No son pocas las ‘startups’ españolas que han comprado los gigantes tecnológicos en la última década. Lejos de ser un «pelotazo», llegar hasta ahí implica «años de trabajo a muerte y muchísimas horas al día», apunta Jon Uriarte, cofundador de Ticketbis, recientemente adquirida por eBay. «Te cambia la vida», apunta Eduardo Manchón, que vendió su Panoramio a Google.
Ciudad de México, 1 de diciembre (SinEmbargo/ElDiario.es).- Llega un día en que algunos emprendedores, tras mucho esfuerzo y dedicación, horas en la oficina o trabajando remotamente desde casa, reciben una llamada o un correo electrónico que se diferencia del resto. Procede del extranjero y habla de sentarse a charlar sobre negocios. Puede que incluso se adelante alguna cifra. Está claro: un gigante de internet quiere comprar su empresa.
Son muchas las ‘startups’ españolas que han sido adquiridas a lo largo de la última década por titanes de Silicon Valley y de otros lares. SinDelantal o TouristEye son algunos de los ejemplos más famosos, pero hay muchas más que han demostrado que en España no faltan proyectos innovadores con un enorme potencial de crecimiento.
Un caso muy reciente es el de Ticketbis. Esta compañía nació en Bilbao en 2009, de la mano de Jon Uriarte y Ander Michelena. Después de siete años y medio de trabajo duro, Uriarte y Michelena vendieron su empresa a eBay el pasado mes de mayo. La veterana web de subastas realizó esta operación a través de Stubhub, su marca de reventa de entradas.
Para iniciar esta aventura, ambos dejaron su empleo en las oficinas londinenses de Morgan Stanley y volvieron a su País Vasco natal, en concreto a la capital vizcaína, para ponerlo en marcha. En aquel momento, cada persona con la que hablaban les decía que estaban locos: dejaban un trabajo estable en plena crisis para lanzarse a la aventura. Sin embargo, Uriarte se veía en un buen momento: sin esposa ni hijos, sin hipoteca… «Me lo podía permitir», contaba a HojaDeRouter.com en el programa de radio Carne Cruda. Ambos estaban insatisfechos con su trabajo y arrastraban desde la facultad esas «ansias emprendedoras».
Fueron «siete años y pico de trabajo a muerte y muchísimas horas al día», sin cobrar, tirando de ahorros y de préstamos. Así, cuando recibieron la primera oferta de compra «fue alucinante, una sensación de ‘estamos haciendo las cosas bien'». El acuerdo con la multinacional garantiza que no habrá despidos en Ticketbis y que ellos seguirán al frente al menos durante tres años, quizá prorrogables si ellos y sus responsables lo desean.
Después de la compra, aunque en líneas generales se encuentran más que satisfechos, no todo ha sido de color de rosas. Como es lógico, ahora vuelven a tener jefes y se están teniendo que adaptar a nuevos ritmos de trabajo. En agosto se tomaron vacaciones y al regresar, ya como parte de eBay, seguían echando muchas horas. » La vuelta fue mortal. De hecho, había días que estábamos en la oficina Ander y yo, no quedaba nadie y decíamos: ‘Es que somos unos pardillos…'», recuerda Jon entre risas.
Eso no quiere decir que se arrepientan de la decisión tomada, ni mucho menos. «Por un lado da pena y por otro tienes muchas dudas, porque no sabes si es el momento correcto», admite Uriarte. Además, cuando tienes ante ti la disyuntiva, te preguntas si vender tu ‘startup’ a un gigante no será el camino corto, la salida fácil. Con el tiempo, el propio Jon ha cambiado de opinión al respecto: «Es algo que yo he criticado bastante y que luego he acabado haciendo».
El confundador de Ticketbis rechaza que este tipo de operaciones formen parte de una cultura del pelotazo. Más bien al contrario: la probabilidad de que salga todo mal es muy alta cuando fundas una empresa de internet. “Dejar un trabajo estable, con un salario interesante por montar algo con un riesgo brutal. Al final prácticamente el 80-90 % de las ‘startups’, según el estudio que mires, acaban desapareciendo. Es decir, el riesgo es altísimo”.
A ellos les salió bien y ahora están recogiendo los frutos, como también les sucedió en su día a los creadores de Panoramio, Eduardo Manchón y Joaquín Cuenca, a los que enseguida se sumó Jose Florido. La andadura de su empresa, eso sí, ha terminado de forma muy distinta.
UN CIERRE MUY CRITICADO
Panoramio, una de las primeras webs que dejaron el contenido en manos de los usuarios (al estilo Wikipedia), es una comunidad nacida en 2005 para que los usuarios subieran fotografías geolocalizadas de todas partes del planeta: el pequeño pueblo de los abuelos, un río amazónico, un poblado africano… La fórmula gustó y Google, que necesitaba descripciones para alimentar herramientas como Google Maps, pronto se fijó en ella.
