«Sólo cuando las personas que habitan dentro o cerca de los ecosistemas generadores de servicios ambientales se organizan pueden aprovecharlos correctamente».
Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).– «México necesita reapropiarse de sus espacios naturales. Requiere el involucramiento de la población en general, con sus diferentes grupos y sectores, para generar un aprovechamiento sustentable de sus recursos, [pues] todas las personas afectamos de una forma u otra al medio ambiente. No importa si éste es urbano o rural». Así dice (el) Corazón de la Tierra; o bueno, uno de sus fundadores.
Corazón de la Tierra es un Instituto jalisciense de desarrollo ambiental que durante más de una década ha impulsado proyectos de conservación y restauración de ecosistemas del país, y que a través de investigación, educación, capacitación y proyectos, ha logrado encaminar a diversos grupos sociales hacia la sustentabilidad ambiental, mediante el manejo integral de los ecosistemas en que habitan.
¿La clave?: la reapropiación de sus espacios naturales.
«Sólo cuando las personas que habitan dentro o cerca de los ecosistemas generadores de servicios ambientales tienen acceso a herramientas de conocimiento e información y se organizan, pueden aprovecharlos correctamente. En la conservación, es importante involucrar a actores locales, puesto que ellos son los más afectados», sostiene Alejandro Juárez Aguilar, director y fundador del instituto.
Ciertos de que algunos temas ambientales no estaban siendo cubiertos de manera correcta por parte de las instituciones del país, los especialistas en conservación y manejo ambiental del instituto se han dedicado a enseñar a las comunidades a cuidar y aprovechar de forma sostenible su riqueza natural. A apropiarse de sus recursos naturales.
“Ése es nuestro enfoque –platica Juárez– lo que más nos interesa es el fortalecimiento de capacidades de organización la gente de modo que conozcan el tipo de ecosistema en que se encuentran, y que entiendan cuáles son sus posibilidades en términos de cómo se puede aprovechar para que se mantenga sano.
“Porque ellos, que habitan dentro o cerca de los ecosistemas y que ven sus problemas ambientales de forma mucho más fácil, pueden involucrarse en proyectos de restauración, manejo forestal o aprovechamiento sustentable con posibilidad de éxito”, sostiene.
Hoy día, Corazón de la Tierra ha impulsado proyectos (finalmente realizados por los pobladores locales) de manejo forestal comunitario, ecotecnologías, ecoturismo, conservación de cuencas y educación ambiental en al menos cinco estados del país, generando no sólo beneficios ambientales, sino también socioeconómicos.
«Con estos proyectos das la posibilidad a estos grupos de que empiecen a mejorar el aprovechamiento de sus recursos, pero también les das la posibilidad de organizarse mejor para darle valor agregado a sus productos. Así en un mediano plazo, este enfoque se convierte en un un buen mecanismo para empezar a reducir niveles de marginación y pobreza, porque éstas siempre van asociadas a la degradación ambiental», explica.
Según el ecologista, alcanzar estos beneficios mediante la reapropiación de los espacios naturales, implica un cambio de enfoque por parte del gobierno, que actualmente tiene a explotar los recursos a un ritmo que no permite su recuperación o peor aún, de una forma errónea:
«Un ejemplo claro es cómo los terrenos en México se utilizan de una manera distinta a como deberían utilizarse: aquí perdemos bosques no porque los aprovechemos, sino porque establecemos zonas agrícolas y ganaderas: hay una lógica en la que los ecosistemas terrestres del país no se entienden en sí mismos como una fuente de riqueza, sino como algo que hay que quitar porque se tiene que sembrar o meter ganado.
«En ese sentido, se requiere conocer nuestros territorio y saber cómo deberían utilizarse, además de de una organización comunitaria que no implique una lógica de competencia [en términos de producción], porque con ésta siempre se pierde perspectiva y se acaba ejerciendo una presión excesiva sobre la capacidad de los ecosistemas», explica.
Según el Alejandro Juárez, éste requisito es una de las claves que permitirán en México una transición a un modelo sustentable: «se necesita un cambio de políticas publicas que apoyen estos proyectos, que pueden ser muy exitoso (hay muchos ejemplos).
«Estamos en un momento en que nos enfrentamos aun reto muy importante, mismo que tenemos que asumir. Sin ninguna exageración: tenemos el país en nuestras manos y la forma de conservar su riqueza es a través de una lógica distinta; una en la que podamos seguir generando lo que necesitamos para mantenernos vivos pero aprovechando los recursos de una forma que no sea agresiva para el medio ambiente. Y esto pasa, entre otras cosas, por esta reapropiación de nuestros espacios naturales», concluye.