Estas campañas fueron pioneras en la era dorada de la publicidad. Lamentablemente, hoy parecen un intento freudiano de confesar el fraude.
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo/ElDiario.es).- Era difícil vender un coche alemán en América después de la Segunda Guerra Mundial. La agencia DDB no solo consiguió colocar la palabra Volkswagen en los garajes norteamericanos; también cambiaron para siempre el mundo de la publicidad.
Eran los Mad Men originales. Bill Bernbach y Ned Doyleworked trabajaban en una agencia tradicional de Nueva York hasta que se fugaron con el independiente Mac Dane en 1949 para montar Doyle Dane Bernbach, DDB. Bernbach, el Don Draper del grupo, es responsable de las irónicas pero autoritarias campañas para el fabricante alemán, que con mucho genio convirtió todas las características que los americanos despreciaban en un signo de carácter, autoconfianza y el valor yankee por excelencia: sentido común.
DDB fue la agencia de Volkswagen hasta 2013, una relación productiva que ha colocado escarabajos en todas las biblias de la gran publicidad. Hoy, sin embargo, algunos de esos eslóganes parecen un esfuerzo malcontenido por confesar su fraude. Empezando por la frase que le robaron a Billy Wilder en 1960: «Nadie es perfecto». Ni siquiera un ingeniero alemán.
1963: «Treinta y tres años más tarde, se llevó el bicho»
El señor de la foto es Albert Gillis y su historia es que tuvo un Modelo A Ford desde 1929 pero que, en 1963, escogió un VW Bug (en español conocido como escarabajo). Entrañable, pero el simpático juego de palabras que esconde el slogan acaba de dar un nuevo giro de tuerca.
El verbo «to get» es agarrar, pero también darse cuenta, y la palabra «bug» significa bicho pero también es virus y error informático. Otras interpretaciones posibles son que Mr. Gillis agarró el virus de los VW o que «tardó 33 años en encontrar el error».
1966. «Te pierdes muchas cosas cuando conduces un Volkswagen»
Se refieren al eje de transmisión, radiador y el manguito, que estos Volkswagen no tienen. O al menos eso dicen, pero entonces estas cosas eran fáciles de comprobar.
1967. «Hicimos que el coche vaya más deprisa. Y el motor más despacio»
«Hemos añadido 3 m.p.h. a la velocidad máxima del Volkswagen. Si te parece mucho es porque no lo es. Y no pretendíamos que lo fuera. Hemos puesto la mayor parte del incremento de potencia (de 50 caballos a 353) en las marchas cortas así podrás subir cuestas con más facilidad. Y acelerar más deprisa. Pero no lo hemos hecho a costa del motor. De hecho, hemos hecho que el motor vaya más despacio. Para que dure más.» No dice cuánto contamina.
1967. «Cuando diseñamos esta belleza, conservamos unas cuantas cosas feas»
¡Y tanto! Pero no se refiere a un posible motor trucado sino a piezas de reemplazo para el bello Volkswagen Fastback Sedan: «Reemplazar la salpicadera: unos 37 dólares sin incluir mano de obra». Fue el primer anuncio en incluir un ejemplar abollado de su propio producto.
2011. «Una sola parte mala afecta a todo el sistema»
Y once millones de partes malas es una buena indigestión. Tanto el anuncio como la frase podrían ser de Steve Jobs, pero son de Marcello Serpa y Luiz Sanches para la agencia AlmapBBDO de Sao Paulo.
Los próximos publicistas de la casa tienen un reto casi más grande que el de DDB después de la Segunda Guerra Mundial.
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