De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016 (ENSANUT), a nivel nacional, sólo el 17 por ciento de la población lee el etiquetado y conoce la cantidad de calorías que debe consumir al día.
También, reveló que entre 2012 y 2016, se registró un incremento en la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad y de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes. Desde entonces se advertía de la necesidad de implementar un etiquetado frontal rápido de leer y de fácil comprensión.
Por Rocío Melgoza
Ciudad de México, 1 de octubre (EconomíaHoy).– Este martes, en la Cámara de Diputados se llevará a cabo la discusión de una reforma a la Ley General de Salud con la que se pretende implementar un nuevo Etiquetado Frontal de Alimentos y Bebidas Industrializadas (EFABI) para que el consumidor pueda tener información rápida, fácil y entendible sobre nutrimentos que son dañinos a la salud y así combatir la epidemia de obesidad y sobrepeso que aqueja a los mexicanos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016 (ENSANUT), a nivel nacional, sólo el 17 por ciento de la población lee el etiquetado y conoce la cantidad de calorías que debe consumir al día.
También, reveló que entre 2012 y 2016, se registró un incremento en la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad y de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes.
El próximo martes en la @Mx_Diputados aprobaremos una reforma para el etiquetado claro de alimentos https://t.co/ou8exgnjib
— Mario Delgado (@mario_delgado) September 30, 2019
Desde entonces se advertía de la necesidad de implementar un etiquetado frontal rápido de leer y de fácil comprensión.
El EFABI sirve para que los consumidores accedan a información de las características de los alimentos y bebidas industrializados y, en la teoría, facilitar la toma de decisiones saludables entre los consumidores.
Sin embargo, a pesar de que en 2015 se implementaron nuevas medidas como las Guías Diarias de Alimentación (GDA) con lo que se obligó a la industria a señalar el contenido de la «Grasa saturada», «Otras grasas», «Azúcares totales», «Sodio» y «Energía» en sus productos, esto no ha cambiado la tendencia a la alza de obesidad y sobrepeso para que los mexicanos modifiquen sus hábitos de consumo.
En diversos pronunciamientos, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) advirtió que la comprensión de este sistema de etiquetado contiene datos imprecisos y que era difícil de interpretar incluso entre estudiantes de nutrición.
Bajo este panorama, en la Cámara de Diputados se presentó una iniciativa para modificar el etiquetado, tomando como ejemplo experiencias del extranjero como Chile que desde hace tres años implementó un sistema con símbolos.
Hoy fuimos anfitriones de una reunión en la que conversamos sobre la salud de los mexicanos y la iniciativa para el etiquetado de alimentos.#DiálogoConTodos pic.twitter.com/viYHVD98Qg
— Olga Sánchez Cordero (@M_OlgaSCordero) September 19, 2019
Para el caso de México se adoptaría uno similar en forma de octágonos con los que se elimina el GDA y se pasa a un sistema de advertencia parafraseada.
EL ARGUMENTO EN CONTRA: «SE ATENTA CONTRA EL DERECHO A LA INFORMACIÓN»
Lorena Cerdán, directora del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) argumentó que el dictamen que está por discutirse atenta contra el derecho a la información de las personas y, aunque dijo, no era el tema central de la discusión, la nueva medida constaría a la industria aproximadamente 5 mil millones de pesos.
En conferencia de prensa señaló que la propuesta podría parecer simple «pero al final no nos permite decidir».
Cerdán utilizó como ejemplo dos barras de amaranto, una con arándanos y otra sabor chocolate. Ambas con el etiquetado de advertencia en octágonos que se propone en la reforma, por lo que lanzó la pregunta a la audiencia: ¿cuál elegirían?
La mayoría escogió tomando en cuenta su gusto, otros más, considerando que el chocolate podría tener más calorías.
En segundo plano quedó el etiquetado. Pero en el ejercicio, a las barras se les tapó con cinta adhesiva los valores que estipula el sistema GDA. Cerdán luego pidió quitarlas y volvió a preguntar ¿cuál elegirían?
