Hace tres años, Vargas Llosa comenzó a escribir Tiempos recios tras la sugerencia de un amigo dominicano, incumpliendo así una de sus normas como escritor: «Generalmente, los novelistas no suelen escribir aquellas historias que los amigos y conocidos les recomiendan escribir», sostuvo el novelista.
Guadalajara (México), 1 dic (EFE).- El nobel peruano Mario Vargas Llosa opinó este domingo que Estados Unidos ya no tiene interés en América Latina, a diferencia de lo ocurrido en los años 50, época en la que transcurre su última novela, Tiempos recios (2019), cuando veía a estos países como un «cuarto trasero» al que controlar.
«Desde esa época las relaciones entre Estados Unidos y América Latina han cambiado. No tiene sentido imaginar una cosa semejante. Hoy día, Estados Unidos muestra un desinterés casi absoluto en América Latina«, expresó Vargas Llosa en la presentación de su novela en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Según el nobel de Literatura 2010, Estados Unidos «ha dejado de ser el primer inversor» en la región y señaló que para entender su nueva novela hay que «regresar a una América Latina muy distinta y un Estados Unidos muy distinto al de hoy».
«La relación en esa época es muy difícil. Estados Unidos tiene la sensación de que América Latina es su patio trasero y que tiene responsabilidad sobre él. No puede permitir ciertas cosas, fundamentalmente que la Unión Soviética entre en su patio trasero», relató.
Tiempos recios se ambienta en la Guatemala de 1954, en plena Guerra Fría, cuando Carlos Castillo Armas protagoniza un golpe de Estado auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA contra el Gobierno de Jacobo Árbenz, acusado de flirtear con la Unión Soviética.
«Toda la documentación desmiente la fantasía de que (Árbenz) era un comunista escondido. Es el caso de ‘fake news’ más exitoso de esa época. Se crea la fantasía de que era un país prácticamente ocupado por la Unión Soviética», señaló el peruano.
El escritor explicó que su novela es «una reivindicación del gobierno democrático del coronel Árbenz», quien, según Vargas Llosa, impulsó «reformas muy profundas para convertir Guatemala en una democracia moderna».
Hace tres años, Vargas Llosa comenzó a escribir este libro tras la sugerencia de un amigo dominicano, incumpliendo así una de sus normas como escritor: «Generalmente, los novelistas no suelen escribir aquellas historias que los amigos y conocidos les recomiendan escribir», sostuvo.
Pero en esta ocasión, hizo caso a su amigo, quien le sugirió investigar algo que Vargas Llosa desconocía: la presunta implicación del dictador dominicano Rafael Trujillo en la caída de Árbenz, el ascenso de Castillo Armas y el posterior asesinato del mismo Castillo Armas.
El peruano se percató de que, curiosamente, el jefe de seguridad de Trujillo salió de Guatemala el 26 de julio de 1957, el día en que fue asesinado Castillo Armas, junto a la amante del dictador guatemalteco.
«Es una historia maravillosa para un novelista y estimulante. Es un claro caso de irrealidad reemplazando la realidad, como suele ocurrir con las novelas más exitosas», expresó Vargas Llosa, quien reveló que ha cambiado los nombres de algunos personajes históricos y ha añadido anécdotas ficticias.
El peruano explicó que «la base histórica se ha respetado», aunque subrayó que los hechos históricos ya resultan por sí mismos «desconcertantes, sorprendentes y misteriosos al mismo tiempo».
Vargas Llosa es uno de los grandes protagonistas de la FIL, que hasta el 8 de diciembre acogerá en Guadalajara, capital del occidental estado mexicano de Jalisco, a cerca de 800 escritores provenientes de 37 países y más de 2 mil editoriales, además una destacada delegación de la India y cerca de 800 mil visitantes.