Atenas, 1 oct (EFE).- Los arqueólogos griegos creen haber desvelado el misterio que rodea a la tumba de Anfípolis, un túmulo de la era alejandrina del que se llegó a especular que podría contener incluso los restos del propio Alejandro Magno.
Después de tres años de excavaciones, los experto en torno a la arqueóloga Katerina Peristeri han llegado a la conclusión de que se trata de un monumento construido en memoria de Hefestíon, uno de los generales de Alejandro Magno.
Según Peristeri, la tumba fue construida en el último cuarto del siglo IV a.C. en honor al citado general, amigo íntimo de Alejandro Magno.
Los expertos llegan a esta conclusión después de haber descubierto en la tumba dos inscripciones, cada una de las cuales incluyen tres especies de rúbricas: «parélavon» (recibí); el monograma del general de Alejandro Magno y la firma «And» que se atribuye a otro general de Alejandro, Antígono.
Peristeri cree que estas inscripciones constituyen un «contrato de construcción», lo que destaca, a su juicio, la importancia del monumento.
Desde un principio se había barajado la posibilidad de que la tumba, de no ser de Alejandro o algún familiar suyo, habría pertenecido a un alto general.
Los arqueólogos creen que de esas inscripciones se puede deducir que el monumento fue construido por Antígono -por orden de Alejandro Magno- para Hefestíon, quien murió un año antes que el emperador.
«Se trata de una interpretación muy interesante», comentó hoy a la cadena de televisión privada Skai la profesora de arqueología en la Universidad de Salónica Jrysa Paliadeli.
Paliadeli destacó que otro argumento, además de las inscripciones, que fortalece la tesis de que se trata de un monumento dedicado a Hefestíon es que «con seguridad podemos atribuir la construcción del monumento de Anfípolis al último cuarto del siglo IV a.C o a los primeros años del siglo III».
«Se ha hecho un trabajo importante. Hay mucho trabajo aún por hacer y en los próximos años debatiremos los nuevos hallazgos y sus interpretaciones», recalcó Paliadeli.
Otros arqueólogos contestan la estimación de Peristeri y atribuyen el monumento de Anfípolis a los tiempos romanos.
También hay división de opiniones sobre la pertenencia del león de Anfípolis, otro monumento que está en las cercanías, a la tumba.
Peristeri estima que inicialmente este león estaba puesto a la cima del túmulo, pero algunos de sus colegas rechazan su interpretación y consideran que eso es imposible debido al tamaño y peso enorme del animal, hecho en mármol y con una altura de 5,30 metros.
En noviembre pasado, los arqueólogos hallaron los primeros restos mortales en la tumba de Anfípolis, tras abrirse camino a lo largo de varios pasillos y salas de este yacimiento, situado en el noreste del país, que con una altura de 30 metros y un muro circular de 497 metros podría ser el más grande de Grecia.
Por ahora, sin embargo, todavía no hay claridad sobre a quién pertenecen los huesos, únicamente que se trata de cinco personas.
Los huesos se encontraban en un sarcófago de piedra caliza, en los que había un ataúd de madera, y a una profundidad de 1,60 metros debajo de la tercera cámara de la tumba.
Además, se hallaron dispersos trozos de hierro, clavos de cobre y elementos decorativos del ataúd. EFE