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¿Los materiales de las cápsulas de café son tóxicos?

viernes, julio 20th, 2018

La mayoría de las cápsulas están hechas de aluminio, en concreto están formadas por una capa de aluminio recubierta por una película plástica interna que lo aísla del café. También hay cápsulas de plástico e incluso de papel. El problema surge con el primero de los materiales, el aluminio. Desde el año 2013 aproximadamente, las cápsulas de café de aluminio van acompañadas de una de las noticias falsas típicas en alimentación que sigue los patrones típicos de un hoax (contenido falso o engañoso) sobre un alimento de alto consumo (el café) y de un tema de salud de gran sensibilidad (el cáncer).

Por Marta Chavarrías

Ciudad de México, 20 de julio (ElDiario.es/SinEmbargo).- El consumo de café lleva unos años asociado a las cafeteras expreso y a las cápsulas de café monodosis. Esta forma de consumir café es rápida, cómoda y ofrece distintas opciones y variedades de sabor. Desde sus inicios, en 1986 (cuando Nestlé creo la línea Nespresso), su presencia en el ámbito doméstico se ha generalizado cada vez más. El objetivo de este invento es disfrutar cómodamente en casa de un café expreso (del italiano espresso, que significa “rápido”), es decir, de una pequeña taza de café solo y fuerte, cubierto de una fina capa de espuma.

¿Cómo funciona este sistema? La máquina (cafetera) perfora la parte superior de la cápsula e inyecta agua a presión. De esta manera, los granos de café se hinchan hasta que alcanzan un tamaño cinco veces superior a su volumen. La presión dentro de la cápsula deforma la membrana de la base y la incrusta en las púas del fondo de la cafetera. El líquido llega a la taza tras pasar por un filtro.

¿SON TÓXICOS LOS MATERIALES DE LAS CÁPSULAS?

La mayoría de las cápsulas están hechas de aluminio, en concreto están formadas por una capa de aluminio recubierta por una película plástica interna que lo aísla del café. También hay cápsulas de plástico e incluso de papel. En este último caso, se usa un papel de filtro similar al de las cafeteras tradicionales.

El problema surge con el primero de los materiales, el aluminio. Desde el año 2013 aproximadamente, las cápsulas de café de aluminio van acompañadas de una de las noticias falsas típicas en alimentación que sigue los patrones típicos de un hoax (contenido falso o engañoso) sobre un alimento de alto consumo (el café) y de un tema de salud de gran sensibilidad (el cáncer).

La noticia falsa en cuestión dice que el café en cápsulas es cancerígeno porque contiene aluminio. Asegura que este tipo de café, que se somete a “una altísima presión (de hasta 50 bares)”, contiene residuos muy cancerígenos que luego se consumen. También afirmaba que Alemania había prohibido el uso de cápsulas en sitios gubernamentales.

La primera mentira es que las cápsulas se someten a 50 bares, cuando en realidad la presión es mucho menor, de entre 15 y 20 bares, durante unos segundos. También falla otro dato: el de la carcinogenicidad del aluminio. La EFSA lo desmentía en 2008, cuando concluyó que “es improbable que el aluminio sea cancerígeno humano en la exposición a través de la dieta”. La cantidad de aluminio que puede haber en una cápsula de café puede ser similar a la que contiene el papel de plata.

FURANO Y CAFÉ

Más que al aluminio, quizás debería prestarse mayor atención al furano, un compuesto orgánico tóxico que puede formarse a consecuencia de la reacción de Maillard, es decir, durante el tratamiento térmico de algunos alimentos y bebidas y que puede llegar a ser cancerígeno (entre carbohidratos, ácidos grasos insaturados y ácido ascórbico o derivados).

Según un estudio realizado en 2011 por el Departamento de Química Analítica de la Universidad de Barcelona y publicado en Food Chemistry, los niveles de furano detectados en el café difieren según se prepare en una cafetera exprés o mediante cápsulas. El café en cápsulas contendría concentraciones más altas de furano (43-146 nanogramos/mililitro) que el café normal, el descafeinado o el de cafetera de goteo. Entonces, los expertos atribuyeron estos niveles al hecho de que el café de las cápsulas está herméticamente cerrado, de manera que se impiden las pérdidas de furano (que es muy volátil).

Cápsulas de café después de ser usadas. Foto: Instagram nisarce

Pese a todo, los expertos reconocieron que los límites detectados están dentro de los niveles considerados como “seguros”. Para que los valores de furano alcanzaran niveles alarmantes, los expertos calcularon que una persona tendría que tomar un mínimo de 20 cafés de cápsula al día (considerando tazas de 40 ml y un peso corporal de unos 70 kg).

