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La OPS alerta sobre “rumores insidiosos y teorías conspiratorias” de las vacunas contra la COVID

miércoles, abril 21st, 2021

La desinformación y la rápida expansión de teorías de la conspiración relacionadas con las vacunas “inspiran miedo y cuestan vidas”, dijo la directora de la OPS.

Nueva York, 21 abr (EFE).- La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, insistió este miércoles sobre los peligros de los “rumores insidiosos y las teorías conspiratorias” en torno a las vacunas contra la COVID-19 y advirtió de que “inspiran miedo y cuestan vidas”.

“No todas las fuentes son dignas de confianza y los rumores insidiosos y las teorías de la conspiración continúan difundiéndose, inspirando miedo y costando vidas”, dijo Etienne durante la rueda de prensa semanal de la organización en la que hizo un somero repaso de la expansión de la COVID-19 en América.

Para Etienne, la desinformación “es una de las amenazas más graves” a la salud pública, porque la información no contrastada se “propaga rápidamente”.

En este sentido, indicó que la OPS está colaborando con empresas tecnológicas como Twitter, Google y Facebook “para abordar las noticias falsas y garantizar que el público pueda encontrar fácilmente información precisa”.

Para Etienne, la desinformación “es una de las amenazas más graves” a la salud pública, porque la información no contrastada se “propaga rápidamente”. Foto: Mark Lennihan, AP

“Pero todos tenemos un papel que desempeñar para evitar que estos rumores se difundan en línea o en conversaciones. Si leemos o escuchamos algo que parece extravagante o imposible, probablemente lo sea. Antes de compartir algo, nos debemos el uno al otro verificar la fuente y confirmar que la información sea verdadera”, subrayó.

Asimismo, Etienne pidió que no se difunda una información sobre la que se tienen dudas antes de insistir en que “las vacunas llevan salvando millones de vidas desde hace más de 100 años”.

“Hoy en día, las vacunas están ayudando a cambiar el rumbo de esta pandemia, cualquier vacuna o medicamento puede presentar efectos secundarios de cierto nivel, pero cuando los reguladores nacionales autorizan una vacuna o un medicamento, o cuando quién otorga una precalificación o una autorización de emergencia, valoramos los beneficios frente a los riesgos”, agregó.

En este sentido, aseguró que datos iniciales recabados en Chile y Brasil indican una reducción de la hospitalización en personas mayores, en parte, gracias a las vacunas de la COVID.

En un repaso general por el continente, indicó que en Sudamérica, los contagios se están acelerando en Colombia, Venezuela, Bolivia y Uruguay, mientras que Chile está experimentando un aplanamiento de la curva y Brasil, “tras algunos meses difíciles”, está informando de una caída de casos, incluida la región amazónica.

Por su parte, Centroamérica continúa informando de un aumento de las infecciones con Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana copando los puestos de los países con más casos nuevos.

Etienne aseguró que datos iniciales recabados en Chile y Brasil indican una reducción de la hospitalización en personas mayores, en parte, gracias a las vacunas de la COVID. Foto: Esteban Félix, AP

Asimismo, aseguró que en Canadá los casos continúan aumentando “en particular entre los jóvenes de entre 20 y 30 años” y que en Estados Unidos las infecciones están de nuevo en alza tras “meses de declive”.

Quienes usan las redes sociales para informarse sobre la COVID tienen “menos conocimiento” del tema: estudio

martes, abril 13th, 2021

Los resultados mostraron que aquellos que utilizaron las redes sociales como fuente de información sobre la pandemia respondían con mayor dificultad a las preguntas correctamente.

Los Ángeles (EU), 13 abr (EFE).- Las personas que utilizan las redes sociales como fuente principal de información sobre la pandemia del coronavirus tienen “menos conocimiento” sobre la COVID-19, según un estudio publicado este lunes en la revista Current Medical Research & Opinion.

El análisis indica que las personas que emplean Facebook para informarse sobre el coronavirus tienen menos probabilidades de responder correctamente a preguntas relacionadas con la crisis sanitaria, que ha terminado con casi tres millones de vidas en todo el mundo, de acuerdo a datos de la Universidad Johns Hopkins.

Uno de los autores del estudio y profesor asociado de Medicina en la Universidad Estatal de Penn, Robert Lennon, dijo que el auge de las redes sociales “ha cambiado la forma en que las personas en todo el mundo se mantienen al día respecto a los eventos actuales, con estudios que muestran que hasta el 66 por ciento de los estadounidenses dependen de las redes sociales para recibir noticias”.

