Berlín, 1 nov (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, ha corregido el pronóstico de refugiados que recibirá su país este año y estima que llegará al millón, en lugar de los 800 mil calculados hasta ahora, afirma el dominical del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Hasta ahora, el pronóstico del Gobierno alemán para este año se situaba en los 800.000 refugiados y, aunque desde las filas del cogubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) se ha barajado la cifra del millón, el ministro de Interior, Thomas de Maizière, se ha mantenido en la previsión oficial.
Según el citado dominical, Merkel describió la situación que se vive en Alemania en términos contundentes y llegó a afirmar ante sus socios que si no se contienen los flujos migratorios deberán cerrarse las fronteras.
Merkel abrió ayer una ronda de negociaciones entre los socios de su gran coalición -la Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el SPD- en busca de fórmulas que permitan un flujo ordenado de los entre 7.000 y 10.000 peticionarios que a diario entran en el país a través de Austria.
A las negociaciones de ayer con las formaciones, por separado, siguió en encuentro con el líder de la CSU, Horst Seehofer, quien en los días pasados llegó exigir en términos de ultimátum a la canciller que frenara la llegada de peticionarios de asilo.
Merkel, Seehofer y el líder del SPD, Sigmar Gabriel, abrieron hoy otra ronda negociadora, ya a escala de jefes del partido, para consensuar soluciones y atajar las grietas surgidas en su coalición.
La CSU bávara, el partido en el Gobierno desde hace décadas en el «land» que recibe las mayores oleadas de refugiados, exige la implantación de zonas de tránsito en la frontera, donde evaluar las solicitudes de asilo de quienes tratan de ingresar en el país.
El SPD rechaza esa posibilidad, ya que considera implicaría la creación de enormes cárceles, donde quedarían recluidas personas que acuden a Alemania en busca de asilo.
«No podemos aceptar la creación de zonas de tránsito, en realidad centros de internamiento con dimensiones de estadios de fútbol», apuntó ayer Gabriel, tras la reunión con su partido.
El SPD plantea como alternativa establecer centros de registro de peticionarios repartidos por todo el país, donde se coordinarían los procesos de evaluación y se procedería, llegado el caso, a la expulsión ordenada de quienes vean rechazada su petición.
La CSU exige, además, que se restrinja el reagrupamiento familiar para evitar nuevas oleadas de peticionarios, cuestión que el SPD ve impracticable, ya que contraviene las leyes vigentes y, a su parecer, está destinado a «morir» ante el Tribunal Constitucional.
