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Varias empresas en RU probarán semana laboral de 4 días para mejorar productividad

jueves, enero 20th, 2022

Entre otras firmas, la filial británica de la compañía japonesa Canon también forma parte de esta iniciativa.

Reino Unido, 20 de enero (RT).- Varias empresas participarán en un proyecto piloto coordinado por 4 Day Week Global, que se iniciará en junio en el Reino Unido, para reducir la semana laboral a cuatro días.

En el marco del programa de seis meses, los empleados trabajarán 32 horas a la semana, sin reducción de su salario. Asimismo, varias compañías podrán pedir al personal que reparta las 32 horas laborables en cinco días.

Joe Ryle, director de la Campaña de la Semana de Cuatro Días en el Reino Unido, señaló en una entrevista con Bloomberg que “pasar a una semana de cuatro días sería un beneficio para las empresas”. “Los estudios han demostrado que la productividad mejora junto con el correspondiente aumento del bienestar de los trabajadores”, explicó.

Programas similares coordinados por 4 Day Week Global ya se están llevando a cabo en Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Foto: AP.

Entre otras compañías, en el proyecto participa la filial británica de la empresa japonesa Canon, Canon Medical Research Europe, que probará la nueva modalidad de trabajo entre sus 140 empleados, según The Guardian. “Como empleadores con capacidad de respuesta, siempre buscamos la manera de adaptar nuestras prácticas de trabajo para garantizar que los empleados encuentren su tiempo con nosotros significativo, satisfactorio y productivo”, indicó Ken Sutherland, presidente de la firma.

Programas similares coordinados por 4 Day Week Global ya se están llevando a cabo en Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Mientras, entre 2015 y 2019, Islandia fue escenario de la mayor prueba realizada en el mundo para evaluar los efectos de cuatro días laborables, y según el análisis, la prueba tuvo un “éxito abrumador“, lo que se reflejó tanto en un incremento del bienestar como de la productividad.

Algunas empresas separadas también han optado por reducir la semana laboral. En particular, en septiembre de 2021, la compañía británica Belmont Packaging, especializada en fabricar cartón ondulado liso e impreso, decidió adoptar la medida. De igual manera, recientemente, la empresa japonesa Panasonic anunció que comenzará a ofrecer esta opción a sus empleados en el país nipón.

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Las largas jornadas de trabajo (55 horas semanales) causan ya 750 mil muertes anuales

viernes, septiembre 17th, 2021

Las muertes por trabajo ligadas a cardiopatías aumentaron un 41 por ciento entre 2000 y 2016, las vinculadas a accidentes cerebrovasculares crecieron un 19 por ciento en ese mismo periodo, señala el estudio.

Ginebra, 17 sep (EFE).- Trabajar más de 55 horas semanales está considerado ya como el principal factor de mortalidad en el trabajo, y está vinculado a 750 mil fallecimientos anuales, más de un tercio de los casi dos millones que cada año están relacionados con el empleo, revela hoy un estudio publicado por Naciones Unidas.

El documento, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tras cinco años de investigaciones, también señala la exposición a la contaminación del aire como otro importante factor de riesgo, ya que está ligada a 450 mil muertes anuales.

MUERTES QUE PUEDEN EVITARSE

“Estos casi dos millones de muertes prematuras son evitables”, subrayó en rueda de prensa la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la española María Neira, quien añadió que tanto el sector sanitario como el laboral deben asumir una responsabilidad compartida para frenar el problema.

Gobiernos, empleadores y trabajadores “deben tomar medidas para reducir la exposición a los factores de riesgo en el lugar de trabajo”, agregó en un mensaje de video el director general de la OIT, Guy Ryder.

El estudio, que utiliza datos previos a la pandemia de COVID (de hasta 2016), tiene en cuenta 19 factores de riesgo ocupacional, incluyendo la exposición al amianto (ligada a más de 200 mil muertes cada año) y en menor medida a sustancias como el cadmio, el arsénico, el berilio, el níquel, la sílice, o los formaldehídos.

Según la OMS y la OIT, unas 450 mil de estas muertes anuales son causadas por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, 400 mil fueron accidentes cerebrovasculares, 360 mil se debieron a traumatismos y 350 mil tuvieron como causa una cardiopatía isquémica (estrechamiento de las arterias coronarias).

El estudio concluye que las muertes relacionadas con el trabajo ligadas a cardiopatías aumentaron un 41 por ciento entre 2000 y 2016, mientras que las vinculadas a accidentes cerebrovasculares crecieron un 19 por ciento en ese mismo periodo.

CHINA E INDIA SUMAN CASI 900 MIL MUERTES

Por países, más de un tercio de los casi dos millones de muertes anuales ligadas al trabajo en 2016 se concentraron en China y la India (con más de 400 mil fallecidos cada uno), aunque también llaman la atención las cifras de países como Japón (38 mil decesos) o Italia (20 mil), mientras que España supera los 9 mil.

En cuanto a las cifras relativas, no hay un patrón claro por regiones: Corea del Norte tiene la cifra más alta de muertes por 100 mil habitantes, con casi 70, pero ningún otro país supera las 40, según el estudio conjunto de OIT y OMS.

Por países, más de un tercio de los casi dos millones de muertes anuales ligadas al trabajo en 2016 se concentraron en China y la India. Foto: José Pazos, EFE

Sí están por encima de las 30 muertes por 100 mil habitantes tanto países en desarrollo (China, India, Bangladés o Indonesia), como economías desarrolladas tales como Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Italia y Japón, mientras que España baja a 19.7 fallecidos anuales por 100 mil habitantes.

En Latinoamérica, los países más poblados fueron también los que registraron más muertes ligadas al trabajo (28 mil en Brasil, 16 mil en México, 9 mil en Argentina o 6 mil en Colombia).

En cifras relativas, las tasas de mortalidad vinculadas al trabajo fueron relativamente bajas en la región, donde sólo Cuba estuvo cercana a los 30 fallecimientos por 100 mil habitantes, y junto a esa isla únicamente Argentina y Uruguay sobrepasan las veinte muertes por esa cantidad de población.

ALTO COSTO SANITARIO, PRODUCTIVO Y FAMILIAR

El informe, que no hace una estimación sobre el costo económico global de estos fallecimientos, advierte sin embargo que las enfermedades y traumatismos relacionados con el entorno laboral “sobrecargan sistemas de salud, reducen la productividad y pueden tener un impacto catastrófico en los ingresos de los hogares”.

Por ello, hace un llamamiento a tomar medidas para garantizar lugares de trabajo más seguros y sanos, combatiendo problemas como los horarios laborales excesivamente largos o la contaminación del aire en esos entornos.

Prevenir los largos horarios laborales, sugiere el informe, requiere un acuerdo sobre los límites máximos saludables de tiempo de trabajo, y para reducir la exposición al aire contaminado se debería controlar mejor la ventilación o el uso de equipos de protección personal.

