Greenpeace
01/02/2021 - 12:00 am
Alerta, podrían venir más residuos peligrosos a México
El comercio global de residuos plásticos permite a los países desarrollados mantener altas tasas de consumo de plásticos de un solo uso que después mandan como residuos a los países en desarrollo para su supuesto reciclaje.
Por Ornela Garelli*
Desde 2018, China tomó la decisión de cerrar sus fronteras a la importación de residuos plásticos no reciclables, de un solo uso, contaminados, tóxicos y peligrosos. Por décadas, este país asiático recibió miles de millones de toneladas de residuos plásticos, provenientes particularmente de países desarrollados, para su tratamiento y reciclaje. Sin embargo, detrás de esta decisión se esconde una historia de desigualdad entre países ricos y pobres, así como una realidad de impactos ambientales y sociales de la que México no se escapa.
El comercio global de residuos plásticos permite a los países desarrollados mantener altas tasas de consumo de plásticos de un solo uso que después mandan como residuos a los países en desarrollo para su supuesto reciclaje, elevando sus tasas de reciclaje de este material y pintándose de verde ante el mundo. Una injusticia muy grande, ya que la mayoría de los países receptores, que incluye naciones como Malasia, Vietnam, Turquía e incluso México, no tienen la infraestructura, los recursos ni la capacidad técnica necesaria para reciclar todos los residuos que llegan del exterior (ni los suyos propios).
Esta situación lleva a que buena parte de los residuos plásticos, que además van contaminados o sucios, terminen en vertederos, en la naturaleza o incinerados, agravando el problema de gestión de residuos locales y contribuyendo a la contaminación plástica que inunda nuestro planeta.
La decisión de China de cerrar sus fronteras a esta importación, una decisión soberana y adecuada para protegerse de este problema, ha tenido la desafortunada consecuencia de incidir en el incremento de exportaciones de residuos plásticos hacia otros países en desarrollo. El hecho de que uno de los principales exportadores de estos residuos sea Estados Unidos, levanta grandes preocupaciones sobre el incremento de su envío a México.
Esta problemática se recoge en el nuevo informe “Cuando la basura plástica nos alcanzó y nos rebasó”, el cual presenta datos alarmantes en torno a la importación de residuos plásticos en nuestro país. ¿Qué encontramos?
Con información de la organización The Last Beach Cleanup de octubre de 2020, podemos afirmar que durante este año se registró un incremento en las exportaciones de residuos plásticos de Estados Unidos al mundo, incluido México. Hacia países asiáticos dicho incremento fue del 32% de enero a agosto de 2020, mientras que para México fue del 29% en el mismo periodo. Los principales residuos importados son de plásticos como el PVC #3, PET #1, estireno #6, etileno #2 y #4, poliestireno PS #6, y plásticos mezclados que no son PET.
Asimismo, en agosto de 2020 hubo un récord en las exportaciones de EU a México siendo éstas de 6,7 millones de kg / mes. California fue el principal exportador, a través del puerto de entrada terrestre de San Diego; seguido de Texas, a través de los puntos de entrada de Laredo y El Paso.
El informe encontró que los datos mencionados difieren por mucho de los registros oficiales hechos por la SEMARNAT y la PROFEPA, un dato alarmante que muestra un subregistro por parte del gobierno mexicano. Para más información sobre este tema, y sobre los esfuerzos que se están haciendo en el marco de la aplicación de la Enmienda de Plásticos del Convenio de Basilea para controlar movimientos transfronterizos de residuos peligrosos, no olviden consultar el informe mencionado.
Por lo pronto, es muy importante mencionar que la decisión de China no debe significar que el «problema» se traslade a otros países. Más bien debe verse como la oportunidad para que todos los países desarrollen prácticas sostenibles de gestión de desechos plásticos y privilegien la prevención, evitando la generación de estos residuos mediante prohibiciones a los plásticos de un solo uso, haciendo valer la responsabilidad extendida del productor (REP) y desarrollando esquemas de economía circular.
México no es ni debe ser el basurero de Estados Unidos ni de ningún otro país. México debe lidiar con sus propios problemas de gestión de residuos y avanzar hacia modificaciones a la LGPGIR (Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos) que permitan combatir la contaminación plástica desde su raíz. Es decir, mediante la inclusión de la REP, para que sean las empresas, quienes ponen en el mercado los productos plásticos, las que se hagan responsables de los residuos que estos generan, además de que avanzan en innovaciones que les permitan distribuir sus productos libres de empaques y envases y mediante sistemas basados en la reutilización. El mejor residuo no es el que puede reciclarse, el mejor residuo es sin duda el que no se genera.
*Ornela Garelli es especialista en Consumo responsable y cambio climático
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