El conflicto postelectoral más notorio de la Historia reciente, el surgimiento del #Yosoy132 y la defensa del santuario de Wirikuta constituyen la materia prima del nuevo disco de la banda mexicana, desde ayer a la venta
Rubén Albarrán comulga con el pensamiento que Trent Reznor, el líder de la agrupación Nine Inch Nails y un visionario de la música, plasmó en su álbum Year Zero, de 2007: «El arte es acción sin violencia. El arte es resistencia».
Para el vocalista de Café Tacvba, la banda mexicana de rock más popular, el lenguaje poético es el que transforma la realidad y la hace un poco más llevadera.
Albarrán está convencido de que se puede lograr una sanación a través del arte y el nuevo álbum de la banda, El objeto antes llamado disco, que salió ayer a la venta en su versión física y digital, es una prueba de cómo la música puede llevar un contenido social implícito sin alterar la belleza de las palabras y los sonidos.
El clima político que el país vivió en la época electoral, el surgimiento del movimiento social #Yosoy132, la manipulación mediática y lo que el músico llama “la imposición” de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de México fungieron como una fuerte influencia en el cantante de los Tacvbos durante el período en el que se gestó su séptimo trabajo discográfico, pensamiento que simbolizó en canciones como Zopilotes, Yo busco y Tan mal.
«Para mí, El objeto antes llamado disco representa el término de un ciclo y la celebración del inicio de uno nuevo, como soporte de la música, pero también llevado a lo social. El título del disco simboliza los cambios por los que actualmente atraviesa la industria discográfica, pero también es una reflexión sobre nuestros mecanismos, sobre nuestro soporte físico, el cual puede cambiar porque lo esencial está en otro lugar», explica Albarrán en entrevista con Sin Embargo MX.
Albarrán, el hombre de los mil pseudónimos y que para este disco adoptó como alter-ego al «Zopilote», resurgió en esta etapa con una visión más cósmica del mundo, resultado de su labor como activista en defensa del territorio sagrado del Wirikuta y su apoyo al #YoSoy132.
«Soy lo que está sucediendo y en la medida de mis posibilidades intento desaparecer o ser transparente, o ser solamente el medio por el cual se están comunicando situaciones o momentos», subraya el vocalista.
CAFÉ TACVBA ES #YOSOY132
El hecho de que para su nueva entrega discográfica, el cuarteto que completan los hermanos Joselo y Quique Rangel y Emmanuel del Real derrumbara las paredes de su estudio y lo hiciera itinerante, habla de un sentido de la inclusión bien arraigado en Café Tacvba. La banda eligió el Distrito Federal, Santiago, Buenos Aires y Los Ángeles para grabar su nueva entrega discográfica íntegramente en vivo ante unas cuantas decenas de afortunados fans.
«Hay una necesidad clara de que nuestras acciones sean incluyentes, en lugar de excluyentes. Lo excluyente cada vez se vuelve más obsoleto, más inmóvil, más oscuro, más muerto. Por el contrario, lo incluyente está más vivo, tiene más colores, es más ágil, más rápido. Lo incluyente tiene todas esas características de vida y lo excluyente de la muerte», dice Albarrán.
En su paso por la Ciudad de México, el estudio itinerante de los Tacvbos llegó hasta el Auditorio BlackBerry, foro que acogió al cuarteto para la grabación de su disco durante las noches del 9 y 10 de julio, apenas una semana después de los comicios en México.
Esas dos noches, la banda de Ciudad Satélite estuvo acompañada por el estadounidense Joe Chiccarelli, que junto con el argentino Gustavo Santaolalla produjo su nuevo disco que salió hoy a la venta en formato CD y DVD bajo el sello Universal Music.
Albarrán aprovechó el momento final de la grabación para manifestar su opinión sobre el clima político que vive México tras las elecciones federales del 1 de julio, en las que Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), resultó ganador en medio de acusaciones de que compró miles de votos.
“Los mexicanos vivimos un momento muy difícil. Pero ojalá no nos quedemos con la idea de la democracia, hay que vivirla. La sociedad civil tenemos que trabajar para hacer de México un mejor país. Nos tenemos que poner en acción”, expresó el cantante en aquella ocasión.