Ejercicios en el mundo dicen que es posible, en México, semana laboral de 4 días

martes, julio 6th, 2021

España, Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Suecia, Noruega e Islandia son algunos países que prueban con éxito jornadas laborales de cuatro días a la semana, un esquema que en México sería viable y que ya ha sido propuesto en varias ocasiones por el empresario Carlos Slim, pero con un ajuste de tres días semanales. 

Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– El empresario Carlos Slim Helú ha propuesto desde hace años reducir la jornada laboral para tener más productividad, un esquema que al menos en siete países ya han aplicado con éxito y que los expertos consideran viable también en México. Pero, ¿en qué consiste este modelo laboral?, ¿qué resultados ha arrojado a nivel mundial?

“Se puede incentivar el empleo, trabajar 10 u 11 horas para tener libres otros cuatro días y dedicarlos a la familia, a innovar, cultivarse o a crear”, propuso por primera vez el multimillonario mexicano Carlos Slim el 12 de junio de 2012 en una conferencia sobre el impacto de las telecomunicaciones en los negocios en la sede de la ONU en Suiza.

CARLOS-SLIM

El empresario Carlos Slim ha propuesto en varias ocasiones reducir la semana laboral. Foto: Cuartoscuro

La propuesta del presidente honorario de Grupo Carso, que ha hecho pública en varias ocasiones, consiste en laborar tres días a la semana con 11 horas diarias, pero con una jubilación hasta los 75 años. Una idea que en 2020 con la pandemia por COVID-19 se materializó en algunas empresas, pero que ya se venía aplicando —con ajustes de cuatro días laborales y tres de descanso— en países como España, Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Suecia, Noruega e Islandia, este último arrojando resultados exitosos, según el informe “Haciéndolo público: el viaje de Islandia a una semana laboral más corta”, publicado el pasado 4 de julio.

De 2015 a 2019, este país nórdico realizó dos ensayos a gran escala de una semana laboral reducida a un intervalo de 35 a 36 horas sin bajar el salario. El análisis del proyecto, publicado por la Asociación de expertos para la Sustentabilidad y Democracia en Islandia (Alda) y The Autonomy, un grupo independiente y progresista en el Reino Unido, concluyó que con esta disminución las personas son más felices, saludables e incluso más productivas.

Islandia realizó dos ensayos a gran escala de una semana laboral reducida de 35 a 36 horas sin bajar el salario. Foto: AP

El estudio, que incluyó a 2 mil 500 trabajadores de diferentes sectores como hospitales, oficinas y escuelas, sugiere que las pruebas fueron un éxito abrumador y, desde su implementación, el 86 por ciento de la fuerza laboral del país ahora trabaja menos horas o tiene derecho a acortarlas; además, la productividad y la prestación de servicios se mantuvieron iguales o mejoraron en la mayoría de los lugares de la prueba.

El inicio del ensayo fue dirigido por la ciudad de Reykjavik y el Gobierno islandés con más del 1 por ciento de la población activa del país involucrada.

“El éxito de Islandia lo atribuiría un poco al hecho de que ya estaban trabajando pocas horas y sólo hicieron un ajuste, pero aplicar este modelo en México implicaría reducir un tercio las horas trabajadas”, dijo en entrevista Marcelo Delajara, especialista en crecimiento económico y mercado laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

En los resultados del proyecto piloto, el bienestar de los trabajadores aumentó drásticamente en una variedad de indicadores, desde el estrés percibido y el agotamiento hasta la salud y el equilibrio entre el trabajo y la vida.

EL MODELO LABORAL EN OTROS PAÍSES

Japón es otro país que ha implementado con éxito esta jornada laboral de cuatro días a la semana. En noviembre de 2019, Microsoft presentó un programa llamado “Work Life Choice Challenge”, el cual consistía en cerrar sus oficinas todos los viernes de agosto y dar a todos los empleados un día libre adicional cada semana. El resultado: la productividad aumentó 40 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, dijo la compañía en un comunicado.

Además, la empresa ahorró un 23.1 por ciento en electricidad, un 58.7 por ciento en tinta de impresora y papel, y también redujo la duración de las excesivas reuniones, sustituyó algunas por videoconferencias y canceló otras.

El éxito de Microsoft, que se replicó en otras compañías instaladas en ese país como Mitsubishi Jisho Property Management, Dentsu Inc., y Sumitomo Life Insurance Co., fue recomendado en mayo de 2020 por la principal patronal de Japón debido a la pandemia.

El modelo laboral de Microsoft se replicó en otras compañías instaladas en Japón como Mitsubishi Jisho Property Management, Dentsu Inc., y Sumitomo Life Insurance Co. Foto: EFE

La Federación Japonesa de Negocios, conocida como Keidanren, recopiló en un documento pautas de un nuevo modelo laboral como la reducción de la semana laboral, la apuesta por el teletrabajo y la modificación o rotación de los horarios para evitar la congestión del transporte público.

El Gobierno de Japón, por su parte, sugirió en junio pasado que con una semana laboral de cuatro días las empresas podrán retener a personal capaz y con experiencia que, de otro modo, tendría que irse si quiere formar una familia o cuidar de parientes mayores.

En Nueva Zelanda, la empresa Perpetual Guardian implementó desde 2018 un sistema en el que sus empleados trabajan sólo cuatro días a la semana y el resultado se ha traducido en un aumento del 20 por ciento de productividad.

En ese mismo país, la empresa Unilever anunció en diciembre de 2020 un programa laboral piloto por un periodo de 12 meses con jornadas laborales de cuatro días, sin aplicar recortes salariales a aquellos de sus 81 empleados en el país que se adhieran a la iniciativa.

También en países como Estados Unidos, España, Suecia y Noruega, empresas multinacionales ya laboran con este esquema de cuatro días a la semana, lo cual ha abierto un planteamiento a nivel mundial sobre la necesidad de cambiar el actual modelo laboral.

 

Unilever anunció en diciembre de 2020 un programa laboral piloto con jornadas laborales de cuatro días. Foto: AP

JORNADAS LABORALES EN MÉXICO

En México, algunas empresas han comenzado aplicar este modelo, pero ¿qué tan viable sería aplicar este esquema laboral en todo el país?, ¿cómo cuidar la salud sin sacrificar la igualdad y derechos laborales?

Economistas y expertos en estrategias de negocios explicaron a SinEmbargo la necesidad de rediseñar los modelos de trabajo. El debate, coinciden, no es en trabajar menos días, ya que esta propuesta existe desde hace 100 años cuando el economista John Maynard Keynes planteaba que en 2030 se trabajarían solo 15 horas a la semana. La discusión consiste en codiseñar (empleados y empresas) una nueva experiencia laboral donde la clave sea la productividad.

“El coronavirus agarró por sorpresa a todos los países del mundo y ese es el gran problema porque no sólo se necesita una reconversión de la actividad laboral, sino una reconversión de las estrategias empresariales”, dijo en entrevista el doctor Yamil Omar Díaz Bustos, profesor del posgrado de Economía de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para el académico, este nuevo modelo laboral debe contar con la colaboración del Gobierno, empresas y trabajadores.

