El periodista y hermano de Luciano Rivera Salgado exigió a los tres órganos de gobierno que hagan su trabajo “porque no todo está mal”. El comunicador pidió “no más violencia” y que los agresores del comunicador paguen las consecuencias de sus actos. Luciano Rivera trabajaba como reportero para el canal CNR y fue asesinado de un disparo en la cabeza en las inmediaciones del bar “La Antigua”, ubicado en el bulevar Benito Juárez en el Centro de Rosarito. Así lo confirmó la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) de dicha localidad al diario Zeta, lo que lo convierte en el noveno periodista asesinado este 2017.
La Fiscalía de Baja California consideró hoy, en menos de 24 horas del crimen, que éste se cometió durante un discusión con otros comensales, y no por su labor periodística.
Por Manuel Anaya
Ciudad de México, 1 de agosto (SinEmbargo/ZETA).- Mario Rivera Salgado, propietario de la cadena CNR y hermano del periodista Luciano Rivera Salgado, asesinado la madrugada del pasado lunes dentro del bar La Antigua, en pleno centro de Playas de Rosarito, pidió “no más violencia” y que los agresores del comunicador paguen las consecuencias de sus actos, que se esclarezcan los hechos y que se haga “por todos los homicidios que ha habido y no se han resuelto, por todos los hechos que han consternado a la sociedad y que no ha pasado nada”.
Mediante un mensaje que compartió con medios de comunicación y a través del noticiario nocturno del propio canal, Mario Rivera resaltó que no quería politizar el caso, sino demostrar que «hay más gente buena, más gente que se dedica a hacer el bien, que gente mala, y estaremos siempre levantando la voz de una manera enérgica para decir no a la violencia”.
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Exigió a los tres órganos de gobierno que hagan su trabajo, “porque no todo está mal”, y recordó que hace unos días platicaba con Luciano sobre distintas cosas, charla en la que le dijo que extrañaba mucho a su padre, por lo tanto cree que seguramente “ya está con él, hablando de todo ello, hoy se le cumplió estar con él”, sin embargo, argumentó que esta situación “no debe quedar así” y que deben de pagar las consecuencias de sus actos aquellos que infringen la ley y ante esto ellos seguirán levantando la voz cuantas veces sea necesario.
Agregó que este día, 31 de julio, va a quedar muy marcado tanto para él como para su familia, porque hace 10 años, de los 15 que llevan al aire, el más chico de la casa, que era muy hiperactivo, necesitaba aprender algo, porque hoy en día la vida lo requiere, y recordó que Luciano Rivera empezó a trabajar acomodando cables, a mover cámaras, a recoger la basura, los micrófonos, a limpiar las ventanas.
Trabajo en el que poco a poco su habilidad y su carisma le fueron generando que fuera avanzando y que lo llevaron a ser director de una revista, a que fuera padre de familia, que tuviera dos hijos, y que él, por responsable mantuviera esa dinámica: la familia y el trabajo.
“Él era muy respetuoso, muy cumplidor con el horario; puede tener muchas cualidades, pero tuvo otras que posiblemente para muchos pueden ser criticadas, pero la caballerosidad no es un delito, es algo que se está perdiendo hoy en día, y el día de hoy, en un negocio de la localidad, La Antigua, estaba Luciano con un grupo de amigos iniciando el festejo de su cumpleaños, y escuchó que unos tipos maltrataban a una dama, una joven que bien podría ser su hija, o su vecina, pero Luciano no midió las consecuencias, simple y sencillamente intervino como cualquier persona que es caballerosa, les pidió que la dejaran de estar molestando y golpeando, lo cual incomodó a los tipos y sacaron de sus bolsillos un arma y le dispararon a quemarropa”, detalló.
Situación que le llevó a pensar que es algo que han venido comentando, el tema de la inseguridad que tanto han señalado y exigido, por ello esta situación les demuestra que esos candados y ese compromiso que debe tener la autoridad no lo está haciendo, porque cualquier persona puede traer un arma de fuego y no hay problema, no se le detiene.
