Simón Barquera, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), alertó que de no lograrse una reducción efectiva en el consumo de bebidas azucaradas, los mexicanos que más padecerán diabetes y obesidad en los próximos años serán los adultos en edades productivas quienes tendrán más años de vida perdidos por incapacidad, lo cual afectará al país a nivel socioeconómico.
Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).- De incrementar el impuesto al refresco en un 20 por ciento por litro, se obtendrían alrededor de 20 mil millones de pesos que podrían ser invertidos en mejorar la