son y lo cierto es que no escribo sobre gente pacífica”.
Claro, que a la hora de definirse, Paula Hawkins, se declaró feminista «y mis creencias pasan a mis personajes, sí escribo sobre mujeres que tienen problemas y desafíos, pero también espero que sean fuertes, que tengan respuesta a todas las situaciones que se le presentan en la vida”, afirmó.
“No tengo mensaje para los lectores, aunque siempre he estado consciente de las cosas de las que hablo, como el tema del bullying o los feminicidios, que en Gran Bretaña se dan todo el tiempo”.
Paula Hawkins nació en 1972, en Salisbury, trabajó como periodista más de quince años antes de pasarse a la ficción. Primero firmó cuatro novelas románticas, “no eran mi fuerte”, con seudónimo, “aunque con ellas aprendí muchas cosas de cómo hacer una novela”.
Nacida y criada en Zimbabue, Paula se mudó a Londres en 1989 y vive allí desde entonces. Su primer thriller, La chica del tren, se ha convertido en un fenómeno global, con más de veinte millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Se ha traducido a más de cuarenta idiomas, colocándose en el primer puesto de las listas de ventas de todo el mundo y ha sido adaptado al cine con Emily Blunt.
«No creo que haya una fórmula y no creo que haya sentido en buscar una, como autor debes escribir una historia que te interese a ti y crear personajes en los que creas. Es lo mejor que puedes hacer», dijo, al tiempo que con respecto a las reglas para la novela negra, afirmó “no creer en ninguna regla”.
“Pero estoy consciente de la novela negra y no haré nada que no espere el lector en términos formales”, remató.
A propósito del éxito crítico, dijo Paula Hawkins que lo persigue, que no estará tranquila hasta ser como Graham Greene, “que fue alguien que mantuvo prestigio y vendió mucho”.
“El mundo es un lugar complejo y peligroso y ahí estarán mis historias oscuras, para relatarlas, aunque yo no escribo en términos cinematográficos”, concluyó.