“Esto es preocupante, ya que la información errónea y los malentendidos sobre la COVID-19 y cómo se propaga probablemente hayan alimentado la pandemia, cuyo número de muertos supera ahora los 2.5 millones en todo el mundo”, señaló.

Para el estudio, se hizo una serie de preguntas a cinco mil 948 adultos del estado de Pensilvania (EU) entre el 25 y el 31 de marzo del año pasado.

En esa encuesta se preguntó a los participantes de dónde obtuvieron las noticias sobre la covid-19, en qué fuentes de información confiaban más y 15 cuestiones de relacionadas con el virus.

Aquellos que mencionaron a Facebook como su fuente de noticias “más confiable” demostraron menos probabilidades de responder a las preguntas correctamente.

Así, el estudio determinó que los sitios web gubernamentales eran las fuentes de noticias más certeras, con el 42.8 por ciento de los votos, seguidos por la televisión, con el 27.2  por ciento.

Ante estos resultados, Lennon argumentó que la comunicación eficaz “es un elemento crítico para manejar con éxito una respuesta a una pandemia, porque para contener la propagación de la enfermedad el público debe cumplir con las recomendaciones de salud pública”.

Aquellos que mencionaron a Facebook como su fuente de noticias “más confiable” demostraron menos probabilidades de responder a las preguntas correctamente. Foto: Richie B. Tongo, EFE

En este sentido, el equipo de investigación destacó la importancia tener en cuenta de dónde consiguen las personas las noticias cuando se trata de diseñar políticas de salud pública, ya que medidas como “quedarse en casa”, “lavarse las manos”, “ponerse una máscara” y “distanciarse socialmente” sólo pueden ser eficaces si se entienden.

Pese a esfuerzos, Facebook, Twitter e Instagram son semilleros de desinformación por vacuna COVID

domingo, marzo 14th, 2021

Las teorías de la conspiración y los antivacunas mantienen su lucha contra las redes sociales en un intento por difundir sus ideas. La desinformación se ha enfocado en uno de los espacios más grandes y de fácil acceso para la población: el espacio digital de las redes sociales, dando paso a la alerta de expertos y las mismas plataformas para acabar con la información falsa.

Por Barbara Ortutay y Amanda Seitz

Los Ángeles, 14 de marzo (AP).- En plena campaña mundial de vacunación contra la COVID-19, las redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter dicen haber intensificado la lucha contra la desinformación que busca socavar la confianza en las vacunas… pero abundan los problemas.

Durante años las mismas plataformas permitieron que floreciera la propaganda antivacunas, lo que vuelve difícil acabar ahora con esos sentimientos. Adicionalmente, sus campañas para desarraigar otras clases de desinformación sobre la COVID-19 —con verificación de datos, rótulos de advertencia y otras medidas moderadas— han brillado por su lentitud.

Por ejemplo, Twitter anunció este mes que borrará las mentiras peligrosas sobre las vacunas tal como ha hecho con otras teorías conspirativas y desinformación relacionadas con la COVID, pero desde abril de 2020 apenas ha eliminado un total de 8 mil 400 tuits, una pequeña fracción de la avalancha de mentiras tiroteadas diariamente con usuarios con millones de seguidores, dicen los críticos.

“Mientras demoran en tomar medidas, se pierden vidas”, dijo Imran Ahmed, director de la organización no gubernamental Center for Countering Digital Hate (Centro para contrarrestar el odio digital). En diciembre, esta ONG halló que 59 millones de cuentas en las redes sociales siguen a los promotores de propaganda antivacunas, muchos de los cuales son megadifusores de desinformación de enorme popularidad.

Twitter anunció este mes que borrará las mentiras peligrosas sobre las vacunas tal como ha hecho con otras teorías conspirativas y desinformación relacionadas con la COVID. Foto: Esteban Félix, AP

Ante los intentos de reprimir la desinformación sobre las vacunas se alzan clamores contra la censura y algunos difusores recurren a tácticas tramposas para evitar el cierre.

“Es una situación difícil porque permitimos que se prolongara durante mucho tiempo”, dijo Jeanine Guidry, profesora de la Universidad Virginia Commonwealth que estudia las redes sociales y la información sobre la salud. “La gente que usa las redes sociales ha podido difundir lo que quiere durante casi una década”.

