Melvin Cantarell Gamboa
«(…) es necesario alentar la autoconstrucción social de organizaciones populares que presionen y obliguen al Gobierno a contribuir con los cambios que las condiciones materiales de la nación están exigiendo».
Si en verdad queremos entender la lógica de la violencia que anima el comportamiento de los cárteles del narcotráfico en México, habrá que empezar por analizar críticamente las acciones que se realizan antes de intentar redefinir la actual política de seguridad.
El narco en México en su proceso constitutivo es parte inseparable de la historia moderna del país; no es un fenómeno local tiene causas exógenas y endógenas, que tampoco debemos ignorar.
Calderón insistió en más de una ocasión sobre la humillación sufrida por el Ejército cuando él es el culpable de que se viva hoy en México una guerra civil no reconocida (se considera a una Nación en guerra civil cuando se rebasan los 100 mil asesinatos).
Lo inaudito ante los acontecimientos de Uvalde fue la tibia reacción de las masas en el país.
«Y no se evitará esa amenaza, ni se liberará a la selva del peligro, por más estridente que suene el llamado a salvarla, si no se ofrecen propuestas viables».
En 1931 llegó al kilómetro 47, hoy Escárcega, un grupo de ingenieros encargados de abrir la brecha del tendido de vía del ferrocarril del Sureste, que uniría a Coatzacoalcos con la ciudad de Campeche.
«Hay algunos grupos de Organizaciones No Gubernamentales, formados por personas que se consideran enteramente pragmáticas, sin ánimo de lucro, que realizan actividades de interés social, con amplia cobertura en los medios, pero de las que desconocemos el origen de sus recursos y cómo se financian, sus posiciones son confusas y fluctuantes (…)».
Todos deseamos vivir en un planeta tranquilo, pacífico y seguro; esto sucederá cuando las sociedades críen a sus hijos con ternura, dulzura y amor, pues los hará sosegados, apaciguados, prudentes, calmados y enemigos de enfrentamientos y discordias
El activismo de los conservadores se centra en desmedidos ataques al actual Gobierno; sin embargo, no esperaban la respuesta que los mexicanos de a pie han dado a esa ofensiva.
Los dueños de los medios, periodistas y los intelectuales orgánicos saben que una mentira repetida miles de veces puede pasar por verdadera y que en la actual sociedad el verdadero poder es el dinero y como buenos oportunistas, no por convicción, se ofrecen al mejor postor.
Dado que históricamente no existe un modelo educativo único ni definitivo, cada cultura debe desarrollar uno propio, según su realidad y conveniencia.
El para qué de la educación en el Occidente moderno optó por saberes inseparables del poder económico y tecnológico, cuyo desarrollo hoy amenaza al planeta, la existencia, la convivencia de las sociedades y a la humanidad entera.
A quienes inician su existencia en el mundo hay que prepararlos para vivir, a sentirse parte de un grupo, a considerar al otro y considerarse a sí mismo como un yo capaz de distinguir el bien y el mal en las relaciones intersubjetivas.
Cuando, históricamente, aparece el Estado, éste se arroga el derecho y la facultad de decidir cómo y de qué dotar a cada integrante de la colectividad para que viva en armonía con su mundo, al mismo tiempo que lo entrena para la conservación de tradiciones y costumbres que garanticen la permanencia de su cultura.
Me remitiré constantemente a la sabiduría porque, desde mi perspectiva, ambas, sabiduría y educación, son inseparables.