Santiago de Chile, 1 oct (EFE).- El Servicio Electoral de Chile (Servel) negó hoy a la agrupación «Revolución Democrática» (RD) inscribirse como partido político, por considerar que la palabra revolución «indica acciones contrarias al orden público y a la paz social».
En un oficio, el organismo electoral aseguró que la decisión fue tomada con base en la Constitución chilena que indica que no serán aceptadas agrupaciones con nombres, siglas y símbolos «contrarios a la Carta fundamental y a la ley».
La directiva de la agrupación política RB, fundada hace 3 años, fue informada de la resolución luego de recurrir al organismo estatal para constituirse por la ley como partido político de Chile.
«La mayoría de sus acepciones (de la palabra revolución) indican o dan a entender eventuales acciones contrarias al orden público y a la paz social, lo que viene a vulnerar los artículos 4 y 19 de la Constitución y el artículo dos de la Ley de Partidos Políticos».
Asimismo, el documento del Servel exige a RB «reemplazar o modificar el nombre y símbolo indicados en la escritura pública y su correspondiente protocolarización».
El Coordinador Nacional de RD, Sebastián Depolo, calificó el hecho como «insólito, absurdo e indignante».
«En un clima donde se impide la participación de nuevos referentes políticos, ahora no encontramos con esta interpretación del Servel de una ley francamente retrógrada. Quieren que nos cambiemos el nombre con el cual la ciudadanía nos conoce», agregó.
«Apelaremos al Servel y esperamos la colaboración de otras fuerzas políticas. No cambiaremos el nombre. Tomaremos las medidas necesarias para poder revertir la resolución», anticipó Depolo.
Revolución Democrática es una agrupación política que nació al alero de la figura del líder estudiantil, y ahora diputado de la República, Giorgio Jackson.
Jackson, de 27 años y único representante de la agrupación en el Congreso, apareció en la última encuesta del Centro de Estudios Públicos como uno de los mejores posicionados para iniciar una carrera presidencial alcanzando un 40 % de apoyo, un punto arriba del expresidente Sebastián Piñera (2010-2014).