De ahí su enérgico llamado, en el que también agradeció a todos los funcionarios de los tres niveles de gobierno que tuvieron la amabilidad de marcarle y hablar con él, a quienes, dijo, de la misma manera a cada uno les hizo patente su coraje, su inquietud y su molestia: “y no por la muerte de Luciano, sino por todos los homicidios que ha habido y no se han resuelto, por todos los hechos que han consternado a la sociedad y que no ha pasado nada”.
Sin más, el titular de la cadena CNR agradeció también a todos los televidentes que han seguido el canal durante muchos años, y compartió que será el día de mañana, a las 19:00 horas, cuando se realicen las exequias de Luciano Rivera Salgado, en la funeraria San Ramón, en Playas de Rosarito.
«NO FUE POR SU TRABAJO»: FISCALÍA
La Fiscalía de Baja California consideró hoy que el asesinato de un disparo a la cabeza al reportero Luciano Rivera en un bar de Playas Rosarito fue fruto de un discusión con otros comensales, y no por su labor periodística.
«Hasta el momento no tenemos ningún dato que nos pudiera hacer presumir que los hechos sean a consecuencia de la actividad periodística de la víctima», dijo en entrevista a Milenio Televisión la subprocuradora de zona de Playas de Rosarito, Patricia Ortega.
Según detalló la representante de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Estado de Baja California, Rivera no había presentado jamás denuncia por algún tipo de represalia por su labor periodística, pues en los registros de la Fiscalía estatal no había «antecedentes de amenazas, actas ni carpetas de investigación».
Ortega detalló que hay un detenido por la agresión, y se ha incautado un arma de fuego.
«Se sabe que la víctima estaba en el interior de un conocido bar de esta localidad y estaba departiendo (conviviendo) junto con algunas compañeras. No tenemos aún la forma de precisar (el homicidio) porque se están realizando las entrevistas con los testigos», apuntó.
No obstante, dijo que «al parecer hubo alguna discusión por la falta de respeto que se cometió en contra de una de las compañeras».
Fue en ese momento cuando uno de las cinco personas que llegaron juntas y supuestamente molestaron a las chicas disparó a Rivera, provocándole «una herida en la nariz que tuvo salida en la parte posterior de la cabeza, que fue lo que le causó la muerte».
Hasta el momento, la Fiscalía estatal ha recabado varios testimonios, imágenes de vídeo y ha solicitado pruebas periciales y análisis del arma de fuego para saber si está registrada o tiene antecedentes delictivos.
EL NOVENO ASESINATO DE UN PERIODISTA
La madrugada del lunes fue asesinado Luciano Rivera, quien trabajaba como reportero para la empresa Canal Local CNR, de un disparo en la cabeza en las inmediaciones del bar “La Antigua”, ubicado en el bulevar Benito Juárez en el Centro de Rosarito, en Baja California, así lo confirmó la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) de dicha localidad al diario Zeta. Lo que lo convierte en el noveno periodista asesinado este 2017.
En el caso del asesinato de Rivera, el reporte se dio alrededor de las 01:40 horas de este día, en el que se mencionó que una persona del sexo masculino fue lesionado por un proyectil de arma de fuego en el interior de un bar y los responsables se dieron a la fuga en un taxi en dirección a Tijuana.
Al llegar los paramédicos al lugar, informaron que la persona ya se encontraba sin signos vitales y por lo tanto fue trasladada a las instancias correspondientes para determinar su caso.
La propia DSPM refirió que al parecer este incidente se presentó por una riña previa entre el reportero y sus agresores, además que se logró detener al conductor del taxi en el que se desplazaron, automóvil en el que también se localizó el arma con que dispararon al comunicador.
En dos videos difundidos en la cuenta de Twitter del periodista Odilón García se observa la secuencia del ataque al periodista. La primera grabación muestra el momento en el que al menos tres sujetos hostigaban a una joven al grado de que el periodista decidió defenderla.
En una segunda grabación se ve a los sujetos salir corriendo del bar para no ser detenidos.
México se ha convertido en el tercer país más peligroso del mundo para el ejercicio periodístico. Desde lo que se le ha llamado “El marzo negro” de la prensa por el asesinato de tres periodistas y ataques a tiros a otros dos, la violencia continúa.