Juan, un trabajador de medios en México quien desde septiembre labora en este esquema, compartió en entrevista su experiencia: “Al principio cuesta adaptarse, pero al paso del tiempo los tres días de descanso ayudan a tener una mayor recuperación física y mental, permite hacer otro tipo de actividades, como pagos o trámites”.

Expertos señalan que el esquema laboral de trabajar cuatro días a la semana funcionaría bien en México. Foto: Cuartoscuro

La Ley Federal del Trabajo (LFT) establece tres jornadas laborales y fija un límite para cada una de ellas: diurna (8 horas), nocturna (7 horas) y mixta (7.5 horas). Hasta mayo de este año, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 54.9 millones de mexicanos contaban con un trabajo formal, es decir laboraban ocho horas diarias, cinco días a la semana.

El nuevo coronavirus provocó que en México, como en otros países, se frenara la actividad laboral en sectores no indispensables, pero las empresas que siguieron implementaron medidas como el home-office.

“Claramente estamos entrando a la era del home-office y se tiene que diseñar una experiencia laboral que logre definir bien el tiempo de casa y tiempo de oficina”, explicó en una entrevista Antoine Zervudacki, CEO de Letsmake Innovation, una empresa dedicada al crecimiento disruptivo y sostenible de las organizaciones por medio del desarrollo y la cultura de innovación.

El experto en estrategia de negocio, liderazgo, gestión del cambio y de la innovación, afirmó que el coronavirus obligó a las empresas a replantear su modelo laboral y para tener éxito, dijo, “lo deben hacer desde su propio contexto y aprovechando la capacidad creativa de su personal, que sea un gana-gana para todos”.

De acuerdo con la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económico (OCDE), México encabeza el ranking de los países que más trabajan en el mundo, con 2 mil 246 horas al año en promedio, un 20 por ciento de horas laborales más en comparación con sus pares en otros países miembros.

Por eso, consideran expertos, aplicar este esquema de laborar cuatro días a la semana llevaría tiempo, además de que hay otras prioridades en materia de derechos laborales que deberían atenderse primero antes de llegar a esta transición.

“Las condiciones para reducir las horas de trabajo no pueden ser a costa de reducir la producción, y México también tiene un problema en este tema”, mencionó Marcelo Delajara. “Se tiene un contexto de baja productividad por hora y por persona, para que las empresas puedan bajar las horas se requiere mejorar la productividad y ese es un pendiente”.

El esquema laboral de cuatro días a la semana se ha aplicado con éxito en varios países. Foto: Cuartoscuro

El especialista del CEEY destacó que lo que realmente ayudaría a mejorar las condiciones laborales en México es la flexibilidad, en especial con las mujeres.

“En el caso de México, lo que realmente ayudaría no es tanto poner un tope a las horas trabajadas, lo importante sería que tuviéramos esquemas de flexibilidad laboral más extendidos, y esto lo digo por el trabajo laboral femenino. En estudios que hicimos en el CEEY encontramos que hay una enorme exclusión de las mujeres en el mercado laboral y parte de esta exclusión tiene que ver con temas poco flexibles de trabajo para ellas”, señaló.

Delajara indicó que la discusión sobre la flexibilidad laboral podría elevarse a una política pública en donde el Gobierno estimule a las empresas para que tengan esta flexibilidad de horarios.

VIDEO: Productora audiovisual “contrata” a alpaca para desestresar a sus empleados en China

viernes, octubre 9th, 2020

El animal se pasee diariamente por la oficina recibiendo caricias y comida de los trabajadores.

China, 9 de octubre (RT).- Una compañía especializada en la producción de video con sede en Wuxi (Jiangsu, China) ha incorporado a su oficina a una alpaca para ayudar a los empleados a relajarse durante su rutina laboral.

Las frecuentes publicaciones de la empresa en la plataforma de videos Douyin —conocida en el resto del mundo como TikTok— con imágenes del animal, apodado Tuo Baiwan, recibiendo caricias y comida, no tardaron en convertirlo en una estrella en la aplicación.

La gerente de la firma, Gao Tong, comentó en conversación con Ruptly que la singular mascota fue seleccionada por ser un huarizo, es decir, un híbrido de llama macho y alpaca hembra, así como por su peculiar y adorable pelaje de color ‘caramelo’.
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“Baiwan nos brinda un montón de alegría todos los días. Aunque a veces es un chico travieso, solo es es un chiquillo de unos dos años y todos lo queremos mucho”, resumió Tong.

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Alemania estudia recortar la semana laboral a cuatro días para contener crisis de COVID-19

lunes, septiembre 7th, 2020

La propuesta ha tenido una acogida desigual. El partido La Izquierda la ha aplaudido y su copresidenta Katja Kipping ha pedido la semana de 30 horas y subvenciones estatales como aliciente. El ministro de Trabajo, el socialdemócrata Hebertus Heil, ha indicado que “la reducción del tiempo de trabajo con un ajuste salarial parcial puede ser una medida adecuada”.

Berlín, 6 sep (EFE).- La semana de cuatro días como respuesta a la masiva destrucción de empleo de la pandemia coronavirus es una teoría tan atractiva como controvertida que está despegado en los últimos días en Alemania, evidenciando las dificultades para su implementación.

El asunto fue suscitado por IG Metal, el mayor sindicato sectorial de Alemania y Europa (con más afiliados que CCOO y UGT juntos), que lanzó este agosto la propuesta como una respuesta a las dificultades que ha provocado el coronavirus en la economía, pero también en previsión a otros retos futuros.

En una entrevista en el diario Süddeutsche Zeitung el presidente de IG Metall, Jörg Hofmann, avanzó que, para la siguiente ronda de negociaciones del convenio colectivo, propondrá “la semana de cuatro días como opción” a cambio de un “cierto ajuste salarial”. No concretó las horas de trabajo ni las repercusiones económicas.

El objetivo sería adaptar el volumen de horas de trabajo a la reducción de la producción provocada por la crisis de demanda en muchos sectores sin tener que reducir proporcionalmente la masa laboral, algo que perjudica tanto a los empleados afectados como a las empresas (que pierden capital humano).

“Necesitamos también ideas nuevas e implementables. Voy a proponer para el debate en la próxima ronda (de negociación) del convenio colectivo la semana de cuatro días como opción”, afirmó.

A su juicio, el “Kurzarbeit” (la versión alemana de los ERTE) sirve para amortiguar el parón económico, pero su propuesta iría más allá. Porque además de desincentivar los despidos, aspira a convertirse en “la respuesta al cambio estructural” que están provocando la digitalización, la automatización y la apuesta por la economía verde.

Entre los grandes beneficiados, abunda, se encontraría el sector del motor -el primero por producción, exportaciones y empleo en Alemania- en jaque actualmente, además de por el coronavirus, por el coche eléctrico, los vehículos autónomos y la movilidad alternativa.

“La transformación no debe llevar a despidos, sino a buen empleo para todos”, aseguró Hofmann.

