El nuevo acuerdo México-Estados Unidos-Canadá reemplaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que eliminó barreras comerciales entre los tres países.
El acuerdo tiene el objetivo de regresar la manufactura a Estados Unidos. Trump, conocido por hacer declaraciones grandilocuentes, dijo que el nuevo acuerdo “transformará a Norteamérica en una potencia manufacturera nuevamente” Sin embargo, Estados Unidos también tuvo que hacer concesiones. Por ejemplo, acordó mantener el proceso de resolución de disputas del TLCAN que quería descartar pero que Canadá insistió en conservar.
Por Paul Wiseman
WASHINGTON, 1 de octubre (AP).— Los productores de lácteos estadounidenses tendrán más acceso al mercado canadiense. Las compañías farmacéuticas de Estados Unidos podrán eludir la competencia genérica unos años más. Los fabricantes de automóviles están bajo presión de construir más autos en donde los empleados ganen sueldos decentes.
El tratado comercial pactado la noche del domingo entre Estados Unidos y Canadá –tras un pacto previo entre Estados Unidos y México– alterará, aunque probablemente no revolucionará, la forma en que operan los negocios en el bloque comercial de tres países.
El nuevo acuerdo México-Estados Unidos-Canadá reemplaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que eliminó barreras comerciales entre los tres países. Sin embargo, el TLCAN motivó a las fábricas a moverse a México para aprovechar los bajos sueldos, algo que el Presidente Donald Trump llamó un «desastre» que aniquiló empleos en Estados Unidos.
El acuerdo del domingo tiene el objetivo de regresar la manufactura a Estados Unidos. Trump, conocido por hacer declaraciones grandilocuentes, dijo que el nuevo acuerdo “transformará a Norteamérica en una potencia manufacturera nuevamente”
Sin embargo, Estados Unidos también tuvo que hacer concesiones. Por ejemplo, acordó mantener el proceso de resolución de disputas del TLCAN que quería descartar pero que Canadá insistió en conservar.
En general, los mercados financieros están aliviados de que los países llegaran a un acuerdo. Por un tiempo, parecía que Trump se saldría del pacto comercial regional o lograr uno sin Canadá, el segundo socio comercial de Estados Unidos.
Los economistas, abogados mercantiles y empresas, todavía analizan el acuerdo. Pero aquí hay un primer vistazo de lo que significa para las diferentes partes.
LÁCTEOS
Trump se ha quejado de los aranceles de Canadá a los lácteos, que pueden alcanzar hasta 300 por ciento. Los productores estadounidenses también se han quejado de las políticas canadienses cuyos precios dejaron fuera a Estados Unidos del mercado de algunos productos en polvo y permitieron que Canadá inundara los mercados mundiales con sus propias versiones.
El nuevo acuerdo también pone fin a la fijación discriminatoria de precios y limita las exportaciones canadienses de lácteos en polvo.
También aumenta el acceso de Estados Unidos a hasta 3.75 por ciento del mercado lácteo canadiense (en lugar del 3.25 por ciento del Acuerdo Transpacífico, TPP, que la administración de Barack Obama negoció, pero que Trump rechazó en su primera semana en el poder). Arriba de ese nivel, productores estadounidenses pagarán los duros aranceles de Canadá. Y el sistema de administración de suministros que Canadá utiliza para proteger a su industria se mantiene en gran parte inalterado.
Aun así, el abogado mercantil Daniel Ujczo, de la firma Dickinson Wright, dijo que “la industria láctea de Estados Unidos parece contenta… por ahora”.
AUTOMÓVILES
EL TLCAN rediseñó el mercado automotriz norteamericano. Las armadoras construyeron complicadas cadenas de suministro que traspasaban las fronteras de Norteamérica. Al hacerlo, tomaron ventaja de las fortalezas de cada país: mano de obra barata en México, y trabajadores calificados y cercanía con clientes en Estados Unidos y Canadá.
El nuevo pacto cambia las cosas. De entrada, el porcentaje contenido de un auto que debe construirse dentro del bloque comercial para calificar para el estatus libre de aranceles aumenta de 62.5 a 75 por ciento.
Una cláusula más atrevida requiere que entre 40 y 45 por ciento de las partes de un auto se construyan en donde los trabajadores ganen 16 dólares la hora. Eso significa que la producción regresará a Estados Unidos y Canadá, y se retirará de México (y probablemente aumente la presión para que suban los sueldos mexicanos).
Tales cláusulas podrían aumentar los precios de los vehículos para los clientes.
El nuevo acuerdo también proporciona algo de protección a Canadá y México si Trump cumple su amenaza de imponer entre 20 y 25 por ciento de aranceles a autos, camionetas y autopartes importados. Excluirá de los aranceles propuestos a 2,6 millones de vehículos de pasajeros tanto de Canadá como de México.
COMPAÑÍAS MULTINACIONALES
Como otros acuerdos comerciales de Estados Unidos, el TLCAN permitió que compañías multinacionales fueran a cortes privadas para impugnar las leyes nacionales que a su parecer las discriminaban y violaban los términos del acuerdo comercial.
Los opositores han criticado el proceso que le daba a las compañías una forma de sacarle la vuelta a leyes medioambientales y laborales, y a regulaciones que no les gustaban, y en el proceso quitaba autoridad a gobiernos electos.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, quien negoció el nuevo acuerdo, tenía otra queja: las cortes quitaban algo del riesgo a la inversión en países inestables y corruptos como México. ¿Por qué, alegaba Lighthizer, Estados Unidos debe negociar acuerdos que fomentan la inversión en otros países?
El nuevo pacto reduce las cláusulas que protegen inversiones extranjeras. Lori Wallach, directora de Global Trade Watch y fuerte crítica del TLCAN, elogió el nuevo acuerdo por refrenar lo que ella llamó el “indignante” sistema de tribunales que permitía que grandes compañías “lanzaran ataques contra políticas medioambientales y de salud”.
FARMACÉUTICAS
El nuevo pacto ofrece muchas oportunidades a las compañías farmacéuticas que hacen medicamentos biológicos, fármacos sumamente caros producidos a partir de células vivas. Les da 10 años de protección de la competencia genérica, de los ocho que la administración de Obama negoció en el TPP.
Sin embargo, las buenas noticias para la industria farmacéutica podrían ser malas para los usuarios de los medicamentos y los políticos que intentan contener los costos de los servicios de salud.
“Nuevos privilegios de monopolio para las empresas farmacéuticas… podrían socavar las reformas necesarias para hacer los medicamentos más accesibles aquí y aumentar los precios en México y Canadá”, dijo Wallach.
MINORISTAS
Estados Unidos presionó a Canadá y México para aumentar la cantidad de dólares al que deben llegar los envíos antes de ser sujetos a impuestos de importación. Canadá, por ejemplo, permitirá embarques libres de impuestos y aranceles por hasta 40 dólares canadienses (31 dólares), de los 20 dólares canadienses (16 dólares) contemplados por el TLCAN.
El cambio hace que los productos estadounidenses sean más competitivos en Canadá porque serán sujetos a menos impuestos en la frontera y representarán ahorros para los canadienses que compren en internet. Sin embargo, el aumento puede ser un riesgo para los minoristas canadienses, señala Ujczo.