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¿Todas las variantes deberían preocuparnos por igual? Un experto explica por qué no

viernes, septiembre 10th, 2021

Las variantes del SARS-CoV-2 han acaparado la atención de los medios. Desde la aparición del virus y su expansión a pandemia, mucha información ha surgido alrededor del tema, y si bien las mutaciones pueden representar inconvenientes, un experto reflexiona sobre la preocupación desmedida en torno a las variantes.

Por Guillermo López Lluch
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide

Madrid, 10 de septiembre (The Conversation).- A lo largo de la pandemia originada por el SARS-CoV-2 se han sucedido varios hitos importantes. Cuando empezó todo, desde Europa asistíamos a la epidemia de un nuevo coronavirus en China como meros espectadores. Nos autoconvencíamos de que el problema iba a ser como el causado por el SARS-CoV de 2003 o el MERS, que aún afecta a los países del golfo pérsico.

Pero no fue ni mucho menos así. El nuevo virus rápidamente se dispersó por todo el mundo. Es más, nos obligó a todos a recluirnos en casa e ir modificando nuestras costumbres para protegernos de él.

Para un biólogo como yo, otro de los grandes hitos de la pandemia es que estamos siendo testigos de un proceso evolutivo muy rápido, en tiempo real, en muy pocos meses. El coronavirus acumula mutaciones que mejoran su capacidad de relación con su nuevos huéspedes, los seres humanos. Las mutaciones de las que hace acopio le permiten contagiar cada vez con mayor efectividad a los seres humanos. Y aparecen esas variantes de las que todos los medios hablan. O más que hablar, alertan. A veces, en exceso.

Las mutaciones de las que hace acopio le permiten contagiar cada vez con mayor efectividad a los seres humanos. Foto: Michael Probst, AP

¿En qué acabará la cosa? Posiblemente, nos convertiremos en su nuevo reservorio. O lo que es lo mismo: para el coronavirus pasaremos a ser un organismo donde la variante adaptada a los humanos contagia y prolifera, pero sin crear grandes problemas de salud.

Es muy probable que el SARS-CoV-2 siga el camino de sus predecesores y acabe convertido en el quinto coronavirus endémico que nos produce catarros y resfriados sin demasiada importancia. Sólo será peligroso si nuestro sistema inmunitario baja la guardia y no consigue mantenerlo a raya.

NO TODAS LAS VARIANTES SON IGUALES

Los medios suelen hablar de nuevas variantes como si todas supusiesen un gran problema. Tratan a cualquier variante que aparece como potencial protagonista de olas más agresivas de la COVID-19, capaz de burlar la protección que han generado las vacunas.

Pero no es ni mucho menos así. No todas las variantes tienen la misma importancia. Además de que tampoco parece que puedan hacer que las vacunas dejen de ser efectivas.

Esta imagen de microscopio electrónico de barrido muestra el SARS-CoV-2 (objetos redondos de oro) emergiendo de la superficie de las células cultivadas en el laboratorio. El SARS-CoV-2, también conocido como 2019-nCoV, es el virus que causa la COVID-19. Foto: NIAID

La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue dos tipos de variantes, variantes de interés y variantes de preocupación:

Las variantes de interés son familias de virus que han sufrido una o varias mutaciones que les confieren algunas mejoras en la capacidad de contagio, de gravedad o de resistencia frente al sistema inmunitario. Estas variantes aún no se han dispersado de una manera general, sino que han quedado restringidas a ciertos lugares. Entre ellas tenemos actualmente la Eta, Iota, Kappa, Lambda y Mu.

Las variantes de preocupación es como se llama a las que han sufrido mutaciones que producen efectos similares a los de las variantes de interés pero que sí se han impuesto de forma generalizada, aumentando enormemente la capacidad de contagio y la virulencia. Incluso han modificado los síntomas que producen, lo que podría poner en jaque los sistemas de diagnóstico, los tratamientos desarrollados o las vacunas. Es el caso de las ya archiconocidas a Alfa, Beta, Gamma y Delta.

Las variantes de interés pasarán a ser de preocupación si se comienzan a imponer sobre las anteriores y se dispersan de una manera más generalizada, aumentando la infectividad y provocando nuevos brotes más agresivos.

MUCHAS VARIANTES EN POCO TIEMPO

La aparición de variantes sólo indica que el virus se está adaptando a nuestro organismo. La secuencia de los aminoácidos que forman parte de sus proteínas está codificada en su genoma, como en el de cualquier otro organismo. Muchos de estos aminoácidos son esenciales para que sus proteínas funcionen y no pueden cambiar. Sin embargo, los hay que pueden sufrir modificaciones.

Las variantes de interés pasarán a ser de preocupación si se comienzan a imponer sobre las anteriores y se dispersan de una manera más generalizada. Foto: KEYSTONE/Laurent Gillieron

La proteína vírica que está sufriendo más mutaciones es la que el virus utiliza para introducirse en las células, la famosa proteína S o espícula. Esto es así porque para cumplir con su función debe adherirse con fuerza suficiente a la proteína ACE2 humana.

