Intensos combates reavivan el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán

02/04/2016 - 5:18 pm

Los combates estallaron después de que en febrero Azerbaiyán protestara ante Rusia, principal aliado de Armenia, por la concesión de un crédito de 200 millones de dólares para la compra de armamento pesado.

Foto Efe
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Por Misha Vignanski y Farid Grajamánov

Tiflis/Bakú, 2 abr (EFE).- Los intensos combates entre tropas de Armenia y Azerbaiyán reavivaron hoy el conflicto por el control del enclave de Nagorno Karabaj, cuya soberanía enfrenta a ambos países desde 1988.

Los enfrentamientos, que tuvieron lugar «a lo largo de toda la línea del frente», son los más cruentos desde la entrada en vigor del alto el fuego en 1994, que puso fin a una guerra que causó unos 25 mil muertos.

Como es ya práctica habitual, Armenia y Azerbaiyán se acusaron mutuamente de violar la tregua, hostilidades en las que habrían muerto tanto militares como civiles de ambos bandos.

A primera hora de la mañana estallaron los choques armados en la frontera de Nagorno (Alto) Karabaj, iniciados supuestamente por el Ejército azerbaiyano, que habría lanzado una ofensiva general con armamento pesado para «romper las líneas enemigas», según Armenia.

«Por primera vez desde el alto el fuego de mayo de 1994, el enemigo empleó toda clase de armamento: aviación, artillería pesada y lanzaderas de misiles», denunció Albert Andrián, portavoz de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj.

Al repeler ese ataque azerbaiyano, las tropas armenias y karabajíes habrían asestado numerosas bajas al enemigo, entre las que figurarían un número indeterminado de soldados -unos 200, según algunas fuentes, aunque Bakú sólo admitió doce-, además de dos helicópteros, tres tanques y varios drones.

Fuentes oficiales karabajíes dieron cuenta de la muerte esta mañana de dos niños durante los bombardeos de Azerbaiyán, que utilizó las temidas lanzaderas múltiples de misiles Grad, uno de cuyos proyectiles cayó en el recinto de una escuela.

La intensidad de los combates obligó a las autoridades separatistas del Karabaj a evacuar a la población civil de la zona fronteriza con Azerbaiyán y trasladarla al interior y a la capital de la república, Stepanakert.

La escalada de la tensión en Nagorno Karabaj, donde las escaramuzas de mayor o menor magnitud son constantes, sorprendió a los presidentes de Armenia y Azerbaiyán de viaje en Washington, donde asistían a la cumbre nuclear.

El presidente armenio, Serge Sargsián, tomó el vuelo de regreso y convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional en el que propuso suscribir un acuerdo de asistencia militar mutua con Nagorno Karabaj.

«Durante mi reunión en Washington con el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, y el secretario de Estado, John Kerry, les pedí que calmaran a Bakú, para que no violara la tregua. Pero, como hemos visto, sólo horas después la situación cambió», dijo.

Por su parte, Azerbaiyán denunció que fueron los ataques armenios con artillería pesada, morteros y lanzagranadas contra varias localidades fronterizas, donde habrían muerto civiles, lo que habría desatado su contraofensiva.

«La responsabilidad por la situación creada recae plenamente en Armenia como Estado agresor y ocupante. La comunidad internacional debe condenar firmemente los ataques con artillería de Armenia», declaró Hikmet Hadjiyev, portavoz de la Cancillería azerbaiyana.

Unidades azerbaiyanas habrían retomado varios puntos estratégicos del Karabaj, donde estarían fortificando sus posiciones en previsión de una contraofensiva armenia, según informó el Ministerio de Defensa azerbaiyano en un comunicado.

«Durante los combates fueron destruidos seis tanques armenios, quince piezas de artillería y varias fortificaciones. Además, fueron liquidados más de cien soldados enemigos», señala la nota oficial, que fue tachada de «desinformación» por Armenia, que informó de 18 bajas y 35 heridos.

Mientras, el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, quien ha multiplicado en los últimos años el presupuesto de defensa y nunca ha renunciado a recuperar el Karabaj por la fuerza, aseguró hoy en Washington que Bakú sigue apoyando el «arreglo pacífico».

«Pero el conflicto debe ser arreglado sobre la base de la integridad territorial de Azerbaiyán», matizó durante su intervención en la cumbre nuclear.

Los combates estallaron después de que en febrero Azerbaiyán protestara ante Rusia, principal aliado de Armenia, por la concesión de un crédito de 200 millones de dólares para la compra de armamento pesado.

El presidente ruso, Vladímir Putin, no tardó en exhortar hoy a armenios y azerbaiyanos «a un inmediato cese del fuego», llamamiento que fue secundado por la Unión Europea.

Rusia, que cuenta con una base militar en Armenia (Guiumri), se comprometió en 2010 a garantizar la seguridad militar de Armenia y a pertrechar a sus Fuerzas Armadas.

Bakú, estrecho aliado de Turquía, considera «innegociable» su integridad territorial, pero está dispuesto a concederle grandes dosis de autonomía al Karabaj, mientras Ereván defiende el derecho a la autodeterminación de esa república a través de un referéndum.

El conflicto estalló cuando la entonces región autónoma azerbaiyana de Nagorno Karabaj, de población mayoritariamente armenia, pidió en 1988 su incorporación en la República Soviética de Armenia, lo que desembocó en repentinos brotes de violencia étnica. el Ministerio de Defensa azerbaiyano en un comunicado.

«Durante los combates fueron destruidos seis tanques armenios, quince piezas de artillería y varias fortificaciones. Además, fueron liquidados más de cien soldados enemigos», señala la nota oficial, que fue tachada de «desinformación» por Armenia, que informó de 18 bajas y 35 heridos.

Mientras, el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, quien ha multiplicado en los últimos años el presupuesto de defensa y nunca ha renunciado a recuperar el Karabaj por la fuerza, aseguró hoy en Washington que Bakú sigue apoyando el «arreglo pacífico».

«Pero el conflicto debe ser arreglado sobre la base de la integridad territorial de Azerbaiyán», matizó durante su intervención en la cumbre nuclear.

Los combates estallaron después de que en febrero Azerbaiyán protestara ante Rusia, principal aliado de Armenia, por la concesión de un crédito de 200 millones de dólares para la compra de armamento pesado.

El presidente ruso, Vladímir Putin, no tardó en exhortar hoy a armenios y azerbaiyanos «a un inmediato cese del fuego», llamamiento que fue secundado por la Unión Europea.

Rusia, que cuenta con una base militar en Armenia (Guiumri), se comprometió en 2010 a garantizar la seguridad militar de Armenia y a pertrechar a sus Fuerzas Armadas.

Bakú, estrecho aliado de Turquía, considera «innegociable» su integridad territorial, pero está dispuesto a concederle grandes dosis de autonomía al Karabaj, mientras Ereván defiende el derecho a la autodeterminación de esa república a través de un referéndum.

El conflicto estalló cuando la entonces región autónoma azerbaiyana de Nagorno Karabaj, de población mayoritariamente armenia, pidió en 1988 su incorporación en la República Soviética de Armenia, lo que desembocó en repentinos brotes de violencia étnica.

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