Este 1 de mayo inicia el recorte histórico de producción petrolera, de 9.7 millones de barriles diarios, que espera lograr un equilibrio inexistente en el mercado durante abril, cuando se mostró desbordado por crudo que nadie quiere y que amenaza con superar la capacidad de almacenamiento.
El precio del WTI conserva las alzas observadas en las últimas sesiones y esta mañana se aprecia hasta 20 dólares por barril.
-Con información de Wanda Rudich
Nueva York/Viena, 1 may (EFE).- La OPEP, Rusia, México y otros países productores de crudo ponen en marcha a partir de este viernes un gigantesco recorte de la oferta de petróleo con el objetivo de elevar los «petroprecios», desplomados en abril hasta mínimos históricos por la falta de demanda del «oro negro» en tiempos del coronavirus.
La esperanza de los 13 socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus 10 aliados independientes es que la reducción del bombeo conjunto en 9.7 millones de barriles diarios (mbd) -cerca del 10 por ciento de la producción mundial- reequilibre un mercado desbordado por suministros que nadie quiere y que amenazan con superar la capacidad de almacenamiento.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este viernes con otro repunte del 6.16 por ciento, hasta los 20 dólares el barril, motivado por un aumento de los inventarios estadounidenses menor de lo previsto. A las 9:15 (hora local de Nueva York)los contratos futuros del WTI para entrega en junio sumaban 1.16 dólares con respecto a la sesión previa del jueves, cuando el Texas se disparó un 25 por ciento.
Al cierre del jueves, el precio del barril de petróleo Brent para entrega en junio terminó en el mercado de futuros de Londres en 25.39 dólares, un 11.85 por ciento más que al finalizar la sesión anterior, impulsado por los planes de reapertura de la economía en diversos países, tras el confinamiento por el COVID-19.
Los datos de la Administración de Energía de Estados Unidos revelaron que los inventarios de crudo en el país sumaron unos 9 millones de barriles la semana pasada hasta alcanzar los 527.6 millones, cerca de 1.5 millones menos de lo que preveían los analistas. Este dato alivió ligeramente las preocupaciones en el mercado con respecto al desborde de los sistemas de almacenaje, aunque es un problema que algunos expertos señalan que todavía no se ha solventado sino que se ha ralentizado.
La situación frente a la congestionada costa californiana es todavía complicada y en ella se aglomeran cerca de un centenar de barcos petroleros que esperan a que la capacidad de almacenaje en tierra mejore para poder descargar en puerto todo el crudo que transportan. Los expertos confían en que una reapertura económica más rápida de lo previsto podría ayudar a impulsar los precios y a corregir ligeramente el exceso de oferta que existe actualmente en el mercado.
RECORTE ESCALONADO
Según el acuerdo sellado el 12 de abril por los ministros de la OPEP+ (OPEP y aliados) en una teleconferencia, las extracciones se mantendrán limitadas durante dos años aunque subirán moderadamente a partir de julio, en línea con un paulatino aumento del consumo de «oro negro» previsto para la segunda mitad del año.
Así las cosas, la reducción de 9.7 mbd regirá hasta el 30 de junio, pero será de 7.7 mbd durante el resto del año y de 5.8 mbd entre el 1 de enero de 2021 y el 30 de abril de 2022. Estos recortes pueden ser revisados, si fuera necesario, en la reunión ministerial de la OPEP+ convocada para el 9 y 10 de junio.
Exceptuados del compromiso han quedado los socios de la OPEP Venezuela, Irán y Libia, debido a que llevan ya meses sufriendo caídas involuntarias de las actividades de sus industrias petrolíferas, golpeadas por conflictos internos, crisis y sanciones.
También México logró una excepción al recortar solo 100 mil de los 400 mil barriles diarios que le hubiesen correspondido, después de una insólita intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometiendo que su país se hará cargo de la rebaja de otros 250 mil en nombre del vecino del sur. No obstante, cuatro días más tarde de sellarse el acuerdo, México comunicó que solo mantendrá el recorte en la primera fase, y dejará de hacerlo a partir de julio.
VOLATILIDAD DE LOS PRECIOS
Los precios del crudo cerraron abril en medio de una extrema volatilidad, sobre todo en EU, donde WTI entró por primera vez en terreno negativo el 20 de ese mes, cuando los operadores tuvieron que pagar a cambio de que les quitaran los barriles de los contratos que vencían, al no tener donde almacenarlos.
El WTI terminó ese día a -37.63 dólares, con un desplome de más del 300 por ciento en una sola jornada.
Otros productores, como Noruega, también comunicaron limitaciones de su bombeo y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijo esperar cierres «caóticos» de yacimientos petrolíferos, todo lo cual profundizará la rebaja de la oferta.
Y es que los «petroprecios» actuales, si bien han recuperado parte del terreno perdido hace pocas semanas, siguen, lejos de los más de 60 dólares de principios de año, en su nivel más bajo desde principios de siglo, inferior al coste de producción de las extracciones más sofisticadas.
APREMIANTE ESPERANZA
En medio de una gran incertidumbre, la esperanza para los países altamente dependientes de sus ingresos petroleros es que no se produzca una segunda oleada de contagios por coronavirus a nivel global y que la crisis sea pasajera.
La OPEP estima que entonces el precio del barril podría situarse en torno a los 40 dólares en la segunda mitad del año, según el presidente de turno de la organización y ministro de Energía de Argelia, Mohamed Arkab.
«La economía mundial no permanecerá paralizada por mucho tiempo», vaticinó Arkab el pasado fin de semana en una entrevista a la radio nacional argelina.
Coincidió en esta apreciación con su homólogo ruso, Alexandr Novak, quien en un comunicado instó a no dramatizar la situación. No obstante, AIE, con sede en París, volvió a advertir el jueves sobre la dificultad de prever el impacto de la crisis actual, incomparable con anteriores.
Las restricciones al movimiento de la población «han causado disminuciones de la demanda sin precedentes, cuya velocidad y magnitud exceden en gran medida la flexibilidad normal del mercado de la oferta», subrayó la agencia, tras estimar que el consumo petrolero caerá este año un 9 por ciento, hasta su nivel más bajo desde 2012.