Ciudad de México, 16 de marzo (SinEmbargo).– Es mitad mexicano, es inteligente, es guapo. Es conservador. Pero, sobre todo, tiene el nombre y apellido correcto para una sociedad que, a falta de monarquía, adora las familias en el poder.
Se llama George Prescott Bush, uno de los 40 individuos más influyentes menores de 40 años, según la revista Time. Acapara los reflectores en Estados Unidos. Forma parte de una de las dinastías más destacadas de este país, pero no sobresale sólo por su apellido: también por tener raíces hispanas y ser una de las cartas fuertes del Partido Republicano para el futuro inmediato.
Tiene tras de sí un fuerte pasado político que se inició con su bisabuelo, ex Senador. Su abuelo y su tío fueron presidentes de Estados Unidos, mientras que su padre se desempeñó como Gobernador de Florida. Su madre es mexicana.
Ahora él busca convertirse en el próximo comisionado de Tierras de Texas. Aunque hay quien dice que lo que realmente hará será preparar su camino a la Casa Blanca, con una posible escala en la gubernatura texana.
Habla español. Es de tez morena y sigue su trayectoria política con la gran expectativa de si será capaz de ganar o no el voto hispano. Si bien apoya a este sector y está a favor de una reforma migratoria, aún se desconoce mucho de su ideología. Lo que sí se sabe es que su origen lo ha llevado a ser discriminado.
«En nuestra sociedad, desafortunadamente, la gente juzga por su color de piel; he encontrado discriminación toda mi vida, en todas partes del país», confesó hace años en una entrevista con Jorge Ramos.
A sus 36 años, con amplia carrera y con un pasado marcado por la discriminación, los republicanos han apostado por él y podría sorprendernos los próximos años en su ascenso.
George Prescott Bush nació en 1976. Es bisnieto de Prescott Bush, ex Senador de Estados Unidos, y nieto del ex Presidente George H.W. Bush.
Prescott se licenció en la Universidad Rice y cuenta con un Doctorado por la Escuela de Leyes de la University of Texas.
Hijo del ex Gobernador de Florida Jeb Bush y de la inmigrante mexicana naturalizada estadounidense Columba Garnica Mayo, por lo que habla español. Es el primer político de ascendencia hispana de la dinastía Bush.
Su incursión en el mundo de la política se dio desde temprana edad. Cuando tenía 12 años participó en una de las sesiones de la Convención Nacional Republicana en la que su abuelo fue nominado candidato presidencial.
A los 16, volvería a la Convención.
Además, tuvo activa participación en las campañas de su tío George W. Bush.
Él mismo se describe «como un empresario y filántropo exitoso». Enseñó historia en una escuela secundaria del sur de la Florida.
También prestó servicio con la Armada y es veterano en la guerra de Afganistán. Asimismo, creó St. Augustine Partners, una firma de asesoría empresarial con sede en Fort Worth.
A mediados de 2012 se le nombró subdirector de Finanzas del Partido republicano en Texas.
Está casado con la estadunidense Amanda Williams, a quien conoció en la Universidad.
Ahora que encamina su carrera política -incluso algunos seguidores y medios ya lo consideran posible candidato presidencial en las próximas elecciones- sus cartas fuertes se centran en su apellido y su ascendencia mexicana, punto clave para lograr el voto hispano.
Es considerado «una estrella ascendente» entre los hispanos conservadores y también se la ha llamado «el arma secreta de los Republicanos».
Durante la carrera presidencial de 2012 en EU, el periódico The Wall Street Journal publicó que algunos republicanos conservadores se empezaban a «suavizar» en materia migratoria. Esto tenía como fIn reclutar candidatos hispanos y aumentar los simpatizantes de esta minoría -la segunda más grande en la Unión Americana-.
De acuerdo con el rotativo, dicha táctica se implementó a nivel nacional, aún así el triunfo fue para los demócratas.
En esta tarea, P. Bush se encargó de crear un comité para promover que representantes hispanos alcanzaran escaños a nivel local y estatal.
Pese a sus orígenes, P. Bush ha hablado muy poco sobre los indocumentados, que suman cerca de 11 millones. Si bien se ha pronunciado a favor de una reforma migratoria integral, no ha ofrecido más detalles sobre su postura.
Su padre, el ex Gobernador republicano de Florida, Jeb Bush, dijo el 4 de marzo que no apoya las medidas que puedan dar la ciudadanía a los inmigrantes en Estados Unidos, pues violaría el estado de derecho.
Al día siguiente se desdijo y aseguró que no tenía problema con ello, siempre y cuando no se convirtiera en un imán de «más inmigración no autorizada» en EU.
Por su parte, el ex Presidente, George W. Bush, encabezó en 2007 el más reciente intento por aprobar una reforma migratoria. Años más tarde, en 2012 reiteró que «los inmigrantes son parte benéfica y total del estilo de vida estadunidense».
Sin embargo, en su mandato se endurecieron las medidas de rigor contra los indocumentados, incluyendo un incremento de la vigilancia militar en la frontera con México.
Contrastando con esta situación, hace años P. Bush confesó haberse sentido discriminado por su origen hispano y su color de piel.
En entrevista con Jorge Ramos, afirmó que le habían llamado «wetback» (espalda mojada/indocumentado) y «tar baby» (bebé de brea).
-¿A un Bush (miembro de una familia comparable con los Kennedy) lo han discriminado en los Estados Unidos? -preguntó el periodista.
-Como no. En nuestra sociedad, desafortunadamente, la gente juzga por su color de piel; he encontrado discriminación toda mi vida, en todas partes del país- contestó.
Según Ramos, en su país P. Bush ha sido comparado con el candante Ricky Martin e incluso la revista People lo incluyó en una de esus ediciones como uno de los hombres «más sexys de EU».
En noviembre pasado, el joven Bush presentó ante la Comisión de Ética de Texas sus intenciones de buscar un cargo estatal en el 2014 pero no indicó cuál. Pronto los rumores y especulaciones comenzaron a circular, en el orden de que podría postularse a secretario de Justicia o Gobernador.
La incógnita fue revelada hasta el 12 de marzo, cuando presentó la documentación oficial para postularse por el cargo de comisionado de Tierras de Texas el próximo año.
Si bien es un puesto poco conocido, tiene gran relevancia pues su historia se remonta a 1836 y es el más antiguo cargo de elección continua en el estado. Además, de resultar ganador continuaría con la dinastía política familiar y con su camino hacia la Casa Blanca.
Los datos lo favorecen. Desde 1994 ningún demócrata ha obtenido un puesto a nivel estatal en Texas. Pero para triunfar deberá contar con el apoyo hispano -tradicionalmente este sector vota por los demócratas- pues su presencia en la entidad suma 35 por ciento de la población.
Aún sin revelar el puesto al que se postularía, el pasado 15 de enero ya había reunido 1.3 millones de dólares para su campaña. Lo ayudaron su padre, su tío y algunas figuras conservadoras destacadas. En Texas fue donde más dinero obtuvo: 65 por ciento, seguido por Florida con 25 por ciento y un nueve por ciento del resto del país.