Un análisis de InSight Crime prevé que las economías de grupos criminales como la Unión Tepito y el Cártel Jalisco Nueva Generación se vean golpeadas por el COVID-19, pues los viajes a China, donde están sus proveedores, están restringidos y envíos ilegales podrían ser más fáciles de detectar.
Por Chris Dalby
Ciudad de México, 20 de marzo (InSight Crime).– Los contactos en China proveen todo tipo de insumos a los grupos criminales mexicanos, desde artículos de lujo falsificados hasta precursores químicos para la elaboración de fentanilo. Con la propagación del coronavirus, los despachos de China se han agotado y los carteles empiezan a sentirlo.
En febrero, se supo que la Unión Tepito, que controla gran parte de los productos falsificados en la Ciudad de México, enfrentaba resistencia de negocios que se negaban a seguir pagando extorsiones debido a que habían dejado de recibir cargamentos de mercancía ilegal desde China, según información de MVS Noticias.
Por lo menos desde 2010 un grupo dentro de la Unión Tepito, conocido como “Los Marcopolos”, se encarga de viajar a China con decenas de miles de dólares en efectivo para adquirir ropa, joyería y accesorios de imitación para vender en las tiendas y mercados del centro de Ciudad de México, según a informado La Silla Rota. Como informó MVS Noticias, esta economía criminal es tan importante para las finanzas de la Unión Tepito como el narcotráfico.
En los últimos meses, «Los Marcopolos» han debido quedarse en casa por el confinamiento al que ha obligado el coronavirus, sin poder viajar a China. Esto ha dejado a los negocios desabastecidos y sin rutas alternativas de suministro.
Se dice que, a finales de enero, el grupo criminal informó a los comerciantes que se habían suspendido los viajes a China. Algunos de esos negocios, contrariados por pagar productos que no recibirán a tiempo, supuestamente amenazaron con dejar de pagar las extorsiones a la Unión Tepito. Es improbable que la situación cambie en los próximos meses debido a la continua propagación del virus.
Esta no es la única consecuencia posible que el coronavirus traerá a los cárteles mexicanos. Ya el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene problemas para abastecerse de químicos precursores de China para la fabricación de fentanilo, el opioide que ha causado miles de muertes en Estados Unidos y México.
El 5 de marzo, el programa de radio mexicano Nación Criminal, citando una fuente de la Fiscalía General de México, informó que el coronavirus había suspendido la cadena de suministros del fentanilo, pues los aliados del CJNG en China no podían despachar los precursores.
En respuesta, señaló la fuente, el CJNG puede tener que subir los precios y podría perder clientes frente a otros competidores. En 2020, hay una variedad más amplia de grupos criminales en México que compiten por el codiciado tráfico de fentanilo.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
El confinamiento global por causa del coronavirus puede golpear las economías legales e ilegales con la misma severidad. En los casos de las cadenas de suministros de la Unión Tepito y el CJNG esos problemas parecen estar apenas comenzando.
Los grupos criminales en toda la región sentirán la carencia.
Los países de toda Latinoamérica están cerrando sus fronteras y prohibiendo el transporte aéreo, lo que sin duda será un revés importante para economías criminales como el narcotráfico, el contrabando y la trata de personas.
Con la mayoría de aviones parados, los narcovuelos ilícitos, que se han convertido en uno de los fundamentos del narcotráfico en la región, pueden ser más fáciles de detectar.
Esta situación, que se prevé seguirá en pie durante varios meses, pondrá a prueba la resiliencia de las estructuras criminales. De manera muy similar a las empresas legítimas, grandes grupos como el CJNG, que operan en extensiones amplias de territorio y en múltiples economías criminales, tendrán mayor capacidad de resistir la recesión económica causada por el coronavirus.
En México, donde los grandes cárteles han sido especialmente vulnerables a la fragmentación, grupos como la Unión Tepito, que se concentra en una zona geográfica o depende de menos fuentes de ingreso, pueden verse en dificultades.
Aun así, los grupos criminales no serían nada si no fueran capaces de hallar oportunidades en una crisis. En El Salvador, después de que el Gobierno cerrara las fronteras por el virus, los traficantes de migrantes, conocidos como “coyotes”, subieron sus precios por facilitar el paso ilegal de personas y contrabando de un lado a otro de la frontera, según informó El Diario de Hoy.