The Associated Press identificó más de una decena de páginas de Facebook y cuentas de Instagram, que en conjunto tienen millones de seguidores y que han difundido información falsa sobre la vacuna contra la COVID-19 o que han desalentado su uso. Algunas de estas páginas existen desde hace años.

De las más de 15 páginas identificadas por NewsGuard, una empresa tecnológica que analiza la credibilidad de las páginas web, la mitad siguen activas en Facebook, según pudo comprobar la AP.

Una de esas páginas, The Truth About Cancer (La verdad sobre el cáncer), con más de un millón de seguidores en Facebook, difunde desde hace años sugerencias infundadas de que las vacunas pueden provocar autismo u otros daños a los cerebros infantiles. NewsGuard la identificó en noviembre como “megadifusora de desinformación sobre la vacuna contra la COVID-19”.

Recientemente la página dejó de publicar información sobre las vacunas y el coronavirus. Ahora indica a los usuarios que se suscriban a su hoja noticiosa y visiten su sitio web para evitar la supuesta “censura”.

Facebook dijo estar tomando “medidas agresivas para combatir la desinformación en nuestras apps al eliminar millones de notas sobre COVID-19 y las vacunas de Facebook e Instagram durante la pandemia”.

“Las investigaciones revelan que una de las mejores maneras de promover la aceptación de las vacunas es difundir información precisa y de confianza, por eso hemos conectado a 2 mil millones de personas a información de las autoridades de salud y lanzado una campaña global de información”, dijo la empresa en un comunicado.

Facebook dijo estar tomando “medidas agresivas para combatir la desinformación en nuestras apps al eliminar millones de notas sobre COVID-19 y las vacunas de Facebook e Instagram durante la pandemia”. Foto: Altaf Qadri, AP

Facebook prohibió la publicidad que desalienta el uso de vacunas y dijo que agregó advertencias a más de 167 millones de publicaciones sobre la COVID-19 gracias a su red de socios verificadores de datos. La propia AP es uno de los socios verificadores de datos de Facebook.

YouTube, que en general ha evitado la clase de vigilancia a las que están sometidas otras redes sociales a pesar de que también ha sido fuente de desinformación, dijo que eliminó más de 30 mil videos desde octubre, cuando empezó a prohibir las declaraciones falsas sobre las vacunas contra la COVID-19. Desde febrero de 2020 ha eliminado más de 800 mil videos relacionados con información peligrosa o engañosa sobre el coronavirus, dijo la vocera Elena Fernández.

Sin embargo, antes de la pandemia las redes sociales no se habían esforzado en eliminar la desinformación, dijo Andy Pattison, gerente de soluciones digitales de la Organización Mundial de la Salud. En 2019, cuando un brote de sarampión asolaba el noroeste de Estados Unidos y causaba decenas de muertes en la Samoa Estadounidense, Pattison rogaba a las grandes empresas tecnológicas que ajustaran las normas sobre desinformación relativa a las vacunas, que temía que agravarían el brote, pero fue en vano.

Apenas cuando se desató el azote de la COVID-19 muchas de esas empresas empezaron a prestar oídos. Ahora se reúne todas las semanas con Facebook, Twitter y YouTube para analizar las tendencias en sus plataformas y las medidas a estudiar.

“Tratándose de la desinformación sobre vacunas, lo más frustrante es que existe desde hace años”, dijo Pattison.

Los blancos de esa represión suelen adaptarse con rapidez. Algunas cuentas recurren a términos mal escritos —como “vackseen” o “v@x”— para burlar los filtros automáticos y esquivar las prohibiciones (Las redes sociales dicen que son conscientes de ello). Otras optan por mensajes, imágenes o memes más sutiles para insinuar que las vacunas son inseguras o incluso letales.

“Tratándose de la desinformación sobre vacunas, lo más frustrante es que existe desde hace años”, dijo Pattison. Foto: David Zalubowski, AP

“Cuando mueres después de vacunarte, mueres de todo menos por la vacuna”, dijo un meme en una cuenta de Instagram con más de 65 mil seguidores para insinuar que el Gobierno estadounidense oculta las muertes causadas por la vacuna contra la COVID-19.

“Hay una diferencia muy sutil entre la libertad de expresión y la erosión de la ciencia”, dijo Pattison. Los difusores de desinformación “aprenden las reglas y se mueven en los bordes todo el tiempo”.

