El sector salud estima que en 2015 las muertes por cáncer de mama crecerán. Expertos preguntan: ¿por qué los programas públicos no rinden frutos?
Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).– A partir de su diagnóstico, pasó por cuatro sesiones de quimioterapia, una cada mes, y cuando pensó que por fin todo había terminado el cáncer seguía ahí.
«Cuando a uno le dicen que tiene cáncer, lo que pasa por la mente es ‘me voy a morir’. Eso es un golpe muy fuerte, porque uno desconoce muchas cosas, y los antecedentes que yo tenían no eran buenos, mi tía murió de eso», contó Evelyn Mendoza Castro, a quien se le diagnóstico cáncer de mama en septiembre del 2008.
El 5 por ciento de los cánceres de mama son de tipo hereditario. Esto se debe a los genes BRCA1 y BRCA2 que producen proteínas en contra de la formación de tumores, sin embargo, al estar alterados o dañados su función protectora disminuye.
Los médicos indicaron a Evelyn un nuevo camino para mantenerse con vida. Uno que la llevaría a tomar 16 quimioterapias y 40 sesiones de radioterapia.
“Era una mujer gorda, pelona, sin un seno, ya para ese entonces ya me sentía con la autoestima hasta el piso”, relató Evelyn.
En el marco del Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama que se realiza durante octubre, distintos expertos apuntaron que la implementación de políticas públicas aún carece de eficiencia y son las mujeres del área rural las más perjudicadas. Este padecimiento es la principal causa de muerte entre las mujeres a nivel mundial.
La mortalidad por cáncer de mama tiene una tasa estimada de 16.5 por cada 100 mil personas, de acuerdo con datos oficiales. Esto representa una elevación de 1.5 puntos respecto al 2012. Un indicador preocupante, dicen expertos, ya que el número de casos no ha logrado reducirse.
“Tenemos la misma incidencia de cáncer que [ciertas áreas de] Estados Unidos. Pero en México mueren el doble de los pacientes. ¿Cómo es posible, si no tiene qué ver con que no tengamos los medicamentos, o médicos? En cambio tiene relación con la detección. Ésta se hace en estados mucho más avanzados de la enfermedad”, dijo Alejandro Zentella Dehesa, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista.
Cuando se cuestionó a Juan Enrique Bargalló Rocha, jefe del Departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerología de México, sobre la disparidad en relación con otros países, éste quiso matizar las comparaciones.
“Primero hay que decir, cada país tiene sus estadísticas, de acuerdo a índices poblaciones pero también a perfiles de riesgo. Entonces, prácticamente hay que definir que la primera causa de cáncer en la mujer es cáncer de mama; en ese sentido no hay grandes diferencias región por región. Los porcentajes puede ser que cambien, primero, hay que decir, depende de qué tan fidedignas son las estadísticas de esos países”.
No obstante, si bien México se encuentra mejor que otros países latinoamericanos como Argentina y Uruguay, hay otros lugares de la región con menores índices como lo son Perú, Honduras, Bolivia y Guatemala, de acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud del 2014.
SEGUROS POPULAR TARDÍO
Detectar el cáncer de mama a tiempo es crucial para salvarse, apuntan los médicos, y no se está logrando a tiempo en servicios públicos. Este cáncer inicia con el crecimiento anormal de las células que recubren los ductos que llevan la leche, o en los lobulillos que la producen.
El Seguro Popular destina recursos desde hace ocho años a través del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) al cáncer de mama. El año pasado se utilizaron 2 mil 79 millones de pesos para atender 10 mil 899 casos.
Una evaluación hecha por especialistas externos al FPGC en el 2013, determinó que estos recursos eran utilizados en mujeres que llegaban a recibir atención en etapas avanzadas del cáncer de mama.
“La proporción de mujeres que inicia el tratamiento en fase temprana representa el 28 por ciento de los casos, es decir dos de cada tres casos cubiertos con el FPGC llegan en etapas tardías”, citó el informe.
