«Los Chuchos» medirán fuerzas hoy con el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera en la elección del nuevo dirigente del Partido de la Revolución Democrática, luego de dos renuncias seguidas: la de Carlos Navarrete Ruiz y la de Agustín Basave Benítez.
Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).- Las «tribus» o corrientes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se alistan para este sábado elegir en el Consejo Nacional al próximo presidente que sustituirá a Agustín Basave Benítez, quien renunció hace unos días por no poder lidiar con las distintas expresiones al interior de la fuerza política.
Esta semana el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) aprobó la convocatoria para este 2 de julio, sin antes ver nacer a una nueva «tribu» integrada por Fernando Belaunzarán,coordinador de «Los Galileos» y Jorge Martínez. Con el registro de la nueva corriente, suman ya 17 al interior del partido. La mayoría de ellas pequeñas y sin mucha representatividad por si solas, pero que al momento de votar se unen en bloques para apoyar la propuesta de las corrientes dominantes actualmente, Nueva Izquierda o «Los Chuchos» y Alternativa Democrática Nacional (ADN) a nivel nacional.
El Consejo que votará el próximo domingo está conformado de la siguiente manera: la corriente de Jesús Ortega NI encabeza con 36 por ciento de los votos totales al elegir al consejo actual, mientras que las de ADN, corriente que lidera Héctor Bautista, se quedó con 21.9 por ciento. La expresión que lidera René Bejarano Martínez, Izquierda Democrática Nacional (IDN), obtuvo apenas 16 por ciento de los votos.
Sin embargo ADN ha realizado un bloque con la corriente local y más fuerte de la Ciudad de México Vanguardia Progresista, encabezada por Héctor Serrano Cortés, ex Secretario de Gobierno del GDF y ligada al Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, para apoyar a Alejandra Barrales Magdaleno, Secretaria de Educación, quien aspira a la dirigencia nacional.
En contraparte «Los Chuchos» apuestan por apoyar la candidatura de la secretaria general del PRD Beatriz Mojica Morga. Aunque la expresión Nueva Izquierda posee la mayor parte de los consejeros, requiere de hacer bloques para poder imponer a sus candidatos, por lo que para este sábado no hay aún nada definido. Los perredistas discutirán si el nuevo dirigente terminará el periodo de Agustín Basave o si se extenderá para encargarse de las elecciones Presidenciales de 2018.
Gustavo López Montiel, experto en partidos políticos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), indicó que lo que más le conviene al partido es elegir a un presidente interino que concluya el periodo de Agustín Basave y después llame a elecciones para una nueva dirigencia con miras a 2018.
“Lo que más les conviene es elegir un presidente que termine el periodo, porque las condiciones políticas van cambiando, habrá que ver que este próximo presidente no se desgaste hasta 2018. Que no esté desgastado por la elección de 2017”, dijo.
López Montiel recordó que la elección más importante en puerta es la de 2018, en donde el dirigente de cada uno de los partidos tendrá en sus manos las negociaciones de las candidaturas.
“Habrá que ver qué decisión toman: si mantienen un presidente que cubra nada más el periodo de Basave o si eligen a uno que se vaya de corrido hasta 2018”, añadió.
LA RENUNCIA DE BASAVE FUE PORQUE NO PUDO CON «TRIBUS»
La renuncia de Agustín Basave Benítez a la dirigencia del PRD profundizará la crisis de la fuerza política en los próximos meses, coincidieron analistas consultados por SinEmbargo.
Se trata de una dirigencia de siete meses, en donde Basave Benítez, quien llegó avalado por las dos principales corrientes internas “Los Chuchos” y ADN de Héctor Bautista López para sustituir a Carlos Navarrete Ruiz (quien también renunció), terminó por renunciar sin la compañía de ninguno de los líderes que lo respaldó.
“Desde hace rato el PRD está en crisis. El hecho de que haya llegado Basave, casi casi pusieron un aviso oportuno diciendo que necesitaban quien se hiciera cargo de los restos del partido para administrarlo, hablaba ya de esa crisis. Esta renuncia puede implicar una crisis mayor, porque para determinar quién dirija, eso será una cena de negros, las banditas uniéndose para ver si desbancan a ‘Los Chuchos’, porque aunque tienen poder, van a tener que consensuar con las otras tribus, principalmente con sus aliados del Estado de México, con Bautista que tiene sus negocios aparte con el Gobierno federal. Entonces claro que sí se profundiza la crisis, están en un problemón porque el PRD está en su acabose”, dijo Telésforo Nava Velázquez, investigador y experto en la izquierda mexicana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante una conferencia de prensa en la sede nacional del partido, Basave indicó que creyó que podría situarse por “encima de las corrientes y ser una suerte de árbitro, pero el tiempo me demostró no ser posible”.
