En un estudio hecho por el Instituto para la Competitividad, se reflejó que aunque la participación de la plataforma de economía colaborativa aun está muy por debajo de los hospedajes tradicionales, brinda amplios beneficios económicos a los anfitriones y abre una puerta al turismo, sobre todo en barrios sin infraestuctura hotelera.
Ciudad de México, 2 de marzo (SinEmbargo).– El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizó un estudio para calcular el efecto económico real y potencial, que la plataforma de alojamientos Airbnb tiene en la Ciudad de México, en el que encontró que la palicación extiende los beneficios del turismo y reduce la brecha salarial, sobre todo en delegaciones con menos infraestructura hotelera.
Desde 2013 que el servicio de economía compartida llegó al país, ha expandido sus operaciones hasta tener más de 20 mil alojamientos distribuidos en todo México, especialmente en Playa del Carmen, la Ciudad de México y Puerto Vallarta.
El IMCO, con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) e información proporcionada por Airbnb calculó entonces los beneficios de los anfitriones, quienes obtuvieron ingresos «notablemente altos», en comparación con el ingreso promedio anual de cada hogar.
Y aunque en comparación con la infraestructura turística tradicional, la presencia de Airbnb sigue siendo pequeña, casos como el del barrio de Coyoacán reflejan que las plataformas de hogares compartidos pueden crear una alternativa de hospedaje en la zona, que de otra forma no existiría, pues pese a ser un destino muy gustado por los turistas, su oferta de alojamientos es muy limitada.
Airbnb nace con el principio de la economía colaborativa, en la que se busca que las personas con una habitación o departamento disponibles, puedan rentarlo a otra personas que lo necesite, a un precio menos que en lo que les saldría un hotel pero con un ambiente cómodo y seguro, además de que hospedarse con locales les daría ese extra que enriquece la experiencia.
De acuerdo con el reporte, en diciembre de 2015 en la Ciudad de México hubo 35 veces más noches reservadas en hoteles que en Airbnb, pero para diciembre de 2016 el número de noches reservadas en Airbnb creció a más del doble. «Si bien la participación de Airbnb en el suministro total de alojamiento está creciendo, su participación en la demanda y los ingresos del mercado sigue siendo generalmente inferior al 4 y al 3 por ciento, respectivamente», informan.
En la Cdmx, la presencia hotelera se concentra en pocas delegaciones, entre las que destacan: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez y en todos los casos, la actividad de Airbnb es muy pequeña en comparación con la infraestructura hotelera. Excepto en Coyoacán.
Este barrio es un ejemplo de cómo las plataformas de hogares compartidos pueden crear una alternativa de hospedaje en la zona, que de otra forma no existiría, pues en un radio máximo de 1.2 kilómetros, tomando como centro el Museo Frida Kahlo, hay 19 casas, bed & breakfast, apartamentos y hostales disponibles pero ningún hotel.
LA DERRAMA ECONÓMICA
«Las plataformas de economía colaborativa no generan más empleos, pero pueden impulsar la actividad de las economías locales.
Con datos de Airbnb y de la ENIGH, el IMCO pudo calcular el efecto económico real y potencial para los anfitriones en algunas delegaciones de la capital del país: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Coyoacán.
Los ingresos obtenidos por los anfitriones de Airbnb resultaron notablemente altos en comparación con el ingreso promedio anual de cada hogar medidos en la ENIGH. Incluso cuando el anuncio era una habitación privada o compartida.
Si algo ha tenido a Airbnb en aprietos, es que por su modelo de negocio se escapa fácilmente de los modelos tradicionales de regulación pública, que le ha costado demandas en países como Estados Unidos, España y Austria.
Los analistas del IMCO ven a Airbnb y otras plataformas de economía colaborativa como Uber y BlablaCar, como agentes de cambio para el desarrollo de regulaciones más flexibles.
«Los datos pueden ayudar a que las autoridades mejoren el diseño e implementación de políticas públicas mejor orientadas; así como de servicios públicos que beneficien y protejan los intereses a largo plazo de todos los actores», menciona el reporte.
En la Ciudad de México, a partir del 1 de junio de 2017, Airbnb inició la recolección y remisión del 3 por ciento de impuestos por la Prestación de Servicios de Hospedaje en la Ciudad de México, un hito para el país y América Latina.