“PUEDE SER UNA MEDIDA ADECUADA”

La propuesta ha tenido una acogida desigual. El partido La Izquierda la ha aplaudido y su copresidenta Katja Kipping ha pedido la semana de 30 horas y subvenciones estatales como aliciente. El ministro de Trabajo, el socialdemócrata Hebertus Heil, ha indicado que “la reducción del tiempo de trabajo con un ajuste salarial parcial puede ser una medida adecuada”.

“Se necesitan ideas buenas y pragmáticas para superar la crisis juntos”, argumenta Heil a los medios del grupo Funke.

La patronal, por su parte, ha mostrado su oposición. El gerente de la Federación Alemana de Asociaciones de Empleadores (BDA), Steffen Kampeter, señaló al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung que el momento para introducir una medida así no puede ser menos oportuno para las empresas.

“La economía alemana está sufriendo un enorme choque de productividad. Sólo superaremos la crisis si posibilitamos, con más trabajo, bienestar y seguridad a nivel social”, argumentó.

DIVISIÓN TAMBIÉN ENTRE LOS EXPERTOS

La fractura que ha generado la propuesta a lo largo de toda Alemania también divide al gremio de los economistas.

El experto en mercado laboral del liberal Instituto de la Economía Alemana (IW), Holger Schäfer, calificó en una entrevista en la emisora pública Deutschlandfunk de “peligroso sin sentido” la semana de cuatro días y, especialmente, la idea de promoverla desde el Estado con subvenciones, como propone La Izquierda.

Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), de posiciones socialdemócratas, se mostró en una entrevista en el diario Passauer Neue Presse a favor de la semana de cuatro días y de una mayor flexibilización de los horarios de trabajo “si así lo quieren el empleador y el trabajador”. Pero con matices.

“Es crucial siempre la cuestión del ajuste salarial”, agregó Fratzscher, porque esto significaría un aumento de los costes laborales para las empresas, algo contraproducente a nivel macroeconómico en la actual crisis.

“Una reducción del tiempo de trabajo me parece actualmente algo razonable si así se pueden asegurar puestos de trabajo. Una subida de los costes laborales lastraría aún más a las empresas”, apuntó.

¿Jornadas laborales de cuatro horas? En España ya sucede y lo hace una empresa de software

domingo, enero 12th, 2020

La plantilla se muestra encantada con la puesta en marcha de esta nueva jornada en una empresa que cuenta con servicios poco habituales en el mundo empresarial.

MENGÍBAR (JAÉN), 10 Ene. (EUROPA PRESS) – La empresa Software DelSol, con sede en Geolit, el Parque Científico y Tecnológico, en Mengíbar (Jaén), y dedicada al impulso de software especializado para Pymes, ha sido la primera empresa en España en implantar la jornada laboral de cuatro días a la semana.

Así lo ha indicado a Europa Press Antonio Luis Gómez, community manager de esta empresa jiennense con más de 25 años de trayectoria y que cuenta en la actualidad con una plantilla de 183 trabajadores. Gómez ha señalado que la nueva jornada laboral se ha implantado desde el pasado 2 de enero.

De esta forma, la parte de la plantilla que no atiende directamente a los clientes trabaja de lunes a jueves y descansa viernes, sábado y domingo. La otra parte de la plantilla que atiende a los clientes descansa el fin de semana y de forma rotativa todos tienen un día más entre semana. Las jornadas siguen siendo de ocho horas diarias.

Gómez ha apuntado que la iniciativa lleva detrás “mucho trabajo” antes de su implantación y “muchas reuniones” entre la dirección de la empresa, el comité de empresa y el área de recursos humanos. “Esto no se hace de un día para otro, lleva mucho trabajo detrás antes de dar el paso”, ha señalado Gómez.

Por lo pronto, la plantilla se muestra encantada con la puesta en marcha de esta nueva jornada en una empresa que cuenta con servicios poco habituales en el mundo empresarial. De hecho, toda la plantilla dispone, si así lo desea, de un menú gratuito para que los empleados puedan quedarse a comer siempre que lo deseen. Además, tienen zonas de descanso y de ocio para su tiempo libre y que van desde piscinas, a una sala de videojuegos, o rocódromos, gimnasio y pistas de pádel.

Pensado para que el trabajador se encuentre cómodo y rinda el máximo en su puesto de trabajo, por lo pronto esta visión empresarial les está dando resultados y año tras año van incrementando su cartera de clientes, actualmente más de 45.000, en su inmensa mayoría pequeñas y medianas empresas, así como profesionales autónomos.

¿Cuántas horas se debe trabajar? Nuevo estudio dice que 8 horas a la semana serían suficientes

sábado, julio 6th, 2019

¿Cuál es la cantidad mínima de trabajo que necesitamos realizar para obtener todas las recompensas anteriormente mencionadas? Hasta ahora, nadie había intentado responder esa pregunta: un nuevo estudio en la revista académica Social Science and Medicine descubrió que solo necesitamos trabajar ocho horas a la semana en total — mucho menos del promedio de 8.5 horas diarias que solemos trabajar— para obtener los beneficios psicológicos del trabajo. Después de ocho horas, alcanzamos estabilidad en nuestro bienestar.

Trabajar tan pocas horas no es posible en el sistema actual, por razones que tiene que ver con los ingresos, y también por la forma en que nuestra identidad, estatus y bienestar tienden a estar relacionados directamente con nuestras carreras. Cuando asistes a un centro de trabajo, conoces gente, socializas y sientes que estás contribuyendo a la sociedad.

Por Shayla Love; traducido por Laura Castro

Ciudad de México, 6 de julio (Vice Media).- En 1929, el economista británico John Maynard Keynes dio una conferencia ahora famosa en la que predijo que las generaciones futuras trabajarían solo 15 horas por semana debido al avance de la tecnología. En el año 2000, el biofísico y ecologista teórico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Erik Rauch, dijo que podríamos trabajar aún menos horas: que un empleado promedio solo necesita 11 horas por semana para completar el trabajo que haría en 40 horas en el año 1950.

Por supuesto, trabajar tan pocas horas no es posible en el sistema actual, por razones que tiene que ver con los ingresos, y también por la forma en que nuestra identidad, estatus y bienestar tienden a estar relacionados directamente con nuestras carreras. Cuando asistes a un centro de trabajo, conoces gente, socializas y sientes que estás contribuyendo a la sociedad. El desempleo regularmente está asociado con consecuencias negativas para la salud mental y física.

Sabemos que trabajar demasiado es malo para ti, pero ¿cuál es la cantidad mínima de trabajo que necesitamos realizar para obtener todas las recompensas anteriormente mencionadas? Hasta ahora, nadie había intentado responder esa pregunta: un nuevo estudio en la revista académica Social Science and Medicine descubrió que solo necesitamos trabajar ocho horas a la semana en total — mucho menos del promedio de 8.5 horas diarias que solemos trabajar— para obtener los beneficios psicológicos del trabajo. Después de ocho horas, alcanzamos estabilidad en nuestro bienestar.