El SARS-CoV-2 proviene de otro organismo. En los murciélagos, la proteína ACE2 a la que se unía es ligeramente diferente a la que tenemos los humanos y esas diferencias interfieren en la forma en que las dos proteínas interaccionan. Una de las primeras mutaciones fue la que cambió un ácido aspártico (D) por una glicina (G) en la posición 614 de la proteína (D614G). A partir de esa modificación, el virus ganó capacidad de contagio y se expandió por todo el mundo.

A partir de esta primera variante, el resto de mutaciones ha ido mejorando la capacidad de interacción del virus con la proteína ACE2 humana. Las mutaciones se han acumulado básicamente en la misma zona de la proteína S, y las variantes comparten mutaciones idénticas o similares. Ese mecanismo provoca que las variantes nuevas se originen a partir de modificaciones de las variantes exitosas anteriores, como la recientemente descubierta en Sudáfrica, aún sin nombre.

LAS VACUNAS SON EFECTIVAS CONTRA LAS NUEVAS VARIANTES

Las variantes de precaución acumulan cambios puntuales, limitados y que afectan a la misma localización. Cuando se alcance la secuencia de proteína S más adecuada para la interacción con la proteína ACE2 humana, cualquier otro cambio empeorará la capacidad de infección.

Teniendo todo ello en cuenta, las vacunas utilizadas hasta el momento han mostrado capacidad para mantener a raya a las nuevas variantes evitando, en la inmensa mayoría de los casos, la enfermedad en su versión grave pero no el contagio. Una vez vacunados, el virus sigue llegando a nuestra mucosa nasofaríngea e infectando a las células epiteliales. Pero las vacunas han generado linfocitos memoria que detectan rápidamente el ataque. Estos linfocitos se activan y reducen la proliferación del virus reteniendo la infección en la garganta, especialmente los linfocitos T memoria. Como consecuencia, se evita la neumonía, que era la que más complicaciones y fallecimientos provocaba.

Las vacunas utilizadas hasta el momento han mostrado capacidad para mantener a raya a las nuevas variantes evitando, en la inmensa mayoría de los casos, la enfermedad en su versión grave pero no el contagio. Foto: Pfizer vía AP

Este proceso ya ha ocurrido de forma natural. En pacientes asintomáticos de la primera ola se encontró respuesta inmunitaria dependiente de linfocitos T contra los antígenos comunes presentes en los coronavirus humanos, en el SARS de 2003 y en el SARS-CoV-2.

En un futuro no muy lejano, las infecciones posteriores con las nuevas variantes irán reforzando la respuesta inmunitaria. Estos contagios futuros, la mayoría de ellos asintomáticos y leves, terminarán generando una respuesta inmunitaria más global y contra todos los antígenos víricos (no sólo contra la proteína S, que es la respuesta que generan las vacunas). Esta inmunidad general acabará produciendo inmunoglobulina A que reducirá aún más la capacidad infecciosa del virus y, por tanto, su dispersión.

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¿Qué tan preocupante es la variante Lambda, que afecta a Sudamérica? Expertos indagan

lunes, agosto 23rd, 2021

Aunque la OMS mantiene a Lambda como una variante de interés, en los últimos meses ha llamado la atención de algunos especialistas por la posibilidad de que pueda ser más transmisible que Delta. ¿Qué se sabe al respecto y cómo ha afectado a Sudamérica? Expertos lo explican.

Por Huang Shunda y Chen Yao

BEIJING, 23 ago (Xinhua) — Mientras la variante Delta del nuevo coronavirus predomina a escala mundial, otra variante del mismo, Lambda, está generando preocupación por su mayor transmisión posible.

CON UN PIE EN MÚLTIPLES PAÍSES

La variante Lambda (C.37) del nuevo coronavirus, causante de la actual pandemia de la COVID-19, fue identificada por primera vez en Perú en diciembre de 2020.

En junio pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la nombró con la letra griega “lambda”, y la declaró como una variante de interés (VOI, por sus siglas en inglés), nivel más bajo que la variante de preocupación (VOC) a la que pertenece la Delta.

Según cifras de la Iniciativa Global para Compartir Todos los Datos de la Influenza (GISAID, por sus siglas en inglés), actualmente hay al menos 30 países o regiones infectadas con la Lambda, entre los más afectados están los países sudamericanos.

Las autoridades de Perú informaron que llegó al 81 por ciento la proporción asociada con Lambda de los casos secuenciados de COVID-19. Gustavo Rosell, Viceministro de Salud Pública del Ministerio de Salud (Minsa), ratificó que fue esta la causante de la segunda ola en el país.

La variante Lambda (C.37) del nuevo coronavirus, causante de la actual pandemia de la COVID-19, fue identificada por primera vez en Perú en diciembre de 2020. Foto: Ernesto Arias, AP

En otras naciones de América del Sur, como Argentina y Chile, la Lambda es la segunda variante prevalente después de la Gamma, lo que plantea desafíos para la prevención de la epidemia.

La OMS señaló en un informe que Argentina reportó una prevalencia creciente de Lambda desde la tercera semana de febrero pasado, y entre el 2 de abril y el 19 de mayo de 2021, la variante representó el 37 por ciento de los casos de COVID-19 secuenciados. Mientras Chile representó una vez hasta el 32 por ciento de los casos secuenciados.

