Catalina Ruiz-Navarro
Esta será una columna corta porque el chiste se cuenta solo. Resulta que la primera solución anunciada contra el gravísimo problema de acoso callejero contra las mujeres en Ciudad de México que ofrece el gobierno de Mancera es repartir pitos.
Hoy me gustaría ceder mi espacio en SinEmbargo a todas las mujeres que han tenido la valentía de contarnos la historia de su primer acoso, de manera anónima, a través del correo interno de la página de Facebook de (e)stereotipas. Agradecemos infinitamente su confianza, y queremos que muchos lean sus historias. Estas son apenas las treinta primeras historias que nos llegaron.
En lo que va del año, el City Manager de la delegación Miguel Hidalgo, Arne van der Woodsen aus den Ruthen ha mojado prensa y pixel con sus estrategias para “construir” una “mejor” cultura ciudadana en su delegación. Las comillas son porque en vez de construir nada mejor se dedicó a perseguir ciudadanas y ciudadanos, a ventilar su privacidad en las redes sociales, y a juzgarles al son de los comentarios online.
¿Se acuerdan de cuando en Aguascalientes, en 2013, alguien tuvo la grandiosa idea de hacer un equipo especial de sexy-policías mujeres en tacones, leggins, gafas oscuras y con el pelo arreglado de peluquería?
Hace casi un año, Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta, abusaron sexualmente de una menor de edad. No lo digo yo, lo dicen ellos, en un video que está rotando en redes sociales, en el que le piden “disculpas” a la niña y le dicen que le eche ganas, que va a salir adelante. A pesar de que existe una confesión en video del crimen, ya va casi un año, y no ha pasado nada, no se mueve la Fiscalía de Veracruz, y todo el mundo sospecha que la parálisis tiene que ver con los apellidos de los mirreycitos; el poder de sus padres.
Apenas marzo y ya tenemos candidatos al artículo de prensa más misógino del año.
Desde principios de la década de los ochenta, se señalaba que las mujeres no estaban presentes en las agendas de los medios mexicanos ni eran fuente de información, y menos aún eran consideradas como audiencia.
Este año, otra vez, todos los 20 actores y actrices nominados a un Oscar fueron blancos. Además, todas las nominadas a mejor película contaban historias de blancos.
El viernes pasado una jueza falló en contra de la cantante de pop Kesha, que buscaba liberarse de su contrato con Sony alegando que su productor, Dr. Luke Kornreich, había abusado de ella física, sexual, psicológica y emocionalmente durante diez años.
“Érase una vez dos exploradores que se encontraron con un claro en la jungla. En el claro crecían muchas flores y maleza”
Aplausos para Beyoncé que se tomó el medio tiempo del Super Bowl gringo para obligarnos a hablar de racismo.
La semana pasada rodó por las redes sociales una foto de los asistentes a la promulgación de la Reforma Política que cambia el estatus de “Distrito Federal” de la ciudad, que de ahora en adelante se llamará “Ciudad de México”. La foto fue tristemente célebre porque era un rotundo “Club de Tobi”: 16 hombres de traje sentados a la mesa.
Javier Duarte, escogió el peor momento para malinformar y confundir a los y las veracruzanas sobre sus derechos sexuales y reproductivos.
Resulta que existen unas personas que llamamos “hombres” y son de ciertas maneras: son altos y fuertes, con hombros anchos y pelo corto, son irascibles o decididos según los juzgue y en vez de ponerse tristes se ponen bravos.
Somos muchas las personas, en tantos países y de varias generaciones a las que David Bowie nos cambió la vida.
El año pasado hubo indignación generalizada en toda Latinoamérica porque Donald Trump dijo que los migrantes mexicanos en Estados Unidos eran “lo peor” de México