La contaminación acústica es una amenaza no tan silenciosa que perturba nuestra salud y que puede generar numerosas patologías físicas y psicológicas que en algunos casos pueden conducir a un desenlace fatal.
Por Álvaro Piqueras
Madrid, 1 de enero (AS).- Es una realidad de la que cada vez somos más. El ruido nos afecta más allá de la molestia que supone. Su incidencia en nuestra salud y en el desarrollo de enfermedades está científicamente demostrada y no es de extrañar que la Organización Mundial de la Salud lleve tiempo alertando sus consecuencias.
Y es que las evidencias se siguen acumulando. Ahora, una investigación a cargo de expertos del Instituto Suizo de Salud Tropical y Pública, ubicado en Basilea, ha demostrado por primera vez que el fuerte ruido nocturno de los aviones puede desencadenar una muerte por un episodio cardiovascular dentro de las dos horas siguientes a la exposición.
El trabajo, publicado en la revista European Heart Journal, analizó los datos de mortalidad con la exposición a ruidos nocturnos agudos en los alrededores del aeropuerto de Zúrich entre 2000 y 2015. En concreto, los investigadores hallaron que el riesgo de muerte cardiovascular aumenta en un 33 por ciento para niveles de ruido nocturno entre 40 y 50 decibeles y en un 44 por ciento para niveles superiores a 55 decibeles.
El silencio durante las horas de sueño es necesario para una mejor salud cardiovascular.
Does night-time aircraft noise trigger mortality? A case-crossover study on 24 886 cardiovascular deaths https://t.co/GB1EjqYmjZ— Walter Reyes Caorsi (@reyescaorsi) December 1, 2020
Curiosamente la OMS, en 2018, actualizó sus recomendaciones, no vinculantes, sobre los límites de ruido que son recomendables y publicó una guía de referencia dirigidas a las autoridades. En ese documento, el organismo recomendaba encarecidamente adaptar tanto las infraestructuras como los propios medios de transporte y establecía, en el caso del tráfico aéreo, un límite 45 decibelios de día y 40 de noche. Parámetros que en el caso del aeropuerto de Zúrich no se cumplen.
«Encontramos que el ruido de los aviones contribuyó a unas 800 de las 25 mil muertes cardiovasculares que ocurrieron entre 2000 y 2015 en las cercanías del aeropuerto de Zúrich. Esto representa el tres por ciento de todas las muertes cardiovasculares observadas», señala Martin Röösli, autor del trabajo. Y no fueron más porque el aeropuerto suizo tiene un toque de queda de 23:30 a 06:00 horas.
CAUSA ESTRÉS Y AFECTA AL SUEÑO
Según el investigador, los resultados son similares a los efectos que tienen las emociones como la ira o la excitación en la mortalidad cardiovascular. «Esto no es tan sorprendente, ya que sabemos que el ruido nocturno causa estrés y afecta al sueño», añade.
De igual forma, el efecto del ruido nocturno fue más pronunciado en zonas tranquilas con poco ruido de fondo atribuible al tráfico ferroviario y de carretera y para las personas que viven en casas antiguas, que a menudo tienen menos aislamiento y por lo tanto son más propensas al ruido.
La mayoría de los estudios sobre el ruido del transporte y la mortalidad cardiovascular se han centrado en la exposición a largo plazo al ruido. Estos estudios demostraron que la exposición crónica al ruido es un factor de riesgo para la mortalidad cardiovascular. En toda Europa, 48 mil casos de cardiopatía isquémica por año pueden atribuirse a la exposición al ruido, en particular al ruido del tráfico rodado.