Deuda externa creció 75% desde inicio del sexenio / S&P prevé menor crecimiento

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Empresas y empresarios… prontuario de noticias

Del entorno y la economía…

Deuda externa creció 75% desde el inicio del sexenio. La deuda externa de México repuntó 75 por ciento desde el inicio del sexenio y con ello el total de la deuda pública asciende a poco más de 43 por ciento del PIB, el porcentaje más alto que se registra en los últimos 25 años. [Milenio]

Banxico estima inflación del 3% en cierre de 2016. El Banco de México estima que para 2016 la inflación general registre incrementos, ubicándose en niveles cercanos al 3.0 por ciento al cierre del año. El traspaso de movimientos cambiarios a los precios ha sido moderado, pero no puede descartarse el riego de que una mayor depreciación propicie aumentos de precios en un conjunto amplio de bienes y servicios[El Universal]

Prevé S&P menor crecimiento de México. La gradual recuperación de la economía seguirá en México durante 2016 y 2017, aunque aun menor ritmo de lo estimado previamente, debido al impacto de los bajos precios del crudo en las exportaciones y los impuestos relacionados, según indicó Standard & Poors. En un escenario bajista, la economía mexicana estaría creciendo 2 por ciento este año y 2.5 por ciento en el 2017. [Reforma]

Bajo consumo prolonga “cuesta de enero” a febrero. La llamada cuesta de enero se extiende hasta febrero, según advirtió la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canacope), ya que en las primeras semanas del 2016 hay pocas ventas y en algunos las ventas diarias son de menos de 100 pesos. Si la dinámica de consumo se sigue manteniendo así, gastando en forma limitada y concentrándose en las grandes tiendas de autoservicio, seguirá dificultando el desarrollo de mercado interno. La llegada de febrero con un dólar alto avizora un alza de precios en productos de importación y con ello se pueden desencadenar aumentos en otros productos y servicios. [La Razón]

De las empresas…

BBVA Bancomer, Santander y Banamex son los tres bancos más grandes de México. Datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) indican que Santander avanzó a la segunda posición, no sólo en activos sino también en utilidades obtenidas durante 2015. El primer lugar lo sigue teniendo Bancomer (1.7 billones de pesos en activos), Luego Santander (1.2 billones), Le sigue Banamex en tercer lugar (1.1 billones), Banorte/Ixe es el cuarto lugar (0.9 billones), seguido por HSBC en quinto lugar (0.6 billones). [El Financiero]

CFE Solar. La Comisión Federal de Electricidad está analizando otras maneras de hacer negocio con la comercialización de paneles solares para usuarios residenciales y el consumo doméstico, en un esquema parecido al que usa Telmex, es decir cobrar los paneles solares en el recibo de luz. Se está analizando si se propondrán paneles solares importados o los producidos en el país.  [Capitanes de Reforma]

La Costeña exportará tamales a Estados Unidos. Según la directiva de esta empresa, se requirió de cuatro meses de preparación con un equipo de investigación y desarrollo para producir tamales empaquetados y ofrecer una alternativa al consumidor, especialmente con miras a la exportación a Estados Unidos. Los sabores que se incluyen son: elote, verdes, rojos, mole y dulce y se venden en presentación individual. [Excélsior]

Columnas financieras

Enrique Quintana [El Financiero] califica de poco satisfactorio el ritmo de crecimiento económico de México si se mide en términos per cápita. En los últimos 15 años el PIB per cápita tuvo un ritmo de crecimiento anual de 0.87 por ciento. Para compararlo, en Estados Unidos es de 0.9 por ciento. O sea que es casi igual al de un país desarrollado, pero con un ingreso por persona apenas equivalente al 17 por ciento del que tiene Estados Unidos. Si se mantuvieran las tasas de crecimiento de los últimos tres lustros nos llevaría 20 años sólo para llegar a la mitad del nivel de ingreso  por persona que se tiene en Estado Unidos. La única forma de estimular más el crecimiento es a través de la inversión fija bruta, que ha sido de 2.7 por ciento anual en promedio de los últimos 15 años y para crecer se requiere que esa tasa sea más elevada. No basta con las reformas estructurales, no basta con los grandes proyectos de inversión extranjera. Se requiere un gran esfuerzo adicional en materia de infraestructura y también de muchísima inversión en el ámbito de las pequeñas y microempresas para aumentar su productividad. Según los datos del Inegi dados a conocer el viernes pasado, indican que en el 2015 la economía mexicana fue remolcada por el sector terciario, es decir el comercio y los servicios, sector donde todavía hay grandes oportunidades.

