El organismo internacional alertó que sin ayuda pública muchos caerán en la pobreza, incluso en los países más ricos, empeorando aún más el problema de la desigualdad.
Naciones Unidas, 1 de abril (EFE).- La economía global puede contraerse este año alrededor de un 1 por ciento, frente al crecimiento del 2.5 por ciento que se preveía, como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, un impacto que puede ser aún mayor si las restricciones para combatir la enfermedad se alargan hasta el tercer trimestre o si las medidas fiscales no son adecuadas, según advirtió este miércoles Naciones Unidas.
En un informe, la ONU apunta que un paquete de estímulo bien diseñado, que dé prioridad al gasto sanitario para frenar el virus y que apoye económicamente a los hogares más afectados reducirá la probabilidad de una recesión profunda.
«Se necesitan medidas políticas urgentes, no sólo para contener la pandemia y salvar vidas, sino también para proteger a los más vulnerables en nuestras sociedades de la ruina económica y apoyar el crecimiento económico y la estabilidad financiera», apuntó en un comunicado Liu Zhenmin, el responsable del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas.
Según la ONU, las restricciones al movimiento y las medidas de confinamiento están teniendo ya un efecto muy duro en las economías de Europa y Norteamérica, sobre todo en sectores como el comercio, el ocio, la hostelería y los transportes, que suponen más de un cuarto de los empleos.
Esos efectos se contagiarán muy pronto a los países en vías de desarrollo a través de los canales comerciales y de inversión, con una contracción del consumo que les afectará y que contraerá la producción manufacturera.
Según el informe, en el peor escenario el Producto Interior Bruto (PIB) mundial se reduciría alrededor de un 0.9 por ciento en 2020, frente al crecimiento del 2.5 por ciento que vaticinaba la ONU, y la caída puede ser aún mayor si las restricciones se prolongan o si las medidas de estimulo no son suficiente.
Como comparación, la organización recuerda que la economía global se contrajo un 1.7 por ciento en 2009 como consecuencia de la última gran crisis financiera.
El documento advierte de que los países en vías de desarrollo, especialmente los que dependen del turismo y la exportación de materias primas, se enfrentan a riesgos más pronunciados.
Como consecuencia, alerta la ONU, los Gobiernos pueden verse obligados a recortar sus presupuestos en un momento en el que es necesario expandirlos para contener la pandemia y apoyar el consumo y la inversión.
Mientras, el coronavirus está golpeando especialmente a millones de trabajadores con menos ingresos en el sector de los servicios, que a menudo carecen de las protecciones laborales que hay en otros ámbitos.
Sin ayuda pública muchos caerán en la pobreza, incluso en los países más ricos, empeorando aún más el problema de la desigualdad, insiste Naciones Unidas.
En ese sentido, destaca que gran parte de la población no tiene recursos para mantenerse por encima de la línea de la pobreza durante tres meses si no recibe ingresos.
Como ejemplo señala los casos de Italia y España, dos de los países más golpeados por la COVID-19, donde se estima que un 27 y un 40 por ciento de los habitantes, respectivamente, carece de ahorros para estar tres meses sin trabajar.