Bucarest, 1 nov (dpa) – Al menos cinco peticiones online comenzaron a circular hoy en Rumania exigiendo que se prohíba la «macabra» celebración de Halloween, después de que en su capital, Bucarest, murieran casi 30 personas y más de un centenar resultaran heridas por un incendio en una discoteca.
«Halloween, la fiesta macabra de Occidente, es, bajo de la máscara de una diversión tonta, una verdadera conjura de los demonios y de las criaturas del infierno» y una «celebración importante del satanismo», asegura la web «petitieonline.ro».
En la discoteca en la que se produjo el incendio hace dos días estaba previsto hacer una fiesta de Halloween. Para muchos cristianos rumanos que se oponen además a la globalización, la celebración de Halloween es un evento impío, ajeno a la cultura local e importado de la «decadencia» de Occidente.
Por el momento, los líderes de la Iglesia ortodoxa de Rumania no se pronunciaron sobre las peticiones.
En tanto, la cifra de muertos por el incendio del viernes aumentó a 29 al fallecer hoy dos personas por las graves quemaduras sufridas, informó la agencia de noticias Mediafax citando al secretario de Estado responsable de rescates, Raed Arafat.
De los 144 heridos que están siendo tratados en el hospital, entre 80 y 90 están gravemente heridos y en algunos casos se teme por sus vidas, dijo por su parte el ministro de Salud, Nicolae Banicioiu.
Al parecer, el fuego se inició a causa de un espectáculo de fuegos artificiales durante un concierto de la banda rumana Goodbye to Gravity en la discoteca Colectiv.
Según testigos, los fuegos artificiales encendieron primero una columna recubierta de espuma acústica cerca del escenario. Las llamas se propagaron al techo y a las paredes después de que un vigilante intentara en vano extinguir el fuego.
Después se desató el pánico ante la reducción de la visibilidad y debido a que al principio solo una de las dos salidas del local, situado en un sótano, estaba abierta. Muchos de los visitantes fueron pisoteados en medio del denso humo, relataron los testigos.
El local carecía de permisos públicos para espectáculos con fuegos artificiales. La fiscalía pública rumana abrió una investigación y no descarta presentar cargos por asesinato.