La misteriosa autora italiana ofrece en su tetralogía que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Nanú y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, la violencia antes que la racionalidad, los sueños de la riqueza y el poder, construyen una realidad paralela en un barrio pobre donde suele primar la ley del más fuerte.
Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).- “Lo que deseo con fervor es que hubiera tantas novelas buenas para leer que no nos alcanzara el tiempo para ello. Me ha pasado recientemente con la obra de Elena Ferrante (escritora napolitana nacida en 1943). Me llevé todos sus libros a casa y pensé que me iba a ocupar todo un año leerlos y los acabé en tres semanas. Es un genio”, dijo Jonathan Franzen con voz firme en la pasada Feria Internacional del Libro en Guadalajara.
¿Quién es Elena Ferrante, la escritora de la que habla Salman Rushdie, la que ha decidido mantener escondida su identidad, de la que algunos dicen incluso que es un hombre nacido en Nápoles que ahora vive en Turín?
Ha llegado a México recientemente la novela La amiga estupenda, una de las cuatro que forman la tetralogía que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Nanú y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, la violencia antes que la racionalidad, los sueños de la riqueza y el poder, construyen una realidad paralela en un barrio pobre donde suele primar la ley del más fuerte.
Podría decirse que por esos azares editoriales, Lumen ha traído a Ferrante en el tiempo justo a nuestro país, para que los lectores aprendan a leerla sin las exageraciones con que ha sido presentada en el resto del mundo y sin las suspicacias lógicas que vienen siempre luego de que acontece un boom literario.
Ni las suspicacias ni las exageraciones alcanzan para describir la literatura “vintage” de la napolitana, llamada por los críticos como “la nueva Elsa Morante”, en referencia a la célebre autora italiana fallecida a los 73 años en 1985, una de las más importantes en la segunda mitad del siglo XX.
Ferrante conduce una literatura “vieja” en el mejor sentido de la palabra: regresa a ese naturalismo a lo Zola o a lo Balzac por el medio del cual se conforman caracteres y situaciones anclados a un paisaje, una atmósfera, una comunidad.
Es el ser humano que percibe su destino ligado al de sus vecinos y es la historia en donde la voz popular condiciona el futuro de los individuos; es esa lucha entre los deseos del ser y las obligaciones del entorno, el amor como un equívoco, los lazos como una posibilidad de subir en la escala social, la amistad como paradigma que forja la personalidad, la desafía.
Es una literatura “a la antigüita” porque sin saber cómo lo hace -¿eso que se llama talento narrativo?-, Ferrante logra casi la misma sensación de las primeras lecturas, cuando un libro ocupa espiritual y físicamente al lector, ávido por conocer cómo sigue el cuento, cómo se resolverán los conflictos.
Precisamente, como “un triunfo de los lectores” considera la periodista mexicana Myriam Vidriales el auge de la autora italiana, al tiempo de relativizar su tan mentado misterio y anonimato.
“Quien tiene la suerte de leer a Ferrante sabe mucho más de ella que lo que se dice. Sabe para empezar y sin ninguna duda, que es mujer. Sabe que no hay adjetivos que alcancen a describir sus historias… Implacables, sobrias, despiadadas, profundas, violentas, sorprendentes, son palabras que no abarcan el telar de impresiones que provocan”, escribe Vidriales en su columna de La libreta de Irma Gallo.
“Quien ha leído a Ferrante queda deslumbrado por sus personajes, mujeres de este tiempo, empujadas a los límites por su circunstancias y emociones, capaces al mismo tiempo de ser crisol de las más cerebrales (y sensacionales) reflexiones sobre el amor y el desamor, sobre la amistad, sobre la desesperanza, sobre la maternidad, la vida. Es decir: sobre todo lo que importa”, afirma.
“En una escena literaria en donde el culto a la personalidad es elemento imprescindible para el bienestar emocional de todos los involucrados, que el triunfo de Ferrante se sustente en la confianza intrínseca que tiene ella en sus lectoras y sus lectoras –hay que recordarlo siempre, este mundo es de las lectoras—el regreso a la semilla. La prueba de que aún hay autores con suficiente seguridad en mismos, editores capaces de creer y arriesgarse por ellos y miles de lectores apasionados, que le devuelven a los libros su extraordinaria y alquímica naturaleza. Sólo por esto Ferrante y sus editores italianos merecerían todos los premios. Aunque pensándolo bien, ya han ganado el único que importa… Y no es poco”, agrega.
LOS LIBROS DE ELENA FERRANTE EN ESPAÑOL
En 2010 Lumen publicó un volumen titulado Crónicas del desamor, donde se reunían las tres novelas para el público adulto publicadas por Elena Ferrante a lo largo de los años, dos de las cuales fueron llevadas al cine: I giorni dell’abbandono, dirigida por Roberto Faenza y L’amore molesto, de Mario Martone.
Luego vino la saga compuesta por La amiga estupenda, Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y finalmente La niña perdida, un cuarto volumen que cierra una obra destinada a convertirse en un clásico de la literatura europea del siglo XXI.
“No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es ni más ni menos que un buen modo d
“El reto para quien escribe es llenar la distancia entre lo que vives y lo que cuentas, sentir físicamente el impacto de la narración, acercar el pasado de las personas a las que hemos querido, de las vidas ajenas tal como las hemos observado…Una historia, para tener forma, tiene que cruzar muchas barreras. A menudo, empezamos a escribir demasiado pronto, y las páginas aún están frías. Solo cuando la historia se acopla a nosotros como un guante, ha llegado el momento de contarla”, expresó.