PROHIBICIÓN POR MOTIVOS MEDIOAMBIENTALES

Uno de los principales problemas de las cápsulas de café, más que sus efectos sobre la salud, tienen que ver con su eliminación. En su mayoría son de aluminio y plástico y, por su naturaleza, son difíciles de reciclar. Además, tenemos unos seis gramos de café en un envase que pesa tres gramos, es decir, mucha cantidad de envase por poca cantidad de comida.

El aluminio es difícil de reciclar porque lleva adherida una capa de papel difícil de separar. Y ahí radica su particularidad: un nuevo residuo con el inconveniente de que no puede tirarse o tratarse como un envase por su combinación de dos residuos que siguen cadenas de reciclaje diferenciadas. Por tanto, lo único fácil de reciclar es el café.

La prohibición de Alemania a la que se hacía referencia anteriormente, responde a la complejidad para reciclar las cápsulas de café. En concreto, la ciudad alemana de Hamburgo ha sido la primera en oficializar la prohibición en todos los edificios gubernamentales, considerando que este envoltorio, difícil de reciclar, constituye un importante derroche.

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El cambio climático afectará regiones productoras de café y productores dejarían de sembrar el grano: Estudio

lunes, septiembre 11th, 2017

Debido al cambio climático, las áreas para cultivar café se reducirán entre 73 y 88 por ciento hacia 2050 en escenarios cálidos, revela un estudio.

Washington, 11 de septiembre (EFE).- Algunas zonas de Latinoamérica que actualmente producen café podrían dejar de ser aptas para ese cultivo hacia 2050 a raíz de los efectos del cambio climático, según predice un estudio publicado hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

En cambio, algunas áreas en las que hoy no se produce café podrían utilizarse en el futuro para este cultivo, según esta investigación realizada por un equipo internacional.

“El estudio permite ver cómo el cambio climático podría modificar las áreas con capacidad de producir café, es decir, en qué zonas se perderá o ganará aptitud para este cultivo”, dijo a EFE Pablo Imbach, investigador del Centro Internacional de Agricultura Tropical de Vietnam, quien lideró este trabajo.

El análisis incluye áreas “que en el futuro no tendrán un clima apto para la producción de café, así como aquellas que no lo tienen ahora pero lo podrían tener en el futuro”, agregó Imbach.

La comunidad científica sabe que el cambio climático causará cambios en los cultivos y en las especies polinizadoras, lo que tendrá consecuencias en la disponibilidad de alimentos y en la economía de los pequeños productores.

“Sin embargo, no se había evaluado la manera en que los cambios en la distribución de las abejas se acoplaban a los cambios en la distribución de las áreas aptas para producir café”, señaló el investigador.

En este estudio, el equipo creó un modelo con las distribuciones potenciales del café y de los polinizadores de ese cultivo bajo el clima actual y el que podría haber en un futuro en Latinoamérica.

Con ese modelo, buscaron comprender si las áreas que en un futuro serán aptas para la producción de café también serán adecuadas para las especies polinizadoras.

“Nuestros resultados sugieren que las áreas aptas para el café se reducirán entre 73 y 88 por ciento hacia 2050 en escenarios cálidos, una bajada entre 46 y 76 por ciento mayor a lo estimado en evaluaciones mundiales”, indica el estudio.

“Aunque hallamos una reducción en la aptitud para el café y en la diversidad de las especies de abejas en más de un tercio de las áreas que en un futuro serán adecuadas para el café, todas las zonas albergarán potencialmente al menos cinco especies de abejas, lo que indica la continuación de los servicios de polinización”, agrega el texto.

La revista Proceedings of the National Academy of Sciences advierte de las alteraciones en las regiones cafeteras a causa del calentamiento global. Foto: EFE

Los resultados de la investigación sugieren que las pequeñas áreas que en el futuro serán más aptas para este cultivo estarán en zonas elevadas.

En ese sentido, habrá una pérdida significativa de áreas aptas para el café en zonas con pocas montañas, como Nicaragua, Honduras y Venezuela, mientras que otros sitios verán una leve expansión.

En ese segundo grupo aparecen México, Guatemala, Colombia y Costa Rica, según enumera el equipo de investigación.

Según Imbach, al simular los efectos del cambio climático sobre el café y las abejas, la comunidad científica puede “entender la magnitud y sitios en que ocurrirán estos cambios”.

También a partir de un análisis con estas características, los especialistas pueden hacer recomendaciones a los productores “para apoyar su adaptación al cambio climático”.

El investigador sostuvo que aún es necesario ver qué alternativas hay “para los medios de vida de los actuales productores de café en tierras que perderán aptitud para el cultivo” y los efectos que podrían generarse en las nuevas tierras aptas para el café.