La Comisión de Salud de Congreso de México votó 24-0 a favor de introducir el etiquetado frontal tomando como modelo nuestra #LeyDeEtiquetado.
¡Gracias a todos los que luchan por devolverle el derecho a saber lo que comen a las personas! @Contrapesomx pic.twitter.com/ETUmByOtVQ
— Guido Girardi (@guidogirardi) July 25, 2019
Algunos cambiaron su elección al tener visible el número de calorías, pero otros se percataron que, a pesar de que ambas barras tenían el mismo tamaño, el etiquetado GDA no mostraba que eran las mismas porciones.
La de arándanos mostraba que cada porción por envase tenía 150 calorías, mientras que la de chocolate decía que eran dos porciones y que tenía 284 calorías por envase.
Al ser cuestionada por representantes de medios sobre la diferencia, dio argumentos poco precisos y aseguró que también se trataba de una «trampa» del productor.
Sin embargo, expresó que al eliminar el etiquetado GDA y sólo poner los octágonos con advertencia no se describe al producto tal y como es y no permite que los consumidores comparen entre productos similares.
«ESTRATEGIA PARA CONFUNDIR»
Paulina Magaña, investigadora de Alianza por la Salud Alimentaria de la organización El Poder del Consumidor, indicó en entrevista para EconomíaHoy que los argumentos de ConMéxico son una estrategia para confundir a la población y presionar a los legisladores a votar en contra del dictamen.
Señaló que es mentira que se elimine información nutrimental, ya que si bien se retira el etiquetado de rectángulos GDA, el consumidor seguirá teniendo información más específica en la tabla nutrimental y listas de ingredientes que seguirán colocándose al reverso de los empaques.
«Este etiquetado de rectángulos es el denominado GDA y es el que está vigente en nuestro país; sin embargo, utiliza valores numéricos, calorías, porcentajes los cuales no son entendidos por la población ya que requieren de mucho tiempo para su interpretación, operaciones matemáticas y de un conocimiento avanzado en nutrición para poderlos entender», dijo Magaña.
Por lo anterior, considera que migrar a un sistema que sea más claro y rápido de entender como el de octógonos facilita al consumidor su elección.
Además, mencionó que uno de los problemas en México es que no hay un sistema estandarizado de porciones y que en la industria se toman medidas que muchas veces no son consistentes con el consumo de los mexicanos.
Explicó que aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que un valor nutrimental se haga con base en 100 gramos o mililitros para que se permita comparar productos de una misma categoría, muchas veces en la industria se hacen adaptaciones, además de que hay productos que no se consumen en porciones de 100 gramos.
RETROCESOS Y AVANCES
ConMéxico expresó que el sistema de etiquetado GDA que ya se tiene desde 2015 fue un avance y que es preferible perfeccionarlo a retroceder con su eliminación, además de criticar que se tome las experiencias de otros países en los que a su parecer, hablar de resultados de tres años con el caso de Chile es poco confiable.
Alianza por la Salud Alimentaria reiteró que el sistema funcionó en Chile, donde su Ministerio de Salud destacó la reducción de un 25 por ciento en la compra de bebidas azucaradas.
Además, informó que el 90 por ciento de las madres de preescolares, entienden y valoran positivamente los sellos de advertencia presentes en el etiquetado frontal.
Asimismo, en cuanto a la reformulación de productos se observó una reducción promedio de un 25 por ciento de azúcares, así como de un 5 por ciento a un 10 por ciento de sodio en los alimentos y bebidas.
Finalmente, Lorena Cerdan de ConMéxico hizo un llamado a que las autoridades prioricen, como raíz, implementar programas educativos que orienten a la población en la materia.
Mientras, Paulina Magaña, de Alianza Por la Salud, expresó que se ha visto que la educación «por sí sola no es un factor para modificar estos cambios cuando estás expuesto a la falta de información y a la disponibilidad de los alimentos, entonces la educación viene a complementar estas iniciativas pero no podemos verlo como la única solución».