A través de una carta dirigida al CEN del PRD, Basave expresó que “en virtud de que no estoy dispuesto a afiliarme a una corriente ni a formar parte de un bloque y dado que en estas circunstancias la gobernabilidad es más que precaria, he decidido renunciar a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRD. Mi decisión es irrevocable”.
Basave también dijo que fue el PRD el que, debido a que las corrientes internas del partido “actúan en más de un sentido como si cada una de ellas fuera un partido político”, que el partido “siempre ha sido difícil de dirigir”, y debido a que presentaba “problemas de gobernabilidad”, fue que “el partido intentó una nueva movilidad de liderazgo: un presidente ‘externo’, sin corriente, que se situara por encima de los grupos y arbitrara sus conflictos”.
En ese sentido, el líder perredista explicó que aceptó el desafío “movido por mi anhelo de forjar una opción socialdemócrata que a mi juicio le hace mucha falta a México y por mi determinación de combatir la restauración autoritaria y la corrupción rampante del actual régimen priísta”.
Sin embargo, de acuerdo con él, la normatividad interna y la cultura política imperante obstaculizaron su presidencia, a tal grado que, a tan sólo dos meses de haber asumido el cargo, tuvo que proponer su renuncia para afianzar su autoridad y sacar adelante las alianzas que consideró indispensables para derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y “crear buenos gobiernos para los mexicanos”.
Además, detalló que sus acciones “provocaron francas agresiones y actitudes carentes de una mínima institucionalidad de parte de algunos de los miembros del CEN y una serie de desencuentros con el jefe de Nueva Izquierda, todo lo cual llevó soterrada y paulatinamente al PRD a rondar la ingobernabilidad y a un desgaste de mi dirigencia que no puede revertirse”.
Nueva Izquierda está dirigida por Jesús Ortega Martínez, quien apoyó la llegada de Basave Benítez en noviembre del año pasado, para quien incluso se modificó el Estatuto, pues acababa de afiliarse al partido y de acuerdo con las normas anteriores, no podía postularse a la dirigencia.
“Basave fue demasiado ingenuo al creer que iba a poder dirigir ese partido, donde hay un cacique muy consolidado y autoritario de ‘Los Chuchos’ y de Jesús Ortega. Eso le pasó a Basave, no sé si fue ingenuidad o quiso él ser el presidente del partido y no evalúo lo que tenía que suceder. Se tuvo que ir porque es una cultura, una subordinación y es muy difícil armar un equipo para trabajar”, opinó Nava Velázquez.
Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ), coincidió con Telésforo y agregó que Basave al renunciar “reconoce la crisis latente y que el partido está en peligro”.
Bravo Peralta agregó que la renuncia del dirigente también se debe a los resultados que obtuvo el partido en los comicios del 5 de junio.
“El PAN[Partido Acción Nacional] recuperó posiciones, Morena [Movimiento Regeneración Nacional] se convierte en la opción de izquierda y el PRD se deslava, que ya estaba en crisis con el Gobierno del DF, su bastión, hemos visto como en las dos últimas elecciones de delegados, diputados federales, es Morena quien se ha ido apoderando de la ciudad. Se antoja que para 2018, si el PRD no hace algo, será arrasado en el DF”, dijo.
De acuerdo con los resultados de la elección pasada, el Sol Azteca perdió Oaxaca – la entidad que gobernaba en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), Convergencia y el Partido del Trabajo (PT)– y no obtuvo ninguna victoria en los estados en donde fue solo y, en donde ganó la coalición con el blanquiazul, no es el partido dominante.
Oaxaca y en Zacatecas, dos de las alianzas que el presidente del PRD Agustín Basave Benítez consideró exitosas con el PAN y cuya candidatura estaba encabezada por los perredistas José Antonio Estefan y Rafael Flores Mendoza, el perredismo fue derrotado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En estados como Hidalgo, Sinaloa e Hidalgo el perredismo no pudo consolidar alianzas con el PAN y perdió frente al tricolor. En entidades en donde fue en alianza como en Veracruz y Quintana Roo, los candidatos ganadores salieron de las filas del PAN.
Los analistas políticos advirtieron que se trata claramente de la debacle del perredismo en el país, que inició con el descalabro de 2015 en la Ciudad de México en donde perdió más de la mitad de las delegaciones donde gobernaba y vio reducido su porcentaje global nacional.
