«Hablo sobre esto para que cada persona que me lea sepa que le puede pasar a cualquier mujer, en cualquier momento, y que es inevitable sentir impotencia y desesperación», escribió Clara Averbuck.
Ciudad de México, 1 de septiembre, (ElDiario.es/SinEmbargo).- Una escritora feminista y activista brasileña que contó haber sido atacada sexualmente por un conductor de Uber en Sao Paulo ha lanzado una campaña online después de escribir y publicar lo que le sucedió. La campaña vía Twitter de Clara Averbuck es la última de una serie de protestas que las feministas de Brasil llevan mucho tiempo realizando en torno a la violencia que sufren las mujeres. «Lo que me pasó es lo que le pasa a cientos de miles de mujeres brasileñas», asegura Averbuck. «Se trata de algo que sucede a diario, no es solo cosa de Uber».
Como resultado de la agresión, la activista tiene un hematoma en la cara. El conductor le golpeó contra el suelo mientras la violaba. Todavía no ha decidido si denunciará el ataque a la policía. Cuenta que como activista ha sido testigo de tratos mezquinos cuando una mujer ha denunciado este tipo de ataques. También teme que haya represalias.
«Es muy duro denunciar ese tipo de crímenes», dice. «Si no lo puedes probar materialmente, se puede volver en tu contra, el agresor podría demandarte. Esto mismo le ha pasado a varias mujeres, es algo muy común dentro del sistema». Según cuenta, algunas mujeres han llegado a ser atacadas físicamente por las mismas personas a las que han ido a denunciar.
Averbuck fue una de las primeras blogueras en Brasil en hacerse famosa y, desde entonces, ha publicado siete libros. Cuatro son novelas. Además, gestiona la web feminista A Woman’s Place.
Acudió a una fiesta en Sao Paulo el domingo por la noche cuando unos amigos llamaron a un Uber para que la llevase a casa. Cuando el conductor estaba cerca de su edificio de apartamentos, detuvo el coche en una calle oscura y le atacó. «Se aprovechó de la ventaja de que yo era más vulnerable porque había estado bebiendo», asegura.
El lunes por la mañana publicó un relato sobre el ataque en su Facebook. «Hablo sobre esto para que cada persona que me lea sepa que le puede pasar a cualquier mujer, en cualquier momento, y que es inevitable sentir impotencia y desesperación», escribió. «El mundo es un lugar horrible para ser mujer».
En 2006, Brasil introdujo una legislación destinada a luchar contra la violencia machista, la Ley Maria da Penha, que tomó ese nombre después de que esa mujer luchase durante años para encerrar a su marido en la cárcel por los ataques sufridos. La ley aumenta la pena de los atacantes, establece tribunales especiales y comisarías de policía, y exige también la apertura de centros de acogida para mujeres maltratadas. Sin embargo, el problema es más que recurrente en esta sociedad profundamente machista y conservadora. En el año 2013, más de 4 mil 500 mujeres fueron asesinadas en Brasil.
Según una encuesta publicada en marzo realizada por Datafolha, el 29 por ciento de las brasileñas había sufrido ataques verbales, físicos o psicológicos en el último año, pero el 52 por ciento elegía no contarlo. «El machismo se construye sobre la violencia, la dominación y la subyugación de la mujeres», dice la activista. «Es un problema para Brasil».
Un movimiento feminista que no deja de crecer utiliza cada vez más las redes sociales para hacer campaña contra los ataques machistas. En 2014, decenas de miles de mujeres compartieron fotos con la etiqueta «no merezco ser violada», después de que una encuesta demostrase que muchos hombres les culpaban a ellas de los ataques. En 2015, se puso en marcha una campaña llamada #primeiroassédio (algo así como mi primer ataque) después de que usuarios de Twitter lanzasen una oleada de comentarios lascivos sobre una concursante del programa de televisión MasterChef Junior del país.
Sinara Gumieri, una abogada e investigadora del comité de expertos feminista Anis Institute of Bioethics, asegura que muchas mujeres eligen no informar sobre las violaciones por razones similares. «La historia que rodea a la actuación policial en estos casos es muy mala. Hay mucha discriminación, no les creen».
Un portavoz de Uber dijo que se ha prohibido a ese conductor seguir conduciendo para la compañía. «Uber rechaza cualquier tipo de violencia contra las mujeres. El conductor ha sido bloqueado y estamos a disposición de la policía para colaborar con las investigaciones», dijo vía email.
La compañía no ha querido aportar detalles sobre cuántas mujeres han sido atacadas por sus conductores. Algunas mujeres están utilizando la etiqueta #MyAbuserDriver en redes para compartir las técnicas de seguridad que ellas mismas utilizan cuando viajan en Uber, como fotografiar la matrícula, y mandar las imágenes a sus amigos y parejas.