El Cinebar: Un espacio itinerante de cine, tragos y malas compañías

02/09/2016 - 12:05 am

No hay butacas, por supuesto. Ni largas filas para comprar un combo de palomitas. Hay mesas, comida, cocteles y en general, ambiente de bar, que se interrumpe a medias por la proyección de una película. Un filme que parece concebido para disfrutarse entre copas. Es el Cinebar.

Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– «Pueden pedir comida y bebidas durante toda la película, pueden dejar su celular afuera, ir al baño, salir a fumar», fue la instrucción antes de que Youth de Paolo Sorrentino se comenzara a proyectar en una de las paredes de Xolo, un bar ubicado en la colonia Roma, como parte de un proyecto de cine, tragos y malas compañías.

Michelle Hallat es fundadora – junto a Luis Sierra – de Cinebar, que es básicamente la exhibición semanal de una película (que cambia cada mes) en un bar de la Ciudad de México.

“Todo nació con la idea de poder ver cine en otro formato que no fuera el tradicional, buscando que sea un contexto mucho más relajado, y que hubiera una experiencia diferente a verla en una sala. Esto surgió porque mi socio y yo íbamos mucho al cine juntos y siempre nos metíamos nuestras cervezas y decíamos que hay contenidos mucho más poderosos y fuertes que realmente no se potencializan  cuando los ves un cine que está dentro de un centro comercial», dice Michelle en entrevista con Mundano.

Foto Mundano Sinembargo
Foto Mundano Sinembargo

Y ¿a qué clase de contenidos se refiere? La creadora del Cinebar cuenta que la idea comenzó a materializarse cuando ella y Luis veían To the Wonder de Terrence Malick y observaban la experiencia de los usuarios en un cine tradicional. «Hasta llegan tarde porque vienen del trabajo, de una rutina agitada y les cuesta apagar el celular y adentrarse a un contenido que además trae como media hora de comerciales y de pronto te ponen una imagen muy poderosa, y la experiencia psicológica y visual notamos que es bastante difícil».

“Nosotros no programamos cosas demasiado ‘intelectuales’ sino que incluso sin referencias puedas disfrutar, la idea es que puedas tener un estímulo previo que te relaje, poderte echar un trago que te ponga en otro canal, que te saque de la rutina y que no sean sólo palomitas. Con contenidos que no son fáciles, pero tampoco es que sean complicados sino que necesitas tener cierto grado de sensibilidad o estar en cierto mood para poder apreciarlos», dice.

Fue así como hace dos años comenzaron en un bar de la Roma, y han estado moviéndose cuando los compromisos de los bares empatan con las funciones o cuando la calidad del servicio baja, aunque acepta se ha complicado encontrar sitios disponibles.

«No ha sido tan fácil encontrar aliados a nivel sede porque en general al ámbito restaurantero no le gusta un evento fijo porque tienen otros eventos y necesitan cierta flexibilidad, entonces ahora hemos podido colaborar con los bares que sí se pueden comprometer a tener una fecha una vez a la semana y la idea era crear un público que ya supiera que los miércoles en algún bar iba a haber Cinebar, entonces gracias a la constancia ya hay un público que regresa aunque cambiemos de sede y regresa cada mes.

Además de hacer trato con los bares y restaurantes, trabajan directamente con las distribuidoras para adquirir los derechos de las películas, tales como CineCanibal, Interior XIII, Mantarraya, Universal y Artegios, y han entrado en las programaciones de algunos festivales como MICGénero y DocsDF.

#YOSOYCINETÍLICO

Tacos
Una Tercia De Tacos Para La Cena Foto Mundano Sinembargo

Para elegir su programación piensan siempre en enriquecer la experiencia que llaman «cinetílica», «en la que pueda haber ciertos distractores, y que pueda funcionar un servicio dentro de toda la función. Sí buscamos que sea un contenido que te dé un poco más, en relación a que salga de la narrativa convencional, o que te hable de otro país o que sea otro tipo de historia a la que estamos acostumbrados en un cine comercial, que conviva dentro de la experiencia de un bar pero que también te aporte algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en un cine comercial», dice Michelle Hallat a Mundano.

El Cinebar va entonces dirigido a aquellas personas que sin ser exactamente cinéfilas, se interesan por consumir películas distintas a la programación comercial, y que tal vez no están tan al pendiente de la cartelera de los festivales o de cine de arte e independiente.

“La recepción ha sido súper positiva, a mucha gente le encanta poder estar viendo cine y poder estar cenando y echándose un trago de calidad», continúa.

Pero, y a todo esto, ¿en dónde están las malas compañías? «Es pensando justamente en el ambiente del bar y de que son contenidos cero puritanos, llega gente que no se espera ver lo que iba a ver en un bar, son muy confrontativos o contenidos incluso sexualmente explícitos, y abordamos temas bastante difíciles».

Para muestra, en septiembre exhibirán Te Prometo Anarquía, con la presencia de su director Julio Hernández en la primera proyección.

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Cinebar. Actualmente en Xolo: Av. Monterrey esquina Tapachula, Col. Roma Norte.

Costo: $60

Reservas por mensaje de Facebook.

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Daniela Medina
en Sinembargo al Aire

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