A pesar de que gran parte de El Club gira alrededor del tráfico de MDMA, droga también conocida como éxtasis, el actor Alejandro Puente considera que el tema central de esta serie no se encuentra en la venta de anfetaminas sino en la turbia realidad que están viviendo gran parte de los jóvenes hoy en día.
Ciudad de México, 3 diciembre (SinEmbargo).- El Club, la nueva serie mexicana de Netflix, llegó a la plataforma conquistando no sólo al público millennial con un tema fuerte como el narcotráfico retratado de una forma más light, sino también al número 1 del Top 10 del servicio de VOD.
En entrevista para SinEmbargo, Alejandro Puente, Santi en El Club, platicó sobre su personaje, algunos de los temas que aborda la ficción y el éxito que ha sorprendido a la producción creada por Camila Ibarra, una joven de apenas 24 años de edad.
A pesar de que gran parte de El Club gira alrededor del tráfico de MDMA, droga también conocida como éxtasis, Puente considera que el tema central de esta serie no se encuentra en la venta de anfetaminas sino en la turbia realidad que están viviendo gran parte de los jóvenes hoy en día.
«La creadora Camila Ibarra supo qué engancha con la gente y desarrolló esa trama que tiene que ver con MDMA, pero lo interesante yo creo que es una historia que habla de miedos, de inseguridades, de sueños, de metas, de reconocerse a uno mismo y de dejar huella en el mundo», indicó.
Además de retratar la venta de MDMA a jóvenes de clase alta que radican la Ciudad de México, El Club también se adentra en uno de los problemas que está afectando a viejas y nuevas generaciones: el uso excesivo de la tecnología, los dispositivos móviles y las redes sociales.
Alejandro, quien comparte reparto con su tocayo Alejandro Speitzer, Minnie West y Jorge Caballero, hace énfasis en que, en efecto, las redes sociales ayudan a estar en contacto directamente con otros, sin embargo así como funcionan en pro, también lo hacen en contra.
«Hace una separación a veces entre lo que es real y lo que no, y debemos de recordarnos que esto es donde estamos», apuntó. «La falta de conexión no es un problema, simplemente es algo que está, es parte de nuestro día a día y tenemos que ir alrededor de eso: conectar», agregó.
En la ficción, la familia de Santi y Pablo, interpretado por Alejandro Speitzer, no puede mantener una conversación por culpa de la tecnología. La carencia de atención hacia el prójimo se hace presente en este núcleo.
El personaje de Santi, un joven con problema de adicción a los ansiolíticos y antidepresivos, representó un reto para Puente, quien confesó haber investigado sobre estos «cócteles», los efectos secundarios que causan y los síntomas de la ansiedad, para poder encarnar de la mejor manera este papel.
«Yo hice mucha investigación sobre qué se estaba metiendo, cuándo no, cuándo sí y cuándo había dejado de meterse ansiolíticos y antidepresivos», expresó. «Para mí fue importante entender de dónde venía o qué es la ansiedad que siente Santi constantemente y por qué recurre a eso», añadió.
Desde su punto de vista, Alejandro cree que el problema de su personaje es lo que pasa alrededor, «es demasiado para él soportarlo y por eso se adormece».
Asimismo confesó que esta producción, que se rodó en cuatro meses, requería estar al 100 por ciento o presente completamente muchos días a la semana. Uno de los días más difíciles para el actor fue la grabación del capítulo quince, en el que tuvo que estar desde las 2 de la tarde hasta las 5 de la mañana del día siguiente.
«Ese fue mi último día de rodaje, una secuencia solita que involucraba lluvia, estar mojado, casi me da hipotermia. Estuvo muy divertido».
El joven actor, que a los 15 años abandonó su carrera como violinista, confesó que en un principio no sabía cómo se iba a recibir la ficción en Netflix.
«Se siente muy bonito que la gente esté recibiendo esta historia como la están recibiendo, con este furor y que nos estén escribiendo».
Para Alejandro Puente, esta producción deja un mensaje positivo a sus espectadores porque «habla de cómo una mala decisión lleva a consecuencias que se van hasta las máximas, además de conectar y de dejar huella entre nosotros en el mundo».
A pesar de que aún no se sabe si El Club contará con una segunda temporada, el actor pidió a aquellos que aún no han visto la primera que «se den una oportunidad de verse a ellos mismos, a sus características, sus miedos, sus sueños en pantalla, lo cual no pasa siempre y menos si estamos acostumbrados a otro tipo de televisión».
«La van a disfrutar mucho, van a entablar relaciones con los personajes que son entrañables, van a reír, van a llorar, van a poderse entender y a nosotros como generación millennial«, concluyó.