La COVID-19 hace mella en países de todas las regiones, pero el embate es especialmente serio en potencias mundiales como Estados Unidos, Brasil, India, Arabia Saudí, Sudáfrica o Rusia, todas ellas miembros del G-20, que agrupa a las economías más poderosas del mundo. Para todas estas potencias, el Fondo Monetario Internacional pronostica contracciones de la economía, de entre el -9.1 por ciento (Brasil) y el 4.5 por ciento (India), en 2020.
Por Icíar Gutiérrez
Madrid, 5 de julio (ElDiario.es).– Seis meses después de que la OMS recibiera información sobre los primeros casos de una neumonía por causa desconocida, el número de personas que se han contagiado con coronavirus en todo el mundo supera los 11 millones. Tras meses de medidas sin precedentes, la pandemia continúa acelerándose y superando récords a lo largo y ancho del planeta, en muchas ocasiones en plenos procesos de desescalada. «Todos queremos que esto termine para retomar nuestras vidas. Pero la dura realidad es que todavía estamos lejos de conseguirlo», ha alertado recientemente la agencia de Naciones Unidas.
La COVID-19 hace mella en países de todas las regiones, pero el embate es especialmente serio en potencias mundiales como Estados Unidos, Brasil, India, Arabia Saudí, Sudáfrica o Rusia, todas ellas miembros del G-20, que agrupa a las economías más poderosas del mundo. Para todas estas potencias, el Fondo Monetario Internacional pronostica contracciones de la economía, de entre el -9.1 por ciento (Brasil) y el 4.5 por ciento (India), en 2020. Son algunos de los puntos más críticos en el mapa elaborado por ElDiario.es, tomando como referencia el recuento de la Universidad Johns Hopkins –que depende en gran medida del número de pruebas practicadas– donde se analiza la proporción de nuevos por millón de habitantes o si las infecciones están aumentando (azul) o bajando (verde) en una semana respecto a la anterior.
* Este mapa no muestra la frontera del Sáhara Occidental, territorio ocupado por Marruecos. Las fronteras recogidas en el mapa no han sido delineadas por ElDiario.es.
El virus avanza imparable, récord tras récord, en Estados Unidos. Sólo en 14 días se han confirmado más de medio millón de casos más de coronavirus en el gigante estadounidense, que sigue presentando una de las incidencias más altas del mundo: mil 702 infecciones nuevas por cada millón de habitantes en las últimas dos semanas. Este jueves, EU superó por primera vez los 50 mil contagios de COVID-19 en un solo día. El final de junio ha sido duro en la primera potencia mundial: ya batió su propio récord de casos nuevos la semana pasada y en los siete días posteriores, hasta el 1 de julio, ha contabilizado más de 40 mil infecciones adicionales durante cuatro días diferentes. Y puede a ir a peor: Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, ha alertado de que el país puede alcanzar «hasta 100 mil [casos] al día si no damos la vuelta a la situación».
El vertiginoso ritmo, que casi duplica el número de nuevas infecciones diarias registradas hace 14 días, viene empujado por el repunte de contagios en estados como Florida, Texas, Georgia o California. En el primer pico de abril, los puntos críticos se concentraban en pocas regiones, lo que ampliaba las posibilidades de contener la epidemia, como explica The New York Times. Pero esto no sucedió: las nuevas infecciones se estabilizaron antes de volver a estallar a finales del mes pasado y, ahora, el número de condados que son focos críticos –al menos una persona por cada mil diagnosticadas en las últimas dos semanas–, es casi 10 veces mayor, lo que complica todavía más la contención del virus.
Con la curva en ascenso, algunas partes del país se han visto obligadas a dar marcha atrás en el peligroso intento de normalidad alabado por Donald Trump: California ha anunciado nuevas restricciones en espacios cerrados, incluidos bares y cines, en 19 condados; Arizona ha cerrado piscinas, bares, gimnasios y cines, mientras Colorado y Michigan se han retractado de sus planes de apertura de bares. Este sábado se celebra la festividad del 4 de julio, lo que genera preocupación por posibles multitudes. Trump, muy cuestionado por su gestión, sigue negando el problema, asegurando que el coronavirus «simplemente desaparecerá» en algún momento y no ofrece una estrategia para hacer frente al repunte. Casi 130 mil pacientes de COVID-19 han fallecido en EU. Es, de lejos, el país que más fallecimientos asociados al virus ha contabilizado desde el inicio de la pandemia.
La evolución del patógeno no es mucho mejor en Brasil, que continúa como epicentro en América Latina y se mantiene como segundo país con más casos acumulados del mundo. La potencia sudamericana registra una tasa de contagios por cada millón de habitantes aún peor a la de Estados Unidos: 2 mil 381 en los últimos 14 días, sólo superada en la zona en estos momentos por Chile (2 mil 966). Las infecciones nuevas crecen a un ritmo imparable en territorio brasileño, con más de 37 mil de media cada 24 horas.