2020, el año de la pandemia… y la “infodemia”. Aquí 10 mitos que marcaron la desinformación sobre la COVID

martes, diciembre 29th, 2020

Este atracón informativo, sobre todo cuando incluía rumores y mensajes falsos viralizados, ha tenido efectos secundarios muy peligrosos, como la polarización social, el debilitamiento de las democracias o el desafío a la legalidad.

Por Desirée García

Madrid, 29 de diciembre (EFE).- En el año 2020 descubrimos que no sólo pueden enfermar las personas. Los virus también afectan a la información y sus consecuencias, en ocasiones, pueden ser las mismas: la muerte.

En enero se empezaron a conocer los primeros casos del nuevo coronavirus y, el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba oficialmente la COVID-19 como una “pandemia”.

Semanas antes, la organización ya había advertido de la existencia de una “infodemia” o sobreabundancia de información, rigurosa y falsa, sobre esta nueva enfermedad.

Este atracón informativo, sobre todo cuando incluía rumores y mensajes falsos viralizados, ha tenido efectos secundarios muy peligrosos, como la polarización social, el debilitamiento de las democracias o el desafío a la legalidad.

Si la sociedad ha enfermado, la salud pública es la que ha sufrido el golpe más directo de la desinformación.

Si la sociedad ha enfermado, la salud pública es la que ha sufrido el golpe más directo de la desinformación. Foto: Leszek Szymansk, EFE/EPA

En los primeros meses de la pandemia, dos hombres fueron atendidos en Catar tras ingerir gel hidroalcohólico. En India, 12 personas enfermaron por beber licor hecho con semillas de estramonio, una planta tóxica a la que un video publicado en redes sociales concedía la milagrosa capacidad de inmunizar contra la COVID-19.

Peor fue el rumor acerca de que el consumo de metanol (un tipo de alcohol no apto para consumo humano y utilizado en combustibles y disolventes) podía desinfectar el cuerpo y aniquilar el virus. Al menos 800 personas murieron tras consumirlo en Irán y otros países.

En aquellos días, el Presidente de EU, Donald Trump, sugería que inyectar desinfectante en pacientes sería un remedio contra la COVID.

Más allá de la muerte, son evidentes – aunque difíciles de medir – los daños que sobre la salud y la sociedad están provocando contenidos falsos como estos, los que más se han compartido durante 2020 en todo el mundo:

1.- LA PANDEMIA NO ES UNA MENTIRA

Pseudocientíficos, conspiranóicos y grupos negacionistas han intentado asentar la creencia de que vivimos una “plandemia”, un engaño orquestado por unas élites globales que la utilizan como instrumento para controlar a la población.

Al hacer estas afirmaciones, obvian que la propia OMS declaró la existencia de una pandemia o de que instituciones sanitarias, gubernamentales y académicas y medios de comunicación independientes de todo el mundo informan a diario de casos y muertes, que ascienden ya a más de 80 y 1.7 millones de personas, respectivamente, en 191 países.

2.- LAS MASCARILLAS NO SON PELIGROSAS PARA LA SALUD

En verano proliferaron los “antimascarillas”, que militaron en las redes sociales en contra del uso de este equipamiento médico porque, según decían, pueden provocar hipoxia, infecciones y hasta inflamación pulmonar.

En verano proliferaron los “antimascarillas”, que militaron en las redes sociales en contra del uso de este equipamiento médico porque, según decían, pueden provocar hipoxia. Foto: Andreea Alexandru, AP

En estos meses, sin embargo, autoridades sanitarias e investigadores han constatado que las mascarillas son una barrera efectiva y que su uso es seguro para la salud. La única precaución que debemos tomar es la de respetar sus consejos de uso y vida útil.

3.- LAS VACUNAS NO MATAN

Ninguna vacuna provoca la muerte ni lleva asociada una tasa de mortalidad, aunque así lo han intentado hacer creer grupos antivacunas, desde meses antes de que las farmacéuticas presentaran sus antivirales contra la COVID.

La vacuna de Pfizer, la primera que se ha administrado en Europa, puede provocar cansancio, dolor de cabeza, muscular o en las articulaciones, fiebre, escalofríos, según el prospecto. En casos raros (1 por ciento), pueden tener efectos secundarios como malestar general e inflamación de los ganglios linfáticos.

