«Ya no es un problema a largo plazo», los cambios climáticos están ocurriendo «mucho más rápido» de lo que avanza la humanidad para frenarlos; «estamos en un agujero y seguimos cavando en él», como si no hubiera final, pero «pronto será demasiado tarde para escapar», advirtió el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres.
Por Amaya Quincoces
Madrid, 1 dic (EFE).- El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, urgió hoy en Madrid a los países a dar el salto a una nueva era de acción climática, porque «el punto de no retorno está a la vista, se nos echa encima», dijo en una conferencia previa al arranque este lunes de la cumbre climática mundial o COP25.
Guterres ha dado el pistoletazo de salida a esta conferencia que reunirá desde mañana en Madrid a delegaciones de casi 200 países, con medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno y de organismos multilaterales, para impulsar una lucha global más ambiciosa contra la crisis climática.
«Ya no es un problema a largo plazo», los cambios climáticos están ocurriendo «mucho más rápido» de lo que avanza la humanidad para frenarlos; «estamos en un agujero y seguimos cavando en él», como si no hubiera final, pero «pronto será demasiado tarde para escapar», ha advertido.
«Durante muchas décadas la especie humana ha estado en guerra contra el planeta y el planeta ahora contraataca. Tenemos que dejar de agredir a la naturaleza, y la ciencia nos dice que es posible».
El impacto de esta crisis climática es evidente: los últimos cinco años han sido los más calurosos, los niveles del mar los más altos, los océanos se acidifican, la biodiversidad está amenazada; además, los fenómenos extremos aumentan su frecuencia y son más desastrosos, con destrucción y coste de vidas humanas, que no deja de aumentar y con sequías que se agravan hasta niveles alarmantes.
Guterres ha dicho que entiende a la juventud cuando grita en las calles, con un clamor cada vez mayor, para que los gobiernos actúen ya frente a esta crisis porque «estamos poniendo en riesgo su futuro».
«Mi mensaje no es de desesperación, sino de esperanza para hacer frente a nuestra guerra contra la naturaleza, que tiene que parar y es posible», como plantean los científicos, quienes han puesto sobre la mesa la necesidad de no superar un calentamiento global por encima de 1.5 grados en este siglo para evitar consecuencias catastróficas.
Europa debe «ser pilar fundamental» en la negociación global para alcanzar la neutralidad del carbono, en la que se involucren todos los Estados, porque eso «dará una autoridad moral muy importante para que las negociaciones puedan ser un éxito», ha dicho el responsable de la ONU.
Esta COP25 organizada en un tiempo récord, tras moverse su sede a Madrid hace apenas tres semanas después de que Chile renunciara a celebrarla por una grave crisis interna, es de especial relevancia debido a que es el último paso en las negociaciones de cara a la implementación a partir de 2020 del Acuerdo de París, que exige a los países presentar compromisos más ambiciosos.
Esta conferencia abrirá la carrera de los países para aumentar la ambición en sus contribuciones contra la crisis climática de cara a la COP26 en Glasgow (Reino Unido), en un momento de enorme presión social a los gobiernos para que adopten las recomendaciones de los científicos y reduzcan drásticamente las emisiones de gases contaminantes.
En esta COP deberían plantearse «compromisos más ambiciosos» y darse «señales claras» desde los gobiernos, según Guterres, de que están dispuestos a asumirlos con «transformaciones profundas» de sus sistemas de producción de energía, industria, construcción y urbanismo.
Es importante asumir compromisos en los precios del carbono, retirar los subsidios a los combustibles fósiles, reformar la fiscalidad y comprometerse los países a «no más centrales eléctricas» contaminantes, que son «totalmente incompatibles» con los objetivos del Acuerdo de París.
Los gobiernos tienen que demostrar «compromisos fuertes» con la neutralidad de carbono en 2050, la reducción «dramática» de emisiones contaminantes hasta 2030 y la garantía de limitar a 1.5 la temperatura global en este siglo como defiende la comunidad científica, para evitar daños devastadores.
Hay que asegurarse de que los compromisos nacionales incluyen «una transición justa» para que los más vulnerables se vean «lo menos perjudicados por el paso de una economía gris a otra verde» y se garanticen cien mil millones de dólares al año para mitigar los daños de la crisis climática sobre países en vías de desarrollo.
Es muy importante que se reconozca que estos países están sufriendo ya los impactos de esta crisis y tengan «apoyos muy fuertes» para hacerla frente y combatir los desastres naturales a los que están expuestos y para recuperarse ha subrayado.
Guterres confía en que se lograrán pactos en la redacción del artículo 6 sobre mercados de carbono, uno de los grandes escollos en esta cumbre. «No quiero concebir la posibilidad de que no haya acuerdo sobre el artículo sexto en esta cumbre», ha precisado.
«Estamos aquí para aprobar sus líneas directrices y no para encontrar excusas» que nos alejen de un acuerdo, ha añadido.