El Ministerio de Salud de Chile exhibió el mes pasado los resultados de la secuenciación de más de 4 mil muestras de casos entre el 22 de diciembre de 2020 y el 17 de julio de 2021, en que se detectó la Lambda en un 22.8 por ciento del total de muestras analizadas.

Además, las estadísticas de la GISAID muestran que a principios de agosto se habían detectado más de mil casos de infección por la Lambda en Estados Unidos. Por su parte, en Europa, España y Alemania se han identificado respectivamente más o cerca de 100 casos relacionados con la mencionada variante. La Lambda también “aterrizó” hace poco en países asiáticos como Japón y Filipinas.

DAÑOS A INVESTIGAR

Eduardo Yong Motta, exministro peruano de Salud, coincidió en conversación con Xinhua en que una de las características más importantes de Lambda es ser “nueva y desconocida”.

En otras naciones de América del Sur, como Argentina y Chile, la Lambda es la segunda variante prevalente después de la Gamma, lo que plantea desafíos para la prevención de la epidemia. Foto: Emilio Morenatti, AP

Según la OMS, la Lambda porta una serie de mutaciones con sospechas de implicaciones fenotípicas, acompañadas de un posible aumento de la transmisibilidad o de la resistencia a los anticuerpos neutralizantes.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Tokio en Japón confirmaron las propiedades de la variante nuevamente a través de experimentos.

Sin embargo, Sylvain Aldighieri, gerente de Incidente para COVID-19 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), afirmó que la posible transmisión aumentada de la Lambda aún no se ha documentado lo suficiente y, por esa razón, “no es posible compararla con otras variantes como Gamma o Delta”.

Además, planteó que “hasta el momento, no existe evidencia de que la variante Lambda tenga un comportamiento más agresivo o severo” que las otras variantes.

En cuanto al impacto del virus mutante sobre la efectividad de las vacunas, la viróloga mexicana Susana López Charretón explicó que, si bien no se ha demostrado que disminuya la protección, lo que preocupa es que los anticuerpos generados por vacunas ya no reconozcan a los Spike en las variantes si tienen cambios.

Sylvain Aldighieri, de la OPS, afirmó que la posible transmisión aumentada de la Lambda aún no se ha documentado lo suficiente y, por esa razón, “no es posible compararla con otras variantes como Gamma o Delta”. Foto: Mary Altaffer, AP

“Pero también cuando nos vacunamos tenemos otra protección de respuesta inmune celular, y esa afortunadamente funciona muy bien contra las variantes. Entonces en cuanto a protección, no hay problema”, enfatizó.

ALERTA CONSTANTE

Gracias a la vacunación a gran escala, en algunos países latinoamericanos la epidemia actual se ha ralentizado, pero los expertos sostienen que relajar la vigilancia puede causar nuevos picos de epidemia.

Según López, las vacunas protegen a las personas en pos de que no se enfermen de manera severa y grave, pero no protegen contra la infección. Además, debido a la baja tasa de vacunación actual, una vez que se relajen la prevención y el control, el riesgo sobre las personas susceptibles aumentará considerablemente.

Sergio Wehinger, doctor en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, también señaló que Chile ha empezado a ver el efecto de las vacunas y que la pandemia parece estar declinando, “pero este bienestar es frágil y se puede romper fácilmente con la aparición de nuevas variantes”, comentó.

Los expertos en Chile proyectan para octubre un avance en la transmisión de variantes como Delta y Lambda, por lo que han instado a fortalecer el testeo, la trazabilidad, el aislamiento y la secuenciación genómica, para evitar retroceder pasos en términos de la pandemia.

Gracias a la vacunación a gran escala, en algunos países latinoamericanos la epidemia actual se ha ralentizado, pero los expertos sostienen que relajar la vigilancia puede causar nuevos picos de epidemia. Foto: Antonio Calanni, AP

En Perú, el Ministro de Salud, Hernando Cevallos, advirtió en días pasados que el Gobierno dispuso reforzar acciones para “mejorar la detección” de la Delta, debido a que el país posiblemente se verá afectado en los próximos meses por una tercera ola de contagios de la COVID-19, y la Delta podría generar gran impacto sobre la población.

Frente a la infestación de las variantes del virus, Zhao Lei, experto en infectología del Hospital Union de Wuhan recordó que mientras se vacuna tanto como sea posible, los expertos y pacientes deben mantener las medidas de uso de mascarillas y distancia social, que son necesarias y eficaces a la hora de hacer frente a la pandemia.

“Los virus mutados seguirán existiendo. La clave es disminuir el número de casos, reduciendo así las posibilidades de replicación y mutación del virus. Por lo tanto, la vacunación masiva y las medidas de prevención siguen siendo la clave para controlar la epidemia”, recalcó.

(Contribuyeron a esta información los corresponsales de Xinhua Hao Yunfu y José Aguiar en Lima, Ni Ruijie y Juan Manuel Nievas en Buenos Aires, Wu Hao y Zhu Yubo en Ciudad de México y Valentina Bastías Atias en Santiago de Chile)