Desde Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador recordó que gobiernos anteriores buscaron resolver el problema de la inseguridad y la delincuencia mediante la fuerza policial, sin embargo, consideró que el resultado fue catastrófico y «dejó un saldo de muertos, desaparecidos, una crisis en derechos humanos y un gravísimo daño al tejido social».
Ciudad de México, 1 de septiembre (SinEmbargo).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que “no son buenos los resultados en cuanto a la disminución de incidencia delictiva en el país, que constituye nuestro principal desafío”.
«Yo soy un hombre de desafíos, de retos, soy un hombre perseverante. Les puedo decir que se va a pacificar el país, se va a pacificar México. Eso es un compromiso”, dijo desde Palacio Nacional.
Por ello, el mandatario confió en lograr serenar al país con el trabajo coordinado de todo el Gobierno, cerrando filas, no permitiendo el contubernio de la delincuencia con la autoridad.
«Cero impunidad. Marcando bien la línea, nada de mezclar delincuencia con autoridades. El que se meta a proteger a delincuentes va a ir a la cárcel sin derecho a fianza. Ya no hay influyentismo», afirmó.
El Jefe del Estado mexicano rindió, de acuerdo con la tradición, su Primer Informe de Gobierno. Le llamó “tercer informe” porque previo a esto tuvo asambleas públicas para hacer balances. Lo que llama primer informe fue en marzo, por los 100 días de su Gobierno. El segundo fue el 2 de julio, cuando se cumplió un año de su triunfo en las urnas.
«El pueblo cuidando al pueblo. Eso es la Guardia Nacional. No son buenos los resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva del país», aseguró este domingo.
Asimismo, López Obrador recordó que los gobernantes del pasado buscaron resolver el problema de la inseguridad y la delincuencia mediante la fuerza policial, sin embargo, consideró que el resultado fue catastrófico y «dejó un saldo de muertos, desaparecidos, una crisis en derechos humanos y un gravísimo daño al tejido social».
«Con la convicción de que la violencia genera más violencia, el Gobierno decidió emprender la creación de mejores condiciones de vida y de trabajo para atender las causas que originan la violencia», aclaró.
Además, el Presidente destacó que ya se tiene un mando único coordinado en materia de Seguridad Pública y que el Gabinete de Seguridad se reúne todos los días por la mañana en Palacio Nacional.
«Aquí aprovecho para agradecer el apoyo de los gobernadores de todos los estados de la República. No tenemos diferencias en este tema. Estamos trabajando unidos, no hay motivo para divisiones, mucho menos cuando se trata de garantizar la seguridad del pueblo», subrayó.
LA VIOLENCIA ALCANZA NIVELES HISTÓRICOS
La violencia de los cárteles del narcotráfico, alguna vez confinada a algunas ciudades norteñas, se ha extendido por todo el país. Y cada vez matan más a transeúntes inocentes, como comensales de restaurantes y niños.
Los homicidios subieron a casi 35 mil el año pasado, de los 27 mil perpetrados durante el punto máximo de 2011 de la confrontación del Gobierno con los cárteles. Al menos a 40 mil mexicanos se encuentran en calidad de desaparecidos en décadas recientes; muchos creen que los restos de estas personas están esparcidos en cientos de fosas clandestinas cavadas en campos y patios de casas.
La frecuente respuesta de López Obrador ante los reportes de violencia, incluso contra las fuerzas de seguridad, es “abrazos, no balazos” y “pueblo bueno y sabio”.
El Presidente reconoce que el crimen violento es su mayor reto. El Gobierno federal creó una Guardia Nacional para mejorar la seguridad, reclutando a miembros del ejército y la policía.
Lisa Sánchez, directora de Mexicanos Unidos contra la Delincuencia, considera que la forma en que López Obrador aborda el crimen es “más de lo mismo” y que ha tomado una estrategia militarizada que reacciona al crimen en lugar de intentar prevenirlo.
Sin embargo, no cuenta con elementos suficientes. Incluso si la Guardia Nacional logra su meta de reclutamiento, sólo tendría un agente por cada mil habitantes en México.
Su misión también se ha desviado en gran parte hacia tareas migratorias en un momento en que México, bajo la presión del Presidente Donald Trump, complica a la mayoría de los centroamericanos atravesar el país rumbo a Estados Unidos.
-Con información de AP