“Es como tomar vitamina C: todos necesitamos una cierta dosis, pero tomarla más de lo necesario no trae ningún beneficio adicional para la salud, y tomarla en cantidades demasiado grandes en realidad puede tener efectos perjudiciales”, dijo Daiga Kamerade, autora principal y socióloga de la Universidad de Salford en Inglaterra. En un cierto punto, el exceso de trabajo conduce al síndrome de agotamiento y a una mala salud mental.

Si realmente quisiéramos semanas laborales de ocho horas, se requeriría hacer cambios en las políticas, como impuestos, un ingreso universal o la redistribución de la riqueza. (Imagen ilustrativa). Foto: EFE

El estudio empleó datos del Estudio longitudinal de Hogares del Reino Unido, que contiene observaciones de más de 80 mil personas. Los investigadores observaron cómo los cambios en la cantidad de horas que las personas trabajan afecta su salud mental a lo largo del tiempo y preguntaron en qué punto mejoraba el bienestar de una persona. Para la mayoría, el cambio a un bienestar positivo ocurre trabajando remuneradamente entre una y ocho horas semanales, mucho menos de los dos o tres días que habían anticipado, dijo Kamerade.

Ante el hecho de que las máquinas podrían hacer que muchos trabajos sean redundantes, los autores sugirieron una nueva forma de conceptualizar nuestro futuro laboral. Podría haber una redistribución de las horas laborales, escribieron, de modo que las personas aún tengan acceso al empleo, pero con una semana laboral considerablemente reducida, mucho más de lo que postulaba el proyecto de una semana laboral de cuatro días.

Kamerade dijo que todavía nadie había preguntado cuál era el número mínimo de horas de trabajo requeridas para lograr una salud mental positiva, y había una pieza faltante en la discusión sobre por qué trabajamos tanto, especialmente cuando entre el 9 y el 47 por ciento de los puestos de trabajo en los países desarrollados podría ser cubierto mediante la automatización.

Sin embargo, una observación importante para el estudio es que controló el ingreso. Eso significa que el hallazgo de los investigadores sobre el bienestar solo aplica si las personas que trabajan un día a la semana ganan la misma cantidad de dinero que las personas que trabaja más horas. Si realmente quisiéramos semanas laborales de ocho horas, se requeriría hacer cambios en las políticas, como impuestos, un ingreso universal o la redistribución de la riqueza, para no “aumentar las dificultades materiales de quienes se encuentran en el fondo del mercado laboral “, dijo Alex Wood, investigador de la Universidad de Oxford, quien estudia el impacto de la tecnología en las condiciones y las relaciones laborales, pero no participó en esta nueva investigación.

Wood dijo que los hallazgos se producen en un momento crucial, cuando los legisladores están pensando en la interacción de los trabajos, la automatización y el efecto del trabajo en la salud y el planeta. Varios empleadores en Suecia probaron recientemente el tener días laborales de seis horas. La BBC informó que en los primeros 18 meses, las enfermeras que participaron tuvieron menos días de incapacidad por enfermedad, sintieron que su salud era mejor y aumentaron su productividad.

Menos horas de trabajo también podrían permitirnos obtener algunos beneficios de bienestar derivados de nuestro tiempo libre. (Imagen ilustrativa) Foto: EFE

Cambiar a un modelo de menos horas laborales tendría que significar realmente que trabajemos menos, no que condensemos una semana entera de trabajo en ocho horas, dijo Wood. En última instancia, eso significaría replantear nuestras ideas en torno al consumo —con menos horas laborales podría haber menos que consumir—, y tomar la decisión de centrarnos más en el tiempo de esparcimiento. Si podemos manejar eso, en lugar de temer al aumento de la automatización, podríamos intentar verlo como una oportunidad para alejarnos de nuestra cultura centrada en el trabajo.

“Los seres humanos no están diseñados para estar subordinados a otros para trabajar”, dijo Ewan McGaughey, profesor titular en el King’s College de Londres e investigador asociado en el Centro de Investigación de Negocios de la Universidad de Cambridge. “Somos animales sociales que valoramos el contribuir a la sociedad, pero también valoramos el ocio, la familia y la comunidad. Todas estas cosas requieren menos tiempo de trabajo”.

McGaughey cree que la tecnología solo tendrá un impacto negativo en nuestra relación con el trabajo si lo permitimos. Sin embargo, las políticas y leyes sociales podrían proporcionar capital para los trabajos, las garantías laborales y los empleos plenos con salarios justos, todo con menos horas.

Menos horas de trabajo también podrían permitirnos obtener algunos beneficios de bienestar derivados de nuestro tiempo libre, dijo Brendan Burchell, investigador en sociología de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio. Ahora, todo lo que la mayoría de la gente realmente hace en su tiempo libre es prepararse para volver al trabajo. Lavamos nuestra ropa, compramos comestibles, limpiamos nuestras casas.

“Si vamos a avanzar hacia este momento en el futuro cuando tengamos más tiempo libre porque los robots y las máquinas inteligentes podrán desempeñar más actividades relacionados con nuestros trabajos”, dijo Burchell, “deberíamos tomar con seriedad el educar en las escuelas a las personas lo mismo para disfrutar y tener buenos momentos de ocio que para ser buenos empleados”.

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Esclavitud, dinero, oficinas y ausencia de tiempo en los libros para reflexionar sobre el #DíaDelTrabajo

miércoles, mayo 1st, 2019

Para bien y para mal, el trabajo es uno de los aspectos más importantes de la vida de todos y todas. Aquí una lista de libros que tienen impacto el 1 de mayo. 

Por Carmen López

Madrid/Ciudad de México, 1 de mayo (ElDiario.es/SinEmbargo).– El primer día de mayo es el Día Internacional del Trabajo y, precisamente, no se trabaja. Es en honor a los sindicalistas estadounidenses que perdieron la vida en 1886 en la Revuelta de Haymarket. Aquellos obreros pedían que la patronal respetase la jornada laboral de ocho horas ya aprobada por ley y que -por ahora- es la habitual si se tiene un contrato a jornada completa.

Ese espíritu reivindicativo se ha ido evaporando con el tiempo y actualmente casi es un día festivo más dentro del calendario laboral. Hay quien sigue asistiendo a las manifestaciones convocadas por los sindicatos y quien decide gastar su tiempo libre en otras actividades. Una buena puede ser leer algún libro relacionado con el tema y reflexionar sobre él. Para bien y para mal, el trabajo es uno de los aspectos más importantes de la vida de todos y todas.

No tengo tiempo, de Jorge Moruno. 

Una reflexión sobre cómo la relación de las personas y el entorno laboral están cambiando gracias a la capacidad del neoliberalismo para jugar con los términos y convencer de que lo que hasta hace poco se veía como un retroceso es lo contrario.

Jorge Moruno es sociólogo y escritor. Sabe bien de lo que habla porque, entre otras cosas, “ha sido teleoperador, informador turístico, reponedor, administrativo o parado” y, además, investiga sobre las transformaciones del trabajo.

–La oficina en The New Yorker. 

