Susan Crowley
«Espero que yo pueda conciliar esas imágenes y transmitirlas a otros y a otras. Invocar el alma en otros seres y acompañarlos en este gozo absoluto que es escuchar, leer, observar y llenarse de esos inexplicables instantes».
Hoy, debemos escuchar a las víctimas y creer 100 por ciento sus historias, por increíbles que parezcan, pero eso las compromete a decir la verdad y no falsear situaciones para ganar notoriedad.
Especialmente ahora que ya no se puede evadir nuestra responsabilidad en los estragos del planeta, estas exposiciones están buscando dejar el glamour y concentrarse en las posibles vías de salvación de nuestro entorno.
«La documenta siempre ha pretendido ser un centro de experimentación en el que, lejos de lanzar una apuesta por lo seguro, se muestren distintas maneras de expresar el arte».
«Nadie puede quejarse de los beneficios que nos ha traído la tecnología, pero en el mundo del arte las cosas no necesariamente son así. Siendo la muestra del poder de una mente sagaz, que piensa más rápido y que va más lejos, incluso que una máquina, el artista no es necesariamente comprendido en su era».
En Memory Lost, Goldin nos permite caminar con ella por la oscuridad y la vertiginosa caída de un adicto.
La obra del artista norteamericano, Bill Viola, abreva de una técnica capaz de atrapar al alma en la perfección de lo inanimado.
«Experimentar la obra original en un museo, con las cédulas y textos de sala adecuados, transforma el conocimiento en una experiencia fundamental. Y es que, como diría Mircea Eliade, acudir al museo hace la diferencia entre lo que podríamos llamar el espacio ‘sagrado’ del ‘profano’».
«Guardar en la memoria no quiere decir ser un memorista insensible ni un pesado erudito que apila datos fríos, la erudición no necesariamente lleva a vivir una experiencia».
El chisme es una especie de virus que se propaga más rápido que la COVID-19, su capacidad de dañar no parece mortal, pero es definitiva.
Hace tiempo que algunos artistas dejaron de pintar cuadros hermosos, ventanas por las que solíamos asomarnos a paisajes idealizados que nos hacían soñar con la felicidad de la belleza.
«Si por un momento nos detenemos a pensar por qué estamos ahí, nos daremos cuenta de que es solo porque las redes lo decidieron. ¿Qué imagen o atmósfera nos evocan?, ¿satisfacen algo más allá de lo inmediato?, ¿nos dejan un buen sabor por el hecho de trasladarnos a una experiencia que nos cambie la vida?».
Ahora toca al arte ofrecerse como última víctima propiciatoria.
«Un buen comienzo, sin duda, es que la inclinación de la balanza coloca a lo femenino en un papel protagónico. El mundo del arte hace a un lado al artista hombre, blanco y occidental».
El arte existe entre muchas otras razones para expresar, de la manera que sea, lo más profundo y valioso del ser humano.
La labor del artista al entrar en una dinámica relacional es convertirse en el vehículo a través del cual distintas disciplinas.