Las especialistas Amanda Gálvez Mariscal y Elvira Sandoval Bosch recordaron que los frijoles, así como otras legumbres, tienen un alto valor nutricional al aportar hierro, fibra, proteína y antioxidantes.
Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).– El consumo de frijol disminuyó entre mexicanos y mexicanas en las últimas décadas casi un 50 por ciento debido a que se considera como una «proteína de dieta de pobres», según especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el encuentro previo al 10 de febrero, Día Mundial de las Legumbres, la académica y especialista en Ciencias Bioquímicas, Amanda Gálvez Mariscal, notó que se menosprecia al frijol por considerarla una «comida de pobres», por lo cual el consumo pasó de 16 kilogramos por persona en 1980, a nueve kilogramos para el 2021, según datos del Panorama Agroalimentario 2021 de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sedar).
Además, los frijoles aportan proteína sin colesterol, baja en grasa y, al combinarse con la proteína de cereales, se consigue un valor nutricional casi igual que el de la carne.
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— Sala de Prensa UNAM (@SalaPrensaUNAM) February 8, 2022
“Si combino cereales con leguminosas tengo una proteína de tan buena calidad como la de origen animal. Lo mejor es que me voy a ahorrar las grasas saturadas”, coincidió Elvira Sandoval Bosch, coordinadora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana, de la Facultad de Medicina.
Los frijoles -así como las lentejas, habas y garbanzos- aportan también hierro, fibra, y ayudan a tener el colesterol bajo, lo que los convierte en una «excelente» opción alimenticia. Estudios indican que incluso la cascarilla de los frijoles está compuesta de antioxidantes, y tienen almidón resistente a la digestión, lo cual es beneficioso a la salud.
Su sustitución por productos altamente procesados, no su consumo, ha fomentado los altos índices de obesidad en el país ya que tienen grandes cantidades de carbohidratos, grasas y sal, notaron las especialistas.
A su vez, esto contribuyó a que México sea el primer lugar en obesidad infantil, y la niñez mexicana podría padecer de diabetes, problemas de colesterol y otros problemas de salud graves a largo plazo. «Por eso también tenemos un 11 por ciento de mortandad en casos de COVID-19, pues la obesidad implica que el organismo está inflamado y a ello se suma la inflamación causada por el virus SARS-CoV-2”, explicó Gálvez Mariscal.
Por último, las expertas resaltaron que el cultivo de leguminosas está vinculado al desarrollo sostenible, producción responsable y agricultura sostenible, pues tienen micorrizas y rhizobias, que son hongos y bacterias que ayudan a la fertilidad del suelo.
En términos de desperdicio, las leguminosas contribuyen a generar menos residuos porque se consume casi toda la planta, y su cultivo no genera la huella de carbono que sí deja la producción de alimentos de origen animal.