El lugar de trabajo como espacio alienante, las relaciones con los compañeros de trabajo, el hastío de la rutina o las jerarquías dentro de la empresa. Los autores de esta compilación de viñetas publicadas en el medio norteamericano desde 1920 ironizan con pluma fina sobre todos esos aspectos del día a día de una oficina de una manera en la que cualquier persona que haya pasado por esos trances se ve identificada. Y provocan sonrisas cuando no carcajadas en cada una de ellas.

El volumen recopila los trabajos de algunos de los viñetistas más importantes de la revista como Robert Mankoff, Leo Cullum, Tom Cheney, Peter C. Vey o Lee Lorenz traducidos al castellano por Miguel Aguayo y con prólogo de Jean-Loup Chiflet. Como explican desde la editorial, el libro podría llevar como subtítulo la frase “Todo lo que me hubiera gustado decir o hacer en el transcurso de mi vida laboral si no hubiera tenido miedo a ser despedido”. Garantizado.

Estupor y temblores, de Amélie Nothomb. 

El humor y la manera de escribir de Nothomb son especiales -es decir, no del gusto de todos- pero su novela es un buen reflejo de las diferentes maneras que existen de entender el trabajo. Y la de los japoneses, que no contemplan el escaqueo como una opción, es bastante opuesta a la de los españoles. O al menos por el momento y mientras se pueda. La traducción es de Sergi Pàmies.

Por cuatro duros. Cómo (no) apañárselas en Estados Unidos, de Barbara Ehrenreich. 

La autora del libro, traducido por Carmen Aguilar, decide investigar sobre las condiciones laborales en Estados Unidos haciéndose pasar por una trabajadora no cualificada. Así, va apuntando sus experiencias en empleos mal remunerados para explicar las condiciones de vida de las clases pobres del país. Lo que descubre -¡sorpresa!- es que, pese a tener un trabajo a tiempo completo, una persona que gana seis dólares por hora no llega a fin de mes.

Alguno de los trabajos que desempeñó fueron de reponedora de un supermercado, limpiadora y camarera de hotel. Doctora en biología en la Universidad Rockefeller de Nueva York, hasta ese momento no había experimentado la dureza de esas labores. Actualmente forma parte del Partido Socialdemócrata de Estados Unidos, escribe en el periódico The Progressive y es una reconocida activista política.

Vida de zarigüeyas. Cómo vivir bien sin empleo y (casi) sin dinero, de Dolly Freed. 

Dolly Freed publicó esta especie de manual para sobrevivir tranquilamente sin tener que trabajar y sin caer en la indigencia. Ella y su padre vivieron durante cinco años a las afueras de Filadelfia cultivando y cazando lo que podían en su casa que, pequeño detalle, tenía un terreno de dos mil metros cuadrados. Catalogaba las necesidades como básicas -una casa- y como prescindibles -médicos, seguros- y así gestionaba los 700 dólares que se gastaban al año.

Aunque sus consejos son difíciles de seguir hoy en día, el libro sirve como reflexión acerca de cómo nos afecta la economía y muestra que existen opciones para vivir sin estar supeditados al trabajo (o no tanto).

–Andando, de Albert Carreres, Alejandro Torres y Daniel Riego. 

Claudia tiene una carrera exitosa hasta que se queda embarazada y su situación en el trabajo cambia. Sergi tiene una pequeña empresa de servicios eléctricos y mantenimiento que iba bien hasta que llegó la crisis y con ella los problemas para sacarla adelante. Andrés se queda sin empleo después de estar toda la vida en la misma empresa que le despide con una indemnización más que cuestionable cuando aún le quedan años para jubilarse.

Esas son las realidades de los protagonistas de este cómic que radiografía la situación del país cuando la economía se desmorona. El retrato de los autores es el de unas vidas que se quiebran pero que no pierden del todo el humor y que mantienen la esperanza pese a la adversidad.

El pueblo. Auge y declive de la clase obrera (1910-2010), de Selina Todd. 

El recorrido de la clase obrera británica desde su ascenso en la I Guerra Mundial, pasando por su resistencia a la dura época de Margaret Thatcher y su declive hasta la época actual. Una historia de lucha obrera y de orgullo de clase que hoy en día parece haber desaparecido aunque no lo haya hecho del todo.

Esclavos del trabajo, de Daria Bogdanska. 

Daria Bogdanska llegó a Suecia con la esperanza de una vida mejor. Después de dejar su casa en Polonia, viajó por Europa hasta que, cansada de trabajos precarios, decidió que ya era hora de conseguir un buen empleo. Malmö parecía un buen lugar para ello, al fin y al cabo está en el Estado del Bienestar con mayúsculas. Pero nada que ver.

Viñeta a viñeta desgrana cómo, poco a poco, va experimentando la realidad de una extranjera en el país. Los problemas delirantes para conseguir un permiso de trabajo, la precariedad y las injusticias se sucedían hasta que un día, harta, decide rebelarse y se pone en contacto con un sindicato. El cómic perfecto para el 1 de mayo.

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Mexicanos, los mártires del empleo en búsqueda de la calidad de vida

domingo, abril 29th, 2018

Un trabajo sedentario, absorbente, sin instalaciones adecuadas y además estresante y mal pagado, todo un coctel para menoscabar la salud mental y física de las personas, ¿qué podemos hacer para (a pesar de eso), tener una buena vida?

Ciudad de México, 29 de abril (SinEmbargo).– Lo dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (OCDE) desde hace algunos años, México tiene los peores salarios y las jornadas laborales más largas entre los 35 países que la conforman. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), informó que los sueldos bajos provocan una fuga de cerebros de 1.2 millones de mexicanos con estudios de posgrado. La brecha de género pone a las mexicanas con un 70 por ciento menos de posibilidades de conseguir un empleo, en comparación con los hombres, según el Foro Económico Mundial. Y por si fuera poco, las condiciones y calidad de los empleos nos enferman, psicológica y físicamente, de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ¿qué podemos hacer para, ante todo lo que hay en contra, mantener la calidad de vida?

“Abraham Maslow decía que una organización necesita que su personal esté bien en tres factores: emocional, su ambiente laboral y su salud. Si alguno de esos tres no funciona, tienes un trabajador frustrado, molesto, lo que deriva en baja productividad”, dice Ricardo Alberto Lozada Vázquez, coordinador del área de psicología organizacional de la Facultad de Psicología de la UNAM en entrevista.

“Una década atrás Gary Becker, un premio Nobel en Economía, hablaba de que las instituciones deberían de ver a las personas como un capital humano, que le tienes que invertir para que se desarrolle y que sean saludables y puedan trabajar bien en una organización y no las veas como un recurso humano que como ya no te funciona, lo despides y te traes a otro nuevo”, continúa.

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LA REDUCCIÓN DE LA JORNADA

A finales de 2013, el empresario Carlos Slim Helú propuso en una conferencia de prensa que las jornadas de trabajo en México fueran de 11 horas por tres días a la semana y lo anticipadas que están las edades de retiro.

“La gente va a tener que trabajar más años, hasta que tengan 70 o 75 y sólo trabajar tres días a la semana, quizá 11 horas al día. Así tendríamos más tiempo para relajarnos, por calidad de vida, teniendo cuatro días libres será muy importante generar nuevas actividades de entretenimiento y otras formas de estar ocupado”, dijo entonces.

