D’Ávila aspira a convertirse en la segunda mujer en alcanzar la Presidencia brasileña, tras Dilma Rousseff, y a heredar los votos que queden huérfanos en caso de que el Tribunal Electoral finalmente declare inelegible a Lula.
Brasilia, 1 de agosto (EFE).- El Partido Comunista do Brasil (PC do B), el más firme aliado de Luiz Inácio Lula da Silva desde 2002, puso hoy fin a esa larga alianza con la postulación de Manuela d’Ávila como candidata a las presidenciales de octubre en momentos en que el ex mandatario insiste en disputar los comicios.
La joven periodista y ex Diputada federal de 36 años fue elegida este miércoles por aclamación como la candidata de los comunistas a la Jefatura del Estado tras el fracaso de las negociaciones de las formaciones de izquierda para unirse en torno a un aspirante único.
Su postulación dejó clara la decisión del PC do B de contar con candidato Presidencial propio tras haber apoyado desde 1989 los aspirantes postulados por el Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, y de haber sido aliado incondicional de sus gobiernos desde 2002.
La dirección del PC do B ya había dejado claro que no secundaría este año la decisión del PT de postular nuevamente a Lula a la Presidencia ante la posibilidad de que su inscripción como candidato sea anulada por la justicia electoral debido a que el líder socialista está virtualmente inhabilitado por haber sido condenado en segunda instancia por corrupción.
Los dirigentes comunistas negociaron hasta la víspera con otros partidos de izquierda la posible unión en torno a un candidato único pero la insistencia del PT en mantener la candidatura de Lula y la negativa del Partido Democrático Laborista (PDT) a retirar la del ex Ministro Ciro Gomes impidieron cualquier avance.
Sin acuerdos, el PC do B decidió postular candidato propio a la Presidencia por tercera vez en sus casi 100 años de historia.
En los últimos 30 años, desde 1989, se abstuvo de hacerlo por su fiel alianza con el Partido de los Trabajadores, que lo llevó a apoyar las candidaturas de Lula en 1989, 1994, 1998, 2002 y 2006 y las de Dilma Rousseff en 2010 y 2014.
La propia D’Avila, actualmente Diputada regional por Río Grande do Sul pero que ya fue Diputada federal por dos mandatos (2007-2015) y concejal de Porto Alegre (2005-2008), recordó que pocas veces el Partido Comunista optó por una candidatura propia y que ahora lo hace por la necesidad de «construir una salida para la grave crisis que el país enfrenta».
La aspirante, no obstante, aprovechó su discurso en la convención para criticar la situación de Lula, que está encarcelado desde el 7 de abril pasado para cumplir una condena a 12 años de prisión por corrupción.
«De toda esa persecución el punto más alto es su encarcelamiento. Lula está preso porque lidera las encuestas de intención de voto. Lula está preso porque, si estuviera libre, vencería las elecciones», afirmó la dirigente comunista tras calificar al expresidente como un «preso político» víctima de una persecución judicial.
Agregó que, pese a la decisión del partido de postular su candidatura, la formación seguirá luchando hasta el último momento por la unidad de la izquierda de cara a las presidenciales.
«Soy candidata porque creemos en la necesidad de mantener en los próximos 60 días la bandera de pedir la liberación de Lula, preso injustamente por ese estado de excepción. Soy candidata porque creo que la unidad de la izquierda tiene que ser defendida hasta el último día posible», dijo.
En su discurso en la convención, D’Ávila citó algunas de las que serán sus principales banderas electorales y colocó como prioridad la convocatoria de un referendo para revocar la reforma laborista aprobada el año pasado por el Congreso tras ser presentada por el Presidente Michel Temer.
La dirigente, que se afilió al PC do B en 2001 tras haber destacado como líder de la Unión de la Juventud Socialista (UJS) y la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE), igualmente citó como puntos de su programa de Gobierno una reforma tributaria que disminuya los impuestos sobre los más pobres y que eleve la carga sobre los capitales y las actividades especulativas.
D’Ávila, dos veces derrotada cuando disputó la Alcaldía de Porto Alegre (2008 y 2012), también defendió una reforma a la seguridad pública y el fortalecimiento de las políticas existentes para la salud y la educación.
D’Ávila aspira a convertirse en la segunda mujer en alcanzar la Presidencia brasileña, tras Dilma Rousseff, y a heredar los votos que queden huérfanos en caso de que el Tribunal Electoral finalmente declare inelegible a Lula.
Además de ser líder absoluto en los sondeos de cara a las presidenciales, con cerca del 33 por ciento del favoritismo, las encuestas indican que muchos votantes apoyarán al candidato que reciba el respaldo de Lula.