Se ha ordenado una auditoría sobre esa cuestión en las 87 catedrales que son propiedad del Estado francés, en todos los monumentos importantes y grandes museos.
París, 2 mayo (EFE).- Francia reforzará las medidas de seguridad en las catedrales y otros monumentos cuando se realizan obras tras el incendio de Notre Dame de París, que se inició en una zona donde se hacían trabajos de restauración, aunque todavía no se sabe si hubo fallos y si se pueden fijar responsabilidades.
El Ministro francés de Cultura, Franck Riester, señaló que quiere más presupuesto para preservar el patrimonio porque «tendremos que ir más lejos en los dispositivos de seguridad por incendios».
En una entrevista publicada este jueves por el diario Le Parisien, Riester indicó que ha encargado una auditoría sobre esa cuestión en las 87 catedrales que son propiedad del Estado francés y en «todos los monumentos importantes», como grandes museos.
Insistió en mostrarse prudente sobre las razones del incendio de Notre Dame el pasado 15 de abril. Se limitó a repetir que «a priori el fuego se inició en la aguja por una razón que se ignora» y criticó a los que hablan de carencias en los medios que se utilizaban para su restauración.
En todo caso, afirmó que están a resguardo los elementos más frágiles, a excepción de dos cuadros y dos estatuas de piedra del siglo XVIII que se encuentran en el crucero, adonde no se ha podido acceder por razones de seguridad.
Riester aseguró que todas las donaciones que se han hecho para su reconstrucción «irán a Notre Dame de París, no a otra cosa», y criticó la polémica que se generó en Francia por los cientos de millones de euros que han prometido grandes empresas, a las que se acusaba al mismo tiempo de evitar pagar impuestos y no tener la misma generosidad para otras causas.
«Sólo en Francia se critica a los que dan dinero para ese tipo de causas, el arte y la cultura. Yo se lo agradezco», dijo.
El ministro justificó el proyecto de ley que ha impulsado para acelerar los plazos de reconstrucción y responder al objetivo del Presidente francés, Emmanuel Macron, de finalizarla en cinco años.
Consideró que «está bien que el presidente tenga un objetivo ambicioso», pero a continuación puntualizó que «está claro que la prioridad no es la rapidez, sino la calidad de las obras. Queremos que esta restauración sea ejemplar».
Riester no quiso adelantarse sobre si la reconstrucción se hará de forma idéntica o incluyendo elementos modernos, algo que decidirá el Estado, en concertación con la diócesis y el Ayuntamiento de París.