Casi medio año después, el diario Financial Times publicó un artículo titulado “The Carlos Slim three-day week is a great idea”, en el que el columnista Michael Skapinker explica que “mantener a empleados más grandes en el trabajo tiene sentido para las sociedades, especialmente para aquellas con un número de jóvenes a la baja. También tiene sentido para los empleados más viejos: una mezcla de trabajo y tiempo libre es lo que muchos quieren”.

“Lo primero, es darse cuenta de que gran parte del tiempo que se pasa en las oficinas se desperdicia de todos modos […] Sir Gerry Robinson, alguna vez jefe del grupo televisivo Granada dijo al Financial Times: ‘Siempre he trabajado por pocas horas. Así te aseguras de no desperdiciar el tiempo haciendo cosas que no son importantes’. Segundo, los ejecutivos de alto rango tienen que entender que la mejor manera de medir a la gente es por el trabajo que producen, no por cuánto tiempo pasan en su escritorio […] Las personas que viven más tiempo y gozan de mejor salud también están cambiando la vida laboral. La idea del Sr. Slim está en sintonía con los tiempos”, finalizó.

En esta misma sintonía, el think tank New Economics Foundation publicó un libro en el que pone los casos de Alemania, los Países Bajos y Bélgica como ejemplo de que se pueden hacer cambios en la manera de trabajar sin debilitar la economía.

“Tener muy poco tiempo para nosotros mismos puede dañar seriamente nuestra salud y bienestar, nuestra vida familiar, las amistades y las comunidades. A nadie se le debe obligar a trabajar largas y antisociales horas para llegar a fin de mes. El bajo salario y el trabajo prolongado deben abordarse al mismo tiempo”, dijo Anna Coote, una de las colaboradoras del libro a The Telegraph.

Por su parte, Lozada Vázquez, psicólogo consultado por Magazine, menciona que “una reducción de horario puede funcionar siempre y cuando la misma organización trabaje por objetivos, que las funciones que se hayan establecido o los proyectos a realizar, se cumplan en los tiempos y formas. De nada serviría reducir la cantidad horaria si la gente no va a hacer su trabajo”.

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ENFERMEDAD VS CALIDAD DE VIDA

Rodolfo Nava Hernández, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, informó a inicios de este año que si una persona labora 11 horas al día es dos veces más propensa a padecer depresión, y si lo hace durante 55 horas a la semana, su riesgo de sufrir un infarto es 33 por ciento mayor. Esto es preocupante pues según la OCDE con datos del 2016, los mexicanos trabajan 2 mil 255 horas al año.

“La mayoría de las legislaciones en el mundo estipulan que una persona tendría que laborar 40 horas a la semana como máximo, pero la nuestra establece 48, sin contar tiempos extras, lo cual llega a generar afectaciones orgánicas, psicológicas e incluso sociales, pues el esfuerzo excesivo deteriora las relaciones familiares e interpersonales” advirtió el coordinador de Salud en el Trabajo de la FM en un comunicado.

Para el experto, uno de los aspectos más inquietantes derivados de esta sobrecarga es el estrés, pues aumenta el cortisol, hormona que incrementa los niveles de azúcar y favorece la diabetes; debilita el sistema inmunológico, causa problemas digestivos, estimula la secreción de ácido gástrico, eleva la presión arterial y puede llegar a ocasionar infertilidad, irritabilidad, palpitaciones, cansancio o dolores de cabeza permanentes, así como falta de apetito o gula y alteraciones en los ciclos del sueño.

“De hecho, los japoneses tienen una palabra, karoshi, que significa muerte por exceso de trabajo. Se calcula que dos mil 300 nipones fallecieron en 2015 por esta causa. Las leyes de ese país consideran que, si alguien perece en dichas circunstancias, el Gobierno aportará a su familia 20 mil dólares, mientras que la empresa contratante desembolsaría hasta un millón y medio de dólares de demostrarse que el deceso se debió a una desmesura ejercida contra su empleado”, comentó Nava Hernández.

En comparación, México cuenta con una de las legislaciones más atrasadas en este punto, pues no reconoce como enfermedades laborales a aquellas derivadas del estrés, pese a toda la literatura médica al respecto y a sus notorios impactos en el bienestar de los individuos, concluyó.

LA CLAVE: OBJETIVOS CLAROS

Para el psicólogo, un obstáculo más para mejorar la calidad de vida es la incapacidad de las personas para administrar sus tiempos, “lo principal es tener claros cuáles son los objetivos tanto personales como laborales porque ‘no por mucho madrugar, amanece más temprano’, el problema que tenemos la mayoría de nosotros en que no sabemos administrarnos, queremos resolver cosas muy pequeñas creyendo que con eso evitamos las cosas grandes. Lo primero que hacen al llegar a la oficina es prender la computadora y revisar su correo y su Facebook, pero no piensan lo que tienen que hacer ese día o esa semana, cuáles proyectos tiene que sacar. No es tanto que nos despertemos temprano o que nos durmamos más tarde, sino que tengamos claro cuáles son nuestros objetivos tanto personales como laborales”, dice.

Por otro lado están los adictos al trabajo o workaholics, “ya no podemos despegarnos formalmente de la oficina porque traes un celular, donde te llegan los mensajes y correos y que por más que tú dijeras ‘no quiero’, los revisas. Algo que nos cuesta distinguir es que hay tiempos de trabajo y otros que no. No hay una respuesta ideal, pero lo primordial es darle prioridad al momento que estás viviendo, que si estoy en vacaciones, puedes revisar el correo pero no agobiarte con resolverlo en ese momento.

No hay que olvidar qué es lo que cada quien quiere, se habla de psicología existencial,  que es un tema renovado pues se hablaba de inteligencia emocional, ahora hablamos de felicidad, de psicología positiva, de ver las cosas de otra forma. Todo empieza desde la persona sabiendo qué quiere”, finaliza el entrevistado.

¿LOS MILLENNIALS LA PAGAN?

La prensa, economistas e investigadores de todo tipo han señalado a la generación crecida en los años 90 como “asesina” de cientos de cosas: que si mataron los cines, las barras de jabón, la industria de las servilletas, las relaciones amorosas, los cereales, inclusive, las vacaciones.

La organización Project: Time Off  busca transformar la mentalidad de los empleadores para que el tiempo libre sea comprendido como algo esencial para el bienestar personal, éxito profesional, rendimiento laboral y expansión económica. En su estudio llamado “La moraleja del mártir del trabajo: cómo la experiencia millennial definirá la cultura vacacional de Estados Unidos” concluyen que la mayoría de la población de aquel país no usa sus vacaciones por cuatro motivos: piensan que nadie más en la empresa podrá hacer su trabajo mientras está fuera; quieren mostrar completa disposición a su empresa y empleo; no quieren que los demás piensen que son reemplazables y, se sienten culpables por usar ese tiempo libre con goce de sueldo.