Enrique Campos Suárez [El Economista] advierte que con las calificaciones no se juega. ¿Hay razones para preocuparse cuando el déficit de las finanzas públicas alcanza el 3.5 por ciento, la deuda como proporción de PIB está ya en 45.7 por ciento, los ingresos del petróleo se han derrumbado y el gobierno asegura que no hará una reforma fiscal? No son momentos para ponerse laxos con el manejo de las finanzas nacionales. No es momento de dormirse en los laureles. México es hoy el tuerto en el país de los ciegos. México es uno de esos pocos países emergentes que es visto con la confianza de que podrá resistir mucho mejor estos tiempos de vuelo con turbulencia. Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica quisieran tener la preparación financiera que tiene nuestro país. Pero el resultado de las finanzas públicas al cierre del 2015 enciende focos amarillos. El problema es el déficit fiscal. El problema es poder compensar los bajos ingresos petroleros que se tendrán en los próximos dos años, ya sin las coberturas petroleras, sumado al aumento de las tasas de interés, la depreciación del peso y por el candado que se puso el gobierno federal y que impide una verdadera reforma fiscal. Un déficit del 3.5 por ciento del PIB difícilmente pasará desapercibido a las calificadoras. No hay que acercarnos ni de broma a la orilla del barranco donde están las calificaciones de papel basura que hoy padecen otros países, por ejemplo, Brasil.  Estamos muy a tiempo de mandar las señales correctas de disciplina fiscal para no alterar los casi 20 años de tranquilidad financiera de la que hemos gozado.

Carmen Luna [CNN Expansión] desmenuza las cifras y nos hace saber que los niveles de endeudamiento del país continuaron al alza durante 2015, luego de años de políticas monetarias expansivas y de bajas tasas de interés que facilitaron el acceso al crédito, tanto a personas como a gobiernos, pero lamentablemente, esto no ha derivado en un mayor crecimiento económico en México. El año pasado, el déficit presupuestario sumó 627,423 millones de pesos, equivalente al 3.5 por ciento del PIB, sumado al 3.2 por ciento del 2014. Mayores niveles de deuda implican un aumento en los requerimientos financieros y ya en 2015 el saldo histórico es de 45.7 por ciento del PIB. “El nivel de deuda es manejable, pero la tendencia es peligrosa y no debe continuar por mucho tiempo o estaremos tarde que temprano en un problema severo”, según comento el director del Centro de Investigaciones Económicas y Presupuestaria, Héctor Villarreal.

Alejandro Legorreta [Reforma] comenta que la mayoría de los mexicanos coincidimos en que la corrupción es el problema de problemas, la causa y el origen de muchas cosas que quisiéramos cambiar en el país. También la mayoría coincidimos en que es el lastre que nos impide detonar el potencial de nuestras empresas y el dique que mantiene a nuestra sociedad estancada. La corrupción nos cuesta el 9 por ciento del PIB anualmente, es el mayor desalentador de los proyectos de inversión y nos roba el 14 por ciento de los ingresos de nuestras familias. Pese a ello no se está haciendo lo necesario para erradicarla. Seguimos siendo el país corrupto que corrobora Transparencia Internacional, al igual que la OCDE que nos tiene en el último lugar de 34 países. Las grandes ideas quedan en papel y nos convertimos en espectadores pasivos de un desfile de escándalos, especialmente en la clase política. Pero la corrupción nos atañe a todos, porque también está la corrupción “chiquita” con la cual queremos resolver nuestra vida cotidiana. Los trámites con el gobierno, la multa, el estacionarnos en lugar indebido, etc. Esa corrupción chiquita también alimenta a la grande. El combate a la corrupción debe ser hasta las raíces. Ni chiquita ni grandota. Combate a la corrupción hasta las raíces. .

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