El escrito resaltó que el Instituto Nacional de Cancerología recibió hasta en el 72 por ciento de los casos, personas en fase tardía, y resaltó la situación en el Instituto de Cancerologı́a de Acapulco donde el número de pacientes tardíos llegó a ser hasta del 80 por ciento, así como del Hospital General de Mexicali, donde fueron el 85 por ciento.
Los esfuerzos públicos para atender este tema no han sido enfocados a la prevención de la enfermedad argumentan diversos especialistas consultados.
“Estamos aliadas con otras organizaciones pidiendo certificación de los mastógrafos. Que haya un registro nacional del cáncer para saber a qué nos estamos enfrentando, que haya un programa nacional contra el cáncer. Sabemos que se está trabajando, pero todavía no están vigentes. Y el tiempo de tratamiento debería de acortarse a un máximo de 60 días, después del diagnóstico”, explicó Mayra Galindo Leal, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contar el Cáncer (Amlcc), a SinEmbargo.
Además de los servicios del Seguro Popular, entre la Secretaría de Salud (SSa), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), se realizaron de septiembre del año pasado a julio de este año 2 millones de mastografías en mujeres entre 40 y 69 años, apuntó el Tercer Informe de Gobierno.
Sin embargo, estos servicios están especialmente lejos de las personas en el área rural del país. “El tema de atención sí disminuye fuera de las ciudades porque no hay los médicos especialistas, ni la atención que se requiere, ni la radioterapia que necesitan, a veces incluso no hay en la ciudades capitales, y tienen que venirse al DF”, dijo Galindo.
“Esta es la causa de que las personas tardan muchísimos tiempo en atenderse, con un enorme sacrificio de dinero, tiempo, horarios, porque no encuentran todavía la atención que necesitan en su lugar de origen”, enfatizó.
Esta realidad se da incluso en ciudades más grandes de algunas entidades, reconoció la directora. “Difícilmente tienen un centro hospitalario [para atender cáncer de mama], por ejemplo, en lugares de Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca, Chiapas, Guerrero. Entonces sí, a nosotros nos preocupa”.
VIVIR CON CÁNCER
“En mi caso muy específicamente la verdad es que fue el dolor del brazo el que me indicó que algo estaba pasando. Normalmente dormía del lado izquierdo, pero me dolía, y yo decía qué raro por qué me duele el brazo. Y revisándome, no sé cómo agarro y dije: ‘acá hay algo’”, relató Evelyn.
Estudios refieren que la mayor parte de cánceres de mama están relacionados con el rol que juegan las hormonas femeninas, los estrógenos, y lo que hace que las mujeres sean más vulnerables a desarrollar cáncer de mama.
“En las sociedades modernas la edad en la que se presenta la menstruación ha ido decreciendo. En México por ejemplo hace 20 años la menarquía se presentaba entre los 13 y los 25 años, hoy se está presentando entre los 10 y 12. Parece poco pero estos son de cuatro a cinco años de exposición temprana a las hormonas”, explicó Zentella.
De acuerdo con el investigador titular del departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, la principal causa del adelanto de la menstruación obedece a factores dietéticos de las sociedades modernas.
“Se cree porque esto sólo ocurre en las personas de estilo de vida urbano”, dijo. Entre otros factores de riesgo para derivar en cáncer de mama está el abuso de terapias hormonales, anticonceptivos, alcohol, tabaco y obesidad. No tener hijos, o tenerlos después de los 35 años.
El doctor aseguró que la detección temprana en la mayoría de los casos concluye con un tratamiento curativo, pero es la falta de concientización la que ha impedido que las personas se atiendan en el momento preciso.
“La autoexploración es crucial. Y hay hoy en día a pesar de hacerse los diagnósticos, y biopsias, es la mujer la que llega y dice ‘sabe qué doctor, creo que tengo algo’”.
Evelyn Mendoza, terminó su tratamiento en septiembre del 2009, un año después de haberlo iniciado.
Cuenta que nadie sabe lo que es lidiar con el cáncer hasta que le sucede, pero aún así aconsejaría lo siguiente: “No vean a las personas con cáncer con condescendencia, admírenlas por la lucha que están haciendo. Respétenlas y déjenlas ser autosuficientes. La mayoría sólo pide que las escuchen”.