Esto dio lugar a una figura llamada: el mártir del empleo. “Las presiones de la cultura del trabajo americana han puesto las condiciones ideales para el alza del mártir del trabajo. De todos los encuestados (5 mil 641 trabajadores mayores de 18 años que laboran más de 35 horas a la semana) 4 de cada 10 empleados dicen que se quieren ver como un mártir frente a su jefe, sin embargo, el 86 por ciento de ellos creen que es malo que sus familias los vean así. No es sorprendente que los empleados infelices sean más propensos a caer en esta nueva mitología

Trabajadores mexicanos son los más expuestos a enfermedades por laborar hasta 48 horas semanales: académico de la UNAM

jueves, febrero 8th, 2018

Los trabajadores mexicanos son los más expuestos a enfermedades generadas por laborar jornadas de hasta 48 horas. México es el país miembro de la OCDE en donde se trabaja más al año (dos mil 246 horas) y donde las personas se retiran a la edad más avanzada (73 años). 

Aunado a este problema, la legislación laboral es una de las más atrasadas–incluso Colombia está por arriba–, al grado de que en el país no se reconoce como enfermedades laborales a aquellas derivadas del estrés.

Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).– Los trabajadores mexicanos son los más expuestos a enfermedades generadas por laborar jornadas de hasta 48 horas, sin contar los tiempos extras, informó Rodolfo Nava Hernández, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con el investigador, si una persona labora 11 horas al día es dos veces más propensa a padecer depresión, y si lo hace durante 55 a la semana, su riesgo de sufrir un infarto es 33 por ciento mayor.

Los datos son preocupantes, dijo, si se considera que México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en donde se trabaja más al año (dos mil 246 horas) y donde las personas se retiran a la edad más avanzada (73 años, en una nación cuyo promedio de vida es de 75).

Nava Hernández mencionó que en México los dueños de las empresas son los que organizan los esquemas de las extensas jornadas laborales, y lo hacen con pocos acotamientos por parte de la autoridad.

“Ellos establecen los horarios de entrada y salida, salarios, niveles jerárquicos en las empresas y hasta las obligaciones de cada quien, al tiempo que entorpecen y frenan cualquier intento de impulsar mejoras en este ámbito”, añadió.

El académico de la UNAM refirió que la mayoría de las legislaciones en el mundo estipulan que una persona tendría que laborar 40 horas a la semana como máximo, pero la de México establece 48, lo cual llega a generar afectaciones orgánicas, psicológicas e incluso sociales, pues el esfuerzo excesivo deteriora las relaciones familiares e interpersonales.

Detalló que México cuenta con una de las legislaciones más atrasadas en este punto –incluso Colombia está or arriba–, al grado de que en el país no se reconoce como enfermedades laborales a aquellas derivadas del estrés.

Regidor sueco propone que los empleados tengan una “hora de sexo” para aumentar la productividad

jueves, febrero 23rd, 2017

El concejal Muskos admite que no hay forma de comprobar si los empleados aprovecharían la hora de descanso para pasar tiempo con su pareja o para hacer otras cosas.

Ciudad de México, 23 de febrero (SinEmbargo/RT).- Un concejal de la ciudad sueca de Overtornea ha propuesto este martes que los empleados puedan hacer una pausa laboral de una hora para tener sexo con sus parejas con el objetivo de mejorar las relaciones personales.

“Hay estudios que demuestran que el sexo es bueno para la salud”, afirmó el concejal Per-Erik Muskos a la agencia AFP, que cree que las parejas no tienen bastante tiempo para pasar juntos.

En cualquier caso, Muskos admite que no hay forma de comprobar si los empleados aprovecharían la hora de descanso para pasar tiempo con su pareja o para hacer otras cosas. “No se puede garantizar que un trabajador no se vaya a pasear”, dijo el concejal, que, no obstante, opina que los jefes deben confiar en sus empleados. Según Muskos, él “no ve ninguna razón” por la que su moción no pueda ser aprobada.

Según un estudio del instituto de investigación económica Coe-Rexecode, los suecos ocupan el tercer lugar entre los empleados que menos tiempo trabajaron en Europa en 2015, con solo mil 685 horas en promedio.

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EU autoriza el pago de horas extras a más de 4 millones de trabajadores

martes, mayo 17th, 2016

La nueva medida incrementa el sueldo mínimo por encima del cual los empleadores están exentos de pagar horas extra, pasando de los actuales 23 mil 660 dólares al año a 47 mil 476 dólares anuales, lo que significa que cualquier trabajador que perciba ese sueldo o menos tendrá garantizado el derecho a horas extra remuneradas.

Con estas nuevas condiciones, que entrarán en vigor el 1 de diciembre de este año, se estima que más estadounidenses tengan horas extra pagadas, lo que a su vez incrementará los salarios en los próximos 10 años. Foto: Shutterstock.

Con estas nuevas condiciones, que entrarán en vigor el 1 de diciembre de este año, se estima que más estadounidenses tengan horas extra pagadas, lo que a su vez incrementará los salarios en los próximos 10 años. Foto: Shutterstock.

Washington, 17 de mayo (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy la próxima entrada en vigor de una nueva normativa que amplía las condiciones para que más de 4 millones de trabajadores en todo el país puedan disponer de horas extra remuneradas y que no tienen ese beneficio garantizado con la norma actual.

En un comunicado, la Casa Blanca adelantó los aspectos básicos de las nuevas condiciones, aunque estas serán presentadas oficialmente mañana miércoles, y las enmarcó en el “esfuerzo” general del Presidente Barack Obama por “hacer crecer y fortalecer” la clase media estadounidense.

“Este es un paso en la buena dirección para fortalecer y dar seguridad a la clase media al subir los salarios. Cuando los empleados tienen más ingresos, los gastan -a menudo en negocios de sus comunidades locales- y eso ayuda a que la economía crezca para todo el mundo”, apuntó Obama.

En concreto, la nueva medida incrementa el sueldo mínimo por encima del cual los empleadores están exentos de pagar horas extra, pasando de los actuales 23 mil 660 dólares al año a 47 mil 476 dólares anuales, lo que significa que cualquier trabajador que perciba ese sueldo o menos tendrá garantizado el derecho a horas extra remuneradas.

Con estas nuevas condiciones, que entrarán en vigor el 1 de diciembre de este año, el Departamento de Trabajo estima que otros 4.2 millones de estadounidenses pasarán a tener horas extra pagadas, lo que a su vez incrementará los salarios en un total de 12 mil millones de dólares en los próximos 10 años.

“Cada semana, millones de estadounidenses trabajan más de 40 horas semanales pero no reciben la remuneración por horas extra que se han ganado”, indicó el Gobierno, que también informó que el sueldo mínimo fijado en la nueva normativa se revisará al alza cada tres años de forma automática.

De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, durante los últimos 40 años el porcentaje de trabajadores a quienes el Gobierno federal garantiza las horas extra remuneradas con base en los umbrales de sueldo se ha reducido de un 62 por ciento en 1975 a un 7 por ciento en la actualidad, “pese a que estas protecciones son más importantes que nunca”.