“Estos resultados [los de la Ciudad de México] van a combinar con otros a nivel nacional y al PRD le presentan un panorama muy negativo para el PRD”, dijo María Eugenia Valdés Vega, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa.
En la Ciudad de México el PRD cayó de nuevo frente a Morena al perder la mayoría de los asambleístas para el Constituyente. Y a nivel nacional el Sol Azteca se ubicó como cuarta fuerza política y en varios estados fue desbancado por Morena.
El partido que lidera López Obrador se colocó como primera fuerza política en la ciudad, confirmando su triunfo de 2015, el Sol Azteca quedó en un segundo puesto, seguido del PAN y del PRI.
“El PRD está condenado a perder el 50 por ciento en las siguientes elecciones y se empieza a incrementar ese porcentaje. Tiene que hacer algo, sino se verá en serios problemas porque quedará del tamaño del PT y ya no serán un partido con un rol protagónico. Hay que ver a quién ponen como dirigente, porque quien lo haga se estará sacando la rifa del tigre para el 2018, porque el PRD o se mantiene, recupera o desaparece”, indicó Virgilio Bravo.
El Sol Azteca, agregó Bravo Peralta, se convirtió de la mano de “Los Chuchos” en el partido que pacta con el poder, aunque en ello tengan que sacrificar a la fuerza política.
“Lo que está pasando es la factura, porque del otro lado tienen a un rival en Morena, frente a aquellos que han vendido a la izquierda, le están arrebatando el DF al PRD, algo que ya está muy anunciado para 2018”, consideró.
LOS CHUCHOS DEBILITADOS
Después de su derrota al frente del PRD, Carlos Navarrete básicamente se perdió. Se separó de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, aunque no a niveles de divorcio. Aceptó dicen, ser asesor en algunos temas del Presidente Enrique Peña Nieto.
“Los Chuchos” que desde 1994 han operado gran parte de la vida interna del partido, no sólo perdieron a Navarrete. Su grupo ha entrado en un proceso de degradación, que casi los puede llevar a su ruina. El PRD tiene 25 integrantes en su Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Sólo cinco pertenecen a la corriente que encabezada durante más de dos décadas por Zambrano y Ortega.
Dieciséis son parte de un bloque que no comulga con ellos, otros dos votos, el del presidente y secretario de finanzas, tampoco operan más con “Los Chuchos”.
Guadalupe Acosta Naranjo ha planteado sus diferencias con el PRD que dirige Agustín Basave Benítez y algunos lo ven ya fuera del Sol Azteca e integrándose al Partido Acción Nacional (PAN).
De esta manera en apenas 19 meses –desde que estalló la crisis de Ayotzinapa hasta nuestros días–la corriente líder que administró presupuestos de bancadas y del partido, entró en un declive que es casi paralelo al del partido.
“El problema de ellos [‘Los Chuchos’] es que el partido no fue en todos estos años un tema de sobrevivencia política. El problema es que se les volvió una operación económica”, dijo una fuente a SinEmbargo.
La corriente que encabeza Jesús Ortega y Zambrano además es considerada por varios analistas, como la fracción que encabezó el declive y la desbandada de líderes durante los últimos tres años.
Desde la llegada de Peña Nieto al poder, “Los Chuchos” han formado parte activa en el desdibujamiento y pérdida de identidad del partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y otros líderes de izquierda hace 27 años.
Ayer en una conferencia de prensa la secretaria general del partido Beatriz Mojica Morga, los secretarios del CEN de Nueva Izquierda y Ángel Ávila, presidente del Consejo Nacional, anunciaron un posicionamiento y llamaron a trabajar la unidad «en la diversidad».
«Debemos privilegiar en todo momento las coincidencias en todo momento, entendiendo que México necesita un PRD fuerte. El PRD debe guiar su acción de cara la ciudadanía, con una visión integral. La sustitución del dirigente a nivel nacional no es un tema de nombres, sino de estrategias, esta sustitución es una eventualidad que se nos presentó y que debe resolverse en su justa dimensión. Lo más importante es el renovado papel que debe tomar el PRD en la vida política del país», dijo Mojica.
La aspirante a la dirigencia pidió dejar los conflictos internos y analizar la estrategia electoral basada en amplias alianzas con la izquierda y con otras fuerzas políticas.
«En esta elección solo habrá un cargo a sustituir, el PRD está cubierto, la dirigencia del PRD puede seguir funcionando, vamos a tomar con calma lo que va a pasar el 2 de julio», indicó Mojica.