Los fundadores rechazaron la primera oferta de compra: «Nos apetecía montar nuestro propio proyecto. Hemos trabajado en empresas grandes y, aunque Google es muy importante y estuvimos valorándolo bien, al final tomamos la decisión de que lo divertido era jugar nosotros con Panoramio», contaba Eduardo Manchón a HojaDeRouter.com en el programa de radio Carne Cruda. En lugar de tomárselo como una afrenta, los de Mountain View pusieron Panoramio en la portada de Google Earth, lo que ayudó a aumentar su popularidad, y les ofrecieron espacio de almacenamiento en sus servidores.
Tiempo después volvieron a acercarse, «con mucha deportividad». La compra se consumó en 2007, un año después de la primera tentativa. Por entonces era la primera firma española que engrosaba la filas del gigante, aunque en 2012 se sumaría a la exclusiva lista (de dos) la malagueña Virus Total. Que Google te compre «te cambia la vida», admite Manchón, pero no tanto como se podría pensar: «Te pagan bien, pero luego no vas con un Ferrari». Uno sigue trabajando, pero con un «cierto confort».
Ahora, más de una década después, Panoramio va a cerrar la persiana. La compañía de Mountain View prescinde de ella para centrarse en Google Maps. Ya lo intentó en 2014, pero la fiel comunidad, que se ha dejado muchas horas en subir las fotos, consiguió detener la tentativa con una campaña en Change.org. No parece que se vaya a repetir aquel insólito episodio. Esta vez, los usuarios tendrán un plazo de un año para descargar sus imágenes o trasladarlas a Maps, pero desde el día 4 de noviembre ya no pueden subir otras nuevas.
«Nos duele en nuestro corazoncito», admite Manchón, pero recuerda que «este tipo de flujos económicos son normales». No obstante, hace un par de años el cofundador se puso al frente de las quejas. No le gustaron las formas que empleó el gigante para deshacerse de su creación. Cree que las comunidades no son el fuerte de Google (menciona los fracasos de Wave, Plus…) y que por eso cometió un error a la hora de comunicárselo a los usuarios.
A pesar de ello, ni entonces se arrepintió de haber vendido ni lo hace ahora. «Es muy complicado quedarse en pequeñito. O te conviertes en grande o te devoran», opina. «La innovación siempre va más rápido, y los gigantes van comprando para intentar ponerse al día». Además, valora la experiencia de formar parte de Google como positiva. Alaba todo lo que aprendieron tras la compra (unos conocimientos «que no teníamos ni soñábamos») y que ahora le ha servido para emprender otros proyectos.
Manchón forma parte del equipo que está detrás de MailTrack, una herramienta que permite averiguar en Gmail cuándo se han leído tus correos, y de Hooks, una aplicación que ofrece notificaciones personalizadas. Joaquín Cuenca regresó a Málaga para impulsar Freepik y Resultados de Fútbol y José Florido, también malagueño, está en Estados Unidos ayudando a empresas españolas a establecerse allí.
UNA LARGA LISTA DE COMPRAS
La lista de empresas españolas que han pasado a manos de un gigante es larga. En 2005, eBay se hizo con el portal de clasificados Loquo, fundado tres años antes por Ubaldo Huerta, un extrabajador de Silicon Valley. En 2010, Amazon se gastó 70 millones de euros en comprar BuyVip, una tienda ‘online’ creada en 2005 y que se fue integrando poco a poco en el gigante del comercio electrónico hasta mezclarse del todo en 2012.
Ese mismo año, Just Eat se hizo con la española SinDelantal por 3 millones de euros, apenas dos años después de que Almudena Cano y Ángel Blanco la fundaran por propia necesidad, tras ver que en España no había servicios para pedir comida a través de internet. En Sevilla, Intel se hizo con Indisys, una desarrolladora de asistentes virtuales cofundada por Pilar Manchón.
También en 2012, en junio, la firma japonesa Rakuten se hizo con el videoclub ‘online’ Wuaki por 15 millones de euros. Otra empresa de Barcelona ha protagonizado la más reciente adquisición por parte de un gigante: Airbnb compró en septiembre Trip4Real, una herramienta que sugiere actividades turísticas alternativas para realizar con guías locales.
Pronto podrían unirse a este selecto club otras ‘startups’ de pata negra como Wallapop, JobandTalent o CartoDB, el servicio de mapas que tiene a Google, la NASA o Naciones Unidas entre sus clientes. A estas promesas de la tecnología no les faltan espejos donde mirarse. «Que haya modelos de éxito, si se nos puede llamar a nosotros de esa forma, es importante, porque va a animar a otras personas a seguir el mismo camino», sentencia Uriarte.