Al igual que Albarrán, Emmanuel del Real apoyó públicamente al Movimiento #YoSoy132. El tecladista participó en la primera marcha que el colectivo #MúsicosConYoSoy132, encabezado por Natalia Lafourcade, Carla Morrison, Niña Dioz y Panteón Rococó realizó del Ángel de la Independencia al Zócalo, en junio pasado, para promover el voto razonado e informado.
«Me parece que a veces tenemos el espacio para decir cosas, tenemos el entusiasmo, a veces no, pero particularmente hoy, me parece que se combinó el momento y el espacio. La sociedad civil está más unida que nunca y me parece que el discurso es hacer notar a los gobernantes que nosotros somos los que decidimos quién gobernará el país», dijo del Real a la agencia Associated Press.
«Venimos a decirle a la gente, principalmente a los jóvenes, que hay que estar pendientes, con la conciencia bien abierta y siempre bien informados. Creo que más allá de lo que suceda (después de las elecciones), hay que estar conscientes de que éste es un trabajo de todos los días, y pase lo que pase, hay que trabajar en equipo porque sólo así realmente generaremos un cambio», agregó «Meme».
El sentido de la inclusión que destaca Rubén Albarrán se ve reflejado en el pensamiento que el movimiento #YoSoy132 ha promovido.
«Los #YoSoy132 no es una persona, ni un grupo de personas, somos todos. Estamos viviendo una época en la que los egos se están destruyendo o nos estamos dando cuenta de que debemos dar paso a la inclusión. Entonces todos nos estamos influyendo, todos estamos dentro de este problema y esta solución», refiere el cantante.
«Es un momento increíble, de transición, en el que deberíamos de celebrar que tenemos la oportunidad de inventarnos de nuevo, ya llegamos a un fondo bastante profundo, necesitamos un buen apoyo para ir a otro lugar. Debemos reinventarnos e ir hacia otro lado», añade Albarrán.
«¡EL QUE NO BRINQUE ES PEÑA!”
Durante la gira que Café Tacvba realizó, previa al lanzamiento de El objeto antes llamado disco, del que se desprende el primer sencillo “De este lado del camino”, y con la que ha recorrido diversas ciudades de México, Estados Unidos y Sudamérica, Rubén Albarrán ha portado una camiseta con la imagen de Enrique Peña Nieto y la leyenda: «Él no es mi presidente».
Hace unos días, durante el cierre del «Hay Festival Xalapa 2012», donde los Tacvbos fungieron como el gran cierra en la jornada cultural, el vocalista gritó a la masa «¡El que no brinque es Peña!» a modo de invitarlos a brincar y a gritar más fuerte.
Según reportes de la prensa local, y algunos videos que se pueden encontrar en YouTube, la multitud respondió casi al unísono y algunos hasta respondieron con un: “¡Que chingue su madre Peña!».
“Es hora de despertar, de decirle a las mafias que gobiernan nuestro país que nosotros podemos bailar por nuestra cuenta. Decirles a aquellos que se despachan con la cuchara grande, a los políticos que les gusta servirse y no servir, que hay una juventud que hoy está despertando, una juventud que está abriendo conciencias. Gracias a todos los jóvenes del #Yosoy132”, expresó el vocalista ante un eufórico público.
Para Albarrán, el #YoSoy132 es un movimiento de personas que fungen como observadores, como líderes de opinión, como mariscales de ruta, en un país en donde el concepto de democracia está desgastado. Tan escéptico es de la política en México que el rockero confiesa que no tiene credencial del IFE.
UN CAFÉ CON SABOR REVOLUCIONARIO
En 23 años de vida, Café Tacvba ha recibido grandes bendiciones de la música, pero también ha podido cosechar cosas muy positivas y ha usado su popularidad para promover diversas causas sociales, políticas y ecológicas, entre las que destacan: su apoyo a las comunidades indígenas del país; al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); a los damnificados por desastres naturales y su labor para defender el territorio sagrado del Wirikuta de las mineras canadienses.
