A diferencia de uno típico, un incendio de vetas de carbón arde bajo tierra y es una combustión latente, lo que significa que no hay llama, de manera similar a las brasas de una barbacoa; el lugar es considerado sagrado por sus custodios tradicionales, el pueblo aborigen wonnarua, que lo utilizaba para cocinar y fabricar armas.
Sídney, 2 de enero (RT).– En una reserva natural en Nueva Gales del Sur (Australia), un incendio subterráneo arde sin control desde hace al menos seis mil años.
Situado bajo el monte Wingen, conocido también como «Montaña Ardiente», este fuego se localiza en una veta de carbón, una de las miles que arden en todo el mundo. Y algunos científicos estiman que puede ser mucho más grande de lo que se cree.
«Nadie sabe el tamaño del incendio bajo la ‘Montaña Ardiente’, solo se puede inferir», explicó a ScienceAlert Guillermo Rein, profesor de ciencia del fuego en la Universidad Imperial de Londres. «Es probable que sea una bola de unos cinco a 10 metros de diámetro que alcanza temperaturas de mil grados Celsius».
A diferencia de un incendio típico, un incendio de vetas de carbón arde bajo tierra y es una combustión latente, lo que significa que no hay llama, de manera similar a las brasas de una barbacoa. Este arde actualmente a unos 30 metros bajo tierra y se desplaza hacia el sur a una velocidad de un metro por año.
Los visitantes de la reserva natural pueden identificarlo por el humo y ceniza blanca, el suelo caliente al tacto, rocas descoloridas amarillas y rojas y un olor sulfúrico emitido por el calor.
El lugar es considerado sagrado por sus custodios tradicionales, el pueblo aborigen wonnarua, que lo utilizaba para cocinar y fabricar armas y explica su origen con mitos de dioses.
Según Rein, las causas naturales son su origen más probable. «No se puede descartar la interferencia antropogénica, pero lo más probable es que haya sido por causas naturales«, explicó. «Pudo ser un incendio forestal por el impacto de un rayo que prendió un afloramiento rocoso. O podría haber sido una ignición autocalentada», agregó.
Asimismo, los investigadores han encontrado pruebas que indican que el mismo fuego podría haber estado ardiendo durante incluso más tiempo. «No es solo que tenga seis mil años… tiene al menos seis mil años», señaló Rein. «En realidad podría tener cientos de miles de años«, concluyó.