La zona arqueológica de El Tajín y las danzas son sólo algunos de los elementos de la cultura Totonaca que aún pueden ser apreciados. La Cumbre Tajín busca mostrar y preservar estos elementos.
Ciudad de México, 13 de febrero (SinEmbargo).- Veracruz es una de las entidades con mayor riqueza cultural de México, sus danzas, comida, edificios y cada detalle maravilloso veracruzano encierra historia. Veracruz es tierra de culturas prehispánicas, una de ellas es la Totonaca, una antigua civilización mesoamericana que se asentó en la planicie costera veracruzana y en la sierra norte de Puebla.
De acuerdo con la Mediateca del INAH, el nombre «totonaca» proviene del náhuatl «totonacatl», esto en referencia a los habitantes del Totonacapan y a sus centros más representativos: Cempoala, Tajín y Castillo de Teayo. El esplendor de esta cultura se dio en el periodo Clásico, evidencia de esto son las estructuras de sus construcciones y sus piezas arqueológicas.
En la publicación Los totonacas de Veracruz Población, cultura y sociedad de la Profesora e investigadora del Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Golfo), Victoria Chenaut, explica que la región del Totonacapan se caracteriza por su variada geografía, en ella coexisten distintos tipos de climas y recursos naturales; la parte veracruzana del Totonacapan está constituida por montaña y parte de la planicie costera, ahí el clima es caluroso y tiene abundantes lluvias en verano.
Aún podemos ser testigos de la cultura Totonaca en elementos como las danzas. «El ámbito de las danzas indígenas es una de las manifestaciones más espectaculares de la cosmovisión de los totonacas. Se han registrado alrededor de 20 danzas diferentes; entre ellas cabe mencionar las danzas de Voladores, Negritos, Guaguas, Moros y Españoles, entre otras», se lee en el documento de Victoria Chenaut.
Las danzas incorporan elementos como vestimentas coloridas, máscaras, música y coreografías que se relacionan con la concepción del mundo. Una de estas danzas es la que se realiza en el municipio de Coyutla en la Sierra de Papantla en honor a San Andrés, «los danzantes deben residir en la casa del puxc’u o jefe de la danza, cumpliendo una serie de prohibiciones, como la de no ingerir alcohol. En caso de que alguno de los danzantes no las cumpla, recibe un castigo sobrenatural que puede provocarle enfermedades, y para recuperar el equilibrio, tienen que realizarse ciertos rituales, refiere la investigadora.
Al hablar del Totonacapan es hablar de la vainilla, que ocupó un lugar central en la cultura Mesoamericana y se le relacionaba con los dioses, además se usaba en rituales y adquirió valor económico. Ahora, la vainilla de Papantla cuenta con denominación de origen, esta denominación protege al fruto de la orquídea Vanilla planifolia Andrews; además de una mezcla característica de subespecies, siendo las más comunes, las que son conocidas como Vainilla Fina o Mansa, con diversos subtipos como Verde, Amarilla, Cazones, Zozocolco, Riva Palacio y Valenzuela; Vainilla Rayada, Tarro o Acamaya; Vainilla Oreja de Burro y Vainilla Mestiza, con la que se designa a la vainilla en vaina.
La Cumbre Tajín busca mostrar la riqueza de la cultura Totonaca y preservar los elementos de ella que aún quedan vivos, como sus tradiciones, gastronomía, construcciones y los saberes de las Abuelas y Abuelos. Aún queda mucho por decir de la cultura Totonaca, pero lo más importante es valorarla y protegerla.