El estudio, que recabó los datos durante la primera ola de la pandemia en residencias catalanas, señala que «algunas comorbilidades y síntomas tienen un fuerte valor predictivo en la mortalidad».
Madrid, 2 de agosto (Europa Press).- Expertos del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, en cooperación con la Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA), ha publicado recientemente en la revista PLOS One el estudio más extenso de Europa sobre el comportamiento de la COVID-19 en el ámbito residencial.
La investigación tuvo lugar durante la primera ola de la pandemia de coronavirus, entre el 1 de marzo y el 31 de mayo de 2020, y analizó la situación de 2 mil 092 personas positivas en COVID-19 de 80 residencias catalanas, según un comunicado este viernes.
El trabajo concluye que «algunas comorbilidades y síntomas tienen un fuerte valor predictivo en la mortalidad» y permite extraer conocimientos aplicables al manejo clínico y la prevención de infecciones como el coronavirus en las residencias.
Clinical characteristics of COVID-19 in older adults. A retrospective study in long-term nursing homes in Catalonia https://t.co/nMpaD5QV1N #covid19
— Steve™ (@genomeorganizer) July 28, 2021
Indica que los usuarios de los asilos son «un colectivo vulnerable ante la COVID-19, teniendo en cuenta los altos índices de infección y de mortalidad», y señala que sus síntomas más frecuentes fueron la fiebre, la dificultad respiratoria, la tos, la astenia y la diarrea.
Concretamente, los síntomas con más presencia entre la población fueron la fiebre (50 por ciento) y la disnea (28 por ciento), «cifras aún más elevadas si sólo se analiza los residentes con síntomas», que respectivamente supusieron 71 por ciento y el 40 por ciento.
29 POR CIENTO DE ASINTOMÁTICOS
Entre las personas que contrajeron la enfermedad, el 71 por ciento presentaron síntomas, aunque «tuvieron una persistencia diferente dependiendo de cada caso», mientras que el 29 por ciento restante contrajeron el virus de forma asintomática o paucisintomático, con síntomas leves.
Durante el periodo analizado, el coronavirus tuvo una incidencia del 28 por ciento y unas cifras de defunciones «muy elevadas», según el comunicado, alcanzándose una mortalidad acumulada del 21.75 por ciento en la primera ola de la pandemia.
El estudio ha estado liderado por el jefe de Enfermedades Infecciosas y jefe del Grupo de Investigación en Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), Benito Almirante, y ha contado con la participación de otros nueve investigadores.