Tras criticar a las autoridades deportivas bielorrusas por forzarla a participar en el relevo de 4×400 en Japón, la atleta Krystsina Tsimanouskaya dijo temer por su seguridad si regresara a Bielorrusia. Polonia anunció haberle otorgado un visado humanitario.
Por Gonzalo Robledo
Japón, 2 de agosto (RFI).- La atención de los Juegos Olímpicos de Tokio está centrada en el paradero de la atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya, que este domingo a través de las redes sociales había mandado un mensaje manifestando temor por su integridad física si volvía a su país.
Fuentes oficiales japonesas confirmaron este lunes que la corredora de 24 años se encuentra en lugar seguro mientras que Polonia le ha ofrecido un visado humanitario y la posibilidad de continuar su carrera deportiva en ese país.
Después de competir en los 100 metros, Tsimanouskaya fue retirada de las competiciones por miembros de la federación olímpica de su país y llevada al aeropuerto de Haneda en la capital nipona. Allí la atleta pidió auxilio a la policía japonesa y denunció en las redes sociales que estaba siendo obligada a abandonar Japón.
El presidente del Comité Olímpico de Bielorrusia es Viktor Lukashenko, hijo del Presidente del país Alexander Lukashenko.
Ambos están vetados de asistir a Tokio 2020 por la supuesta discriminación contra los atletas que protestaron la controvertida reelección del mandatario.
El domingo por la noche, Tsimanouskaya denunció que había sido obligada a retirarse de los Juegos Olímpicos por su seleccionador Yuri Moiseyevitch y que posteriormente responsables del Comité Olímpico Bielorruso le habían acompañado al aeropuerto para ser devuelta a su país.
Unos días antes, la deportista criticó duramente a la Federación de Atletismo de su país por obligarla a participar en el relevo de 4×400 metros, cuando inicialmente debía correr las pruebas de 100 y 200 metros, debido, según ella, a que otros dos velocistas bielorrusos no hicieron suficientes controles antidopaje.
En una entrevista al medio digital by.tribuna.com, Tsimanouskaya aseguró tener «miedo» de ser encarcelada si regresaba a Bielorrusia y pidió la intervención del Comité Olímpico Internacional.
Este incidente se produce en momentos en los que el régimen del Presidente bielorruso Alexander Lukashenko reprime a los opositores, periodistas y militantes para tratar de detener el movimiento de contestación originado en 2020 contra su reelección a un quinto mandato.