Porque si algo ha dejado muy claro el cuarteto de Satélite es que, ni la fama mundial, ni el reconocimiento otorgado por sus colegas y la industria musical, ni los múltiples premios recibidos, han hecho que deje de ser una banda agradecida y olvide el compromiso social que emana del rock.
“Estamos entre fuegos, entre las diferentes mafias, está el narcotráfico por un lado, y por el otro están los políticos, y en realidad nadie está trabajando por nosotros, y eso es evidente, entonces lo que tenemos que hacer es unir a la sociedad civil, ponernos en acción, crear esas alianzas, empezar a generar apoyo entre nosotros”, explica Albarrán.
Ya en la década de 1990, los Tacvbos unieron fuerzas con otras bandas como las hoy extintas agrupaciones Santa Sabina y Maldita Vecindad para realizar conciertos masivos bajo el título de «Muévete, gira por la libertad». Dichas agrupaciones buscaban reunir fondos para las comunidades afectadas por el conflicto armado en Chiapas, así como participar en actos públicos de apoyo y firma de manifiestos a favor de la paz con dignidad.
Pero el apoyo no se quedó solo en los conciertos masivos gratuitos, éste también fungió como inspiración para que los rockeros compusieran temas dedicados a la lucha insurgente.
En 1997, un colectivo de músicos hispanohablante encabezados por Café Tacvba, Paralamas, Los Tres, El Tri, Maldita Vecindad, Fito Paéz, Charly García, Andrés Calamaro e Illya Kuryaki & The Valderramas lanzaron un proyecto denominado «Juntos por Chiapas», un disco editado por los extintos sellos Manicomio-Polygram, con canciones inspiradas en el EZLN.
Café Tacvba contribuyó con «Flores de color de la mentira», pieza que abre la lista de temas del disco. «El EZLN nos trajo una luz de esperanza, de pensar que puede haber un mundo mejor. Qué bueno que pase el tiempo y esa flamita se conserve y siga creciendo», dijo el vocalista.
En diciembre de 2003, los Tacvbos participaron en un concierto masivo para conmemorar la primera década de vida del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en la delegación Magdalena Mixhuca, ocasión en la que se reunieron 20 mil personas y en la que también participaron Santa Sabina, Maldita Vecindad, Resorte, Rastrillos y La Barranca.
«Gracias al levantamiento zapatista en 94 nos dimos cuenta que este país no era el sueño que nos hacían creer», dijo en aquella ocasión Quique Rangel, bajista de Café Tacvba, al diario La Jornada.
En junio de 2010, la banda también organizó un magno concierto en el Infield del Hipódromo de las Américas para cerrar sus dos giras internacionales “Sino” y la conmemorativa “20 años, 20 ciudades”. Dicha presentación tuvo un fin social bien determinado: las ganancias obtenidas de esa presentación serán destinadas a diversas instituciones.
El poder de convocatoria y el cariño que otras bandas como Sonidero Mestizo, Calle 13, Zack de la Rocha (Rage Against The Machine), Julieta Venegas, Enrique Bunbury y Ely Guerrra sienten por Albarrán y sus compañeros en Café Tacvba, hizo que éstos se sumaran a otra importante causa social en México y que participaran en mayo pasado en el Wirikuta Fest, en apoyo a la defensa del territorio sagrado del Wirikuta, asentado en el desierto potosino.
Esa noche, el Foro Sol de la capital mexicana se convirtió en una plataforma en la que se expusieron otras problemáticas que enfrenta México, como la violencia desencadenada por el narcotráfico y el crimen organizado.
El poeta Javier Sicilia, que encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, y el músico y activista mexico-estadounidense Zack de la Rocha, se sumaron al llamado para salvar Wirikuta, pero también se pronunciaron por la paz y a favor del Movimiento #YoSoy132.
Albarrán cree fielmente en que la unión de todos hará de éste un mundo mejor. El músico rescata un pensamiento de la religión budista que intenta aplicar en su vida diaria: «De los budistas aprendí que todavía tenemos muchas esperanzas en esta realidad que pensamos es la que rifa. Personalmente esperanza en la clase política no tengo”.