El aumento de la temperatura y los cambios en los patrones de precipitación disminuirán el rendimiento, la calidad y aumentarán la presión de plagas y enfermedades de algunas variedades de plantas de café, pero podrían fortalecer otras, según el estudio publicado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical.
Por Marie Doezema
Ciudad de México, 1 de mayo (SinEmbargo/ViceMedia).- A pesar de los dos últimos años complicados que experimentó la cosecha de café en Brasil, parece que las cosas están empezando a mejorar — al menos temporalmente. Tras la sequía que asoló al país, los expertos en café predicen que la cosecha de este año será abundante y hermosa. Para los consumidores, es una situación de pura ganancia: el café más sabroso a precios bajos.
Jason Sarley, analista sensorial para Coffee Review, una publicación online con sede en California y especialista de grupo de consulta para la comunidad cafetera, expresa que el alivio temporal para los cultivos de Brasil se debe en gran medida a las condiciones del fenómeno climatológico de «El Niño», que trajo consigo lluvias muy necesarias para la región.
Aunque esta es una gran noticia para los amantes del café, Sarley se apresura a subrayar el carácter efímero de la abundante cosecha de Brasil.
«Muchos esperan que se coseche una producción inusualmente grande», afirma antes de realizar una advertencia. «En general, las sequías disminuyen la producción y la calidad. Y es previsible que la situación empeore a medida que pase el tiempo debido a los efectos del cambio climático».
Aunque la dinámica básica de precios — el costo para los consumidores disminuye a medida que aumenta la oferta — funciona para la industria del café a gran escala, los nichos de este mercado se mantendrán relativamente al margen de los altos rendimientos en Brasil.
«Lo que está pasando en Brasil no tiene relación con el resto del mercado especialista de calidades ultra-premium», opina Sarley. «Los cafés de alta gama probablemente conserven sus precios».
Con el fin de entender la producción en masa de este producto, presentamos algunos conceptos básicos sobre el café: a saber distinguir entre las dos variedades más conocidas, arábica y robusta.
«El café surgió en sus orígenes en la frontera entre las tierras altas de Etiopía y el Congo, y se separó genéticamente en dos variedades principales, coffea arabica, que creció en las tierras altas de Etiopía, y coffea canephora, denominada vulgarmente como robusta , la cual creció en las tierras bajas del Congo», esclarece Sarley.
«Las tierras altas de Etiopía son un lugar más delicado, por lo que la variedad arábica en su núcleo es un arbusto de hoja perenne, proveedor de fruta, bastante delicado», continúa. «Posee defensas naturales, incluyendo cafeína y polifenoles, que le ayudan a prevenir enfermedades, pero el aumento general de humedad y temperatura provocado por el cambio climático ha puesto en riesgo incluso el alto cultivo de la especialidad arábica, dado que es una planta bastante delicada».
La robusta, por el contrario, es mucho más saludable para enfrentar al cambio climático, lo que significa que a medida que las temperaturas aumentan, también lo hace su prevalencia.
«La planta de café robusta se distingue de la arábica por su robustez, por su resistencia», instruye Sarley. «Se trata de una planta mucho más saludable. De promedio posee la mitad de los azúcares y el doble de cafeína y polifenoles que le ayudan a proteger la planta».
La cafeína y los polifenoles actúan como una suerte de pesticida natural, ayudando a la defensa de las plantas de café.
Las consecuencias del cambio climático constituyen una preocupación para los expertos de café. Si la variedad arábica está amenazada, también lo está la delicadeza y complejidad que ofrece.
«Los mejores cafés son aromáticos — son florales, son chocolatosos, de sabor frutal, ricos, exóticos, son complicados», valora Sarley. «Son una alteración mental, una experiencia alegre».
Mientras tanto, el interés por las distintas especialidades de café sigue aumentando y difundiéndose por todo el mundo. Cuando la compañía estadounidense Blue Bottle, líder de la industria sibarita del café, abrió sucursales en Japón el año pasado, Associated Press informó que los clientes hacían colas de hasta cuatro horas solo por una taza de la codiciada bebida.
«Por un lado tenemos un aumento masivo de la demanda global del mejor café, pero por el otro lado, los productores están experimentando una fuerte lucha para que no mermen sus cosechas», añade Sarley, estimando que la industria especializada ha crecido aproximadamente más de un 400 por ciento en los últimos 15 años.
Debido a que Brasil produce más del 30 por ciento del café del mundo, el país está en el centro de las preocupaciones con respecto a la influencia del cambio climático y el café. Los agricultores están preocupados, aunque muchos consumidores han permanecido relativamente ajenos al conflicto.
Un estudio publicado el año pasado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en el marco del Programa de Investigación de CGIAR sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS por sus siglas en inglés) se centró específicamente en las proyecciones para la planta más delicada, la arábica.
«El aumento de la temperatura y los cambios en los patrones de precipitación disminuirán el rendimiento, la calidad y aumentarán la presión de plagas y enfermedades [de esta variedad de la planta]», según el estudio, el cual también estima que Brasil percibirá una disminución del 25 por ciento en la producción de arábica de aquí a la década del 2050.
Como en el caso de las uvas y la producción de vino, muchos científicos predicen que las distintas variedades de café continuarán evolucionando a medida que cambien las temperaturas; lo que podría ser bueno para ciertas regiones, y malo para otras.
«Si buscamos soluciones a largo plazo tenemos que pensar cómo enfrentar al cambio climático a nivel global debido a que justamente los países exportadores [de café] se están llevando la peor parte, y a largo plazo sufrirán las peores repercusiones», pronuncia Sarley. «La verdadera pregunta es: ¿cómo podemos evitar el cambio climático para que podamos preservar estas delicadas y hermosas variedades de la planta que emergen en magníficas tazas de café?».
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