Budapest/Múnich, 2 sep (dpa) – Miles de refugiados pasaron la noche en difíciles condiciones en los alrededores de la estación Este de Budapest, a la que hoy por segundo día consecutivo no pudieron acceder.
La policía húngara controló el edificio de la estación, al que no dejaron entrar ni siquiera a los refugiados que tenían billetes de tren para Alemania.
Las autoridades húngaras permitieron viajar a los refugiados el lunes, pero el martes volvieron a impedírselo y les negaron el acceso a la estación Este de la capital.
Según estimaciones de testigos y voluntarios, junto a la estación y en el subterráneo del metro cercano están acampadas entre 2 mil y 3 mil personas. Las condiciones sanitarias son críticas, con sólo cuatro baños portátiles para la multitud. La única ayuda llegó a través de la asociación Migration Aid, que repartió ropa y comida.
Tras el cierre de la estación de Budapest, esta noche no llegó ningún refugiado más a la estación de ferrocarril de Múnich, en Alemania. El último tren llegó sobre la 1 de la madrugada (23:00 GMT) pero entre los pasajeros no había ningún refugiado, explicó un portavoz de la policía.
Esta mañana volverán a circular trenes procedentes de Hungría, pero según la policía por el momento no está claro si en ellos llegarán refugiados.
Hasta primera hora del la noche del martes llegaron 2.100 refugiados, que fueron registrados y trasladados en autobuses hasta centros de acogida inicial. La llegada de trenes desde Hungría generó una oleada de solidaridad en Múnich. Cientos de personas llevaron a la estación alimentos, ropa, cepillos de dientes, pañales y otros artículos para quienes llegaban.