Alrededor de 62 mil personas han muerto desde el inicio de la epidemia, más de 6 mil de ellas en Río de Janeiro, la segunda ciudad más afectada después de Sao Paulo. No obstante, Río está pisando el acelerador en su desescalada de las medidas contra el coronavirus y ha abierto esta semana sus restaurantes, bares y gimnasios. «Espero que no tengamos una recaída y que no tengamos que volver atrás. Pero la economía sufrió un impacto enorme y estamos con un nivel de desempleo gigantesco», ha afirmado el alcalde de la ciudad, ante los temores sobre un levantamiento de restricciones demasiado prematuro que puede provocar más infecciones. Las primeras fotos de personas reunidas de fiesta sin mascarillas son, para algunos, una «tragedia anunciada».
Mientras tanto, el Presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha vetado este viernes partes de una ley que habría hecho obligatorio el uso de mascarillas en espacios cerrados donde se reúnen grandes grupos de personas, como iglesias y escuelas. Bolsonaro ha sido uno de los líderes más escépticos del mundo durante la crisis del coronavirus, minimizando la gravedad de la pandemia y censurando las medidas de distanciamiento social, por lo que ha cosechado numerosas críticas.
Tras Chile y Brasil, hay países latinoamericanos que también están experimentando una gran proporción de casos nuevos por cada millón de habitantes como, por este orden, Perú, Bolivia, Colombia o Argentina. A nivel económico, se prevé que la crisis que sufre la región será la mayor de su historia, con una contracción que superará el -5.3 por ciento, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Para el caso específico de Brasil, el organismo prevé una contracción de al menos el -5.2 por ciento para este año y un aumento de la pobreza de 5.9 millones de habitantes.
Los países del este del Mediterráneo, una región donde la transmisión de la enfermedad ha sido más tardía que en otras partes del mundo, han visto un aumento de las infecciones desde principios de mayo y ya acumulan más de un millón de casos a nivel mundial. Uno de los principales focos es Arabia Saudí que concentra junto a Irán y Pakistán más del 50 por ciento del número total de casos notificados en la región a la OMS. También tiene una de las incidencias más elevadas del mundo, mil 480 contagios en los últimos 14 días por cada millón de habitantes, aunque hay vecinos más pequeños donde esta proporción es mayor como Catar (la más alta), Bahréin, Omán y Kuwait.
Arabia Saudí, el más grande de los seis Estados árabes del Golfo y la principal economía de la zona, ha sobrepasado este viernes las 200 mil infecciones de coronavirus, cerca de 50 mil más que el 21 de junio, cuando culminó su desescalada y levantó el toque de queda impuesto en marzo en todo el territorio para frenar la propagación. El régimen saudí, no obstante, ha ordenado medidas de distanciamiento e higiene para evitar contagios y restricciones a los viajes internacionales. De acuerdo con sus cifras, mil 802 personas han fallecido con el virus.
La pandemia ha forzado a las autoridades saudíes a introducir limitaciones al hach, la gran peregrinación a La Meca y una de las mayores reuniones anuales del mundo, prevista para final de julio. Según anunciaron, restringirán severamente la asistencia a algunos fieles musulmanes que actualmente residen en el país. La crisis global provocada por el coronavirus ha impactado con dureza al mayor exportador de petróleo del mundo, donde los ingresos estatales se han reducido con el hundimiento de los precios del crudo. Además, el turismo, un sector incipiente en el país, se ha paralizado.
Con casi 650 mil infecciones, India es otro de esos países donde la curva continúa al alza, con nuevos récords prácticamente cada semana –esta ha rondado los 20 mil positivos en un día– que desafían seriamente su sistema sanitario sobrecargado, particularmente en lugares como Delhi. Sólo en los últimos 14 días se han identificado más de 253 mil infecciones en el gigante asiático, cuya ratio de contagios por cada millón de habitantes es baja comparada con otros países debido a su enorme población. 18 mil 655 personas han muerto con coronavirus, una cifra menor que otros territorios con un número similar de infecciones.
A pesar de los incrementos constantes, el país inició hace un mes la desescalada del mayor confinamiento de su historia, impuesto durante dos meses a sus mil 300 millones de habitantes para contener la COVID-19. La relajación de restricciones avanza, aunque las escuelas, cines, gimnasios y bares permanecen cerrados. Pero algunos estados han impuesto sus propios confinamientos en ciudades con un número de casos significativo. Esta semana, Maharashtra, donde se encuentra una ciudad clave como Bombay, ha impuesto nuevamente medidas estrictas hasta finales de julio y pide a los ciudadanos que no salgan de la casa si no es necesario. El Primer Ministro Narendra Modi ha dicho esta semana que desde que comenzó el alivio de las restricciones, «la negligencia en el comportamiento personal y social ha ido en aumento», con críticas a los habitantes que «pasan por alto» las pautas de distanciamiento social y lavado de manos.
Sudáfrica, que comenzó su desescalada en mayo, continúa siendo el gran foco de la pandemia en el continente africano, con mil 508 casos nuevos por cada millón de habitantes en las últimas dos semanas. Este jueves, ha informado de su mayor salto diario en las infecciones de COVID-19. 2 mil 952 personas han fallecido. Los últimos datos de la potencia africana muestran que su economía se ha contraído y se prevé que su deuda pública se va a disparar. Mientras tanto, Rusia continúa siendo el tercer país más afectado del mundo por el virus. En los últimos 14 días ha contabilizado 676 positivos por cada millón de habitantes. A finales de junio, el Primer Ministro, Mijaíl Mishustin, dijo que el desempleo ha aumentado 3.5 veces en plena pandemia.