Tal vez no te hayas dado cuenta, pero muchas veces resulta un reto tratar de identificar tu propio olor y mucho de esto tiene que ver con la fatiga olfativa, según la ciencia.
Por Andrea Núñez-Torrón Stock
Ciudad de México, 4 de enero (TICbeat/SinEmbargo).- Salvo que estés muy resfriado, el olfato nunca descansa, ni siquiera cuando duermes. De hecho un 80 por ciento del sabor se da a través del olfato. Cada mañana hueles el café recién hecho, la hierba cortada, la gasolina, el kebab de la esquina, la colonia nueva de la vecina o la tierra mojada. De hecho, según una investigación publicada en Nature, tu nariz puede detectar aproximadamente un trillón de olores. Y sin embargo, ¿nunca te has preguntado por qué no podemos olernos a nosotros mismos?
Todos tenemos una huella olfativa, excepto los gemelos, que desprenden el mismo olor. No obstante, muchas personas no son capaces de detectar su propio olor corporal, incluyendo el sudor, el olor a pies o el mal aliento, pese a que primeros vestigios del sistema olfatorio se distinguen antes que otros y las potentes neuronas sensoriales olfatorias se renuevan constituyen la única población neuronal que se renueva toda la vida.
Este fenómeno acontece porque los humanos somos propensos a lo que los científicos llaman fatiga olfativa; nuestro olfato simplemente se cansa por los olores familiares y deja de detectarlos. Pamela Dalton, psicóloga del Monell Chemical Senses Center en Filadelfia, explicó al Washington Post que filtramos los olores de siempre para dejar espacio para detectar olores extraños, como los que podrían alertarnos del peligro, como el olor de un incendio, o revelar la presencia de algo que queremos, como un alimento.
Cuando olores nuevos pasan a nuestro lado, los receptores olfativos detectan sus componentes químicos particulares y envían señales eléctricas a la corteza frontal de nuestro cerebro. A raíz de percibir este estímulo decidimos si necesitamos huir o acercarnos. En el caso de atascarse con el efluvio de los olores estándar, no seríamos capaces de detectar otros aromas más importantes.
Si quieres saber si hueles mal, algunos consejos que brindan desde Lifehacker son olfatear las prendas en lugar de la piel, frotarte el cuero cabelludo y oler tus dedos o lamer tu brazo y oler la saliva un par de segundos después para saber si tienes mal aliento.