4.- LA COVID-19 NO SE HA EXPANDIDO A TRAVÉS DEL 5G

Las teorías que sostienen que el 5G es nocivo son tan jóvenes como esta tecnología , que todavía se está desplegando, pero han arraigado aprovechando la pandemia: el gancho es que se puede contraer el coronavirus al usar redes de quinta generación.

No obstante, no hay pruebas de que haya relación entre la exposición a estas tecnologías y la salud. De hecho, expertos aseguran que es físicamente “imposible” la interacción entre las ondas de las redes de telecomunicaciones y un virus.

5.- LAS VACUNAS NO ESTÁN HECHAS CON MICROCHIPS NI TEJIDOS DE ABORTOS

Los antivacunas también han boicoteado los antivirales contra la COVID-19 afirmando que contienen ingredientes tan peligrosos como extraños.

Dicen que estos medicamentos llevan microchips, un dispositivo que a día de hoy no puede introducirse en una solución inyectable, o tejidos procedentes de abortos, cuando lo que emplean algunos medicamentos son nuevas células creadas en laboratorio, replicadas a partir de dos abortos muy concretos realizados en los años 60 en Suecia y el Reino Unido.

Los antivacunas también han boicoteado los antivirales contra la COVID-19 afirmando que contienen ingredientes tan peligrosos como extraños. Foto: Nam Y. Huh, AP

6.- LA VACUNA DE LA GRIPE NO HA PROPAGADO LA COVID

Antes de la campaña de vacunación de la gripe circularon mensajes que aseguraban que el contagio de la COVID-19 había empezado realmente en octubre de 2019 con la inyección de vacunas contra el virus de la influenza “contaminadas”; el coronavirus, según esta teoría, habría permanecido latente en el organismo de los enfermos hasta aflorar meses después.

De nuevo, se trata de una afirmación sin fundamento científico. El SARS-CoV-2 no tiene relación con el virus de la gripe y haberse inyectado ese antiviral no aumenta el riesgo de contraerlo.

7.- NINGÚN ALIMENTO PUEDE CURAR LA COVID

Comer alimentos alcalinos con pH elevados no elimina el coronavirus ni evita su contagio, ni siquiera altera la pH de la sangre. Tampoco funciona tomar café, ajo, beber mucha agua, tomar té con bicarbonato o vitamina C. De hecho, no hay evidencia de que ningún alimento proteja contra el coronavirus.

8.- UNA SOPA DE MURCIÉLAGO NO ORIGINÓ EL VIRUS

La paciente cero del coronavirus que originó la pandemia en la ciudad china de Wuhan no se contagió por tomar una sopa de murciélago, como predicaba uno de los rumores que estrenaron la infodemia. Aunque el origen exacto del SARS-CoV-2 sigue siendo incierto, por el momento se desconoce qué animal concreto ni en qué lugar preciso se trasmitió el virus a los humanos. Además, la OMS incide en que la comida no es una vía de transmisión.

9.- BILL GATES NO DIJO QUE LA VACUNA MATARÍA A 700 mil PERSONAS

Al cofundador de Microsoft y multimillonario estadounidense Bill Gates se le ha vinculado con la pandemia desde muchos grupos conspirativos, que le acusan de diseñar un plan para crearla y propagarla junto a otros miembros de una oscura elite mundial.

Una de las supuestas pruebas aportadas en estos mensajes es que Gates advirtió en una entrevista de que la vacuna contra la COVID-19 podría matar a 700 mil personas.

En enero se empezaron a conocer los primeros casos del nuevo coronavirus y, el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba oficialmente la COVID-19 como una “pandemia”. Foto: Jeff Roberson, AP

Sus palabras fueron tergiversadas: el magnate dio esa cifra para referirse a las personas que podrían sufrir algún efecto secundario (no fallecer) si se inyectaran los antivirales, no a los posibles muertos.

10.- NINGÚN HELICÓPTERO HA FUMIGADO NI VA A FUMIGAR A LA POBLACIÓN CONTRA LA COVID

Finalmente, hubo helicópteros que cruzaron todas las fronteras durante la pandemia… a través de las redes sociales.

Un mensaje se repitió con formatos y palabras distintas en los países que empezaban a confinarse: aeronaves surcarían el cielo para fumigar pesticidas contra el nuevo coronavirus.

Aparecieron en España, Reino Unido, Filipinas, Sri Lanka, China… Y desaparecieron igual que llegaron: sin dejar rastro de un origen y un propósito que, todavía hoy, son un misterio.