Habló de la subida del precio de la gasolina, de la bajada de las tarifas eléctricas, del impulso al deporte, del conflicto con los maestros, pero evitó tocar el tema de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa en septiembre de 2014 en Guerrero (sur), una de las mayores tragedias del México reciente.
Por Martí Quintana
México, 1 Septiembre (EFE).- El presidente de México, Enrique Peña Nieto, respondió hoy a una veintena de preguntas de jóvenes enmarcadas en la presentación de su cuarto informe de Gobierno, en un formato novedoso que le fue cómodo, pero a ratos pareció un tanto «coreografiado», como le espetó uno de los asistentes.
Este diálogo con jóvenes tuvo lugar tras la entrega al Congreso de la Unión del cuarto informe de Gobierno de su sexenio (2012-2018) y la presentación de un video promocional en el que enfatizó en los logros de México durante su mandato, si bien reconoció rezagos en el combate a la pobreza y la seguridad.
Estas ideas positivas, que abarcaban desde el auge de la inversión privada a las ayudas sociales o la creación de empleos formales, han sido la espina dorsal para responder a muchas de las preguntas formuladas por los jóvenes participantes en este simposio.
En una urna, alrededor de 300 participantes depositaron sus preguntas, que fueron elegidas al azar por el periodista Ezra Shabot.
El pistoletazo de salida lo dio un joven de Campeche, en el sureste, que le dedicó un «gracias a usted tenemos prácticamente todo», y más adelante otro adolescente de Tamaulipas, en el noreste, dijo que era «un orgullo estar frente a una persona tan importante», disparando las alarmas sobre qué tan preparado podía estar el encuentro.
En Twitter algunos usuarios hablaban de una situación «irreal» y otros de una concatenación de «spots de Gobernación, pero más triste».
No obstante, otras preguntas, especialmente las elegidas de Facebook, pusieron el dedo en la llaga y le preguntaron sobre la reunión con Donald Trump de este miércoles o el plagio de su tesis de licenciatura, que el mandatario desmintió de viva voz por primera vez, aunque reconoció «algún error metodológico».
El evento se alargó durante aproximadamente hora y media, bastante más de los 60 minutos previstos inicialmente, y en estos Peña Nieto se llevó varios aplausos de la grada, configurada circularmente a su alrededor por gente de hasta 35 años, entre ellos marinos, deportistas y discapacitados.
Habló de la subida del precio de la gasolina, de la bajada de las tarifas eléctricas, del impulso al deporte, del conflicto con los maestros, que toman como «rehenes» a los estudiantes, o de derechos humanos, donde pidió reconocer «el camino recorrido» y admitió «el que queda por recorrer».
Eso sí, sin hablar de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa en septiembre de 2014 en Guerrero (sur), una de las mayores tragedias del México reciente y que laceró enormemente su popularidad.
Sobre esta, en sus horas más bajas, hoy dijo no importarle porque «no gobierno para ella».
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El momento incómodo para el mandatario, claramente fuera de guión porque el joven fue elegido por su insistencia y no por la urna, llegó hacia el final del evento y puso de manifiesto los escasos recursos escénicos de los que dispone en ocasiones el mandatario.
José Ramón dibujó un panorama complicado para el presidente, con una popularidad «bajísima» por la falta de resultados y la incomprensión que suscita tras la reunión con el candidato republicano a la Casa Blanca. Y solo le pidió algo muy claro:
«Me gustaría preguntar acerca de eso, pero la verdad, no quisiera tener una respuesta coreografiada. No me gustaría tomar este tema como ya se ha manejado y ya podemos ver en los informes, que no nos satisfacen», dijo.
Peña Nieto respondió citando su video de presentación, al que le sumó el eslogan que ha utilizado para mostrar este cuarto informe de Gobierno: «Las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho».
En su conjunto, este evento celebrado en el Palacio Nacional se desarrolló sin tiranteces y, quizás por ello, un Peña Nieto relajado dijo que va a repetirlo en otras ocasiones.
Este formato sustituyó al tradicional mensaje que ofrecía en Palacio Nacional ante representantes de los tres poderes, empresarios y miembros de la sociedad civil.
El diálogo también tuvo momentos un tanto graciosos, como cuando Peña Nieto habló de «Hillary Trump» para rápidamente corregirse o cuando uno de los asistentes, visiblemente nervioso, formuló una pregunta tan incongruente como algunas famosas respuestas de misses en apuros en un concurso de belleza:
«¿A qué le apuesta México ahora?, porque no podemos detenernos solamente en un ingreso de esa manera (del petróleo). ¿A qué le apuesta México?, a qué le vamos a apostar en este caso a nuestra juventud, que es muy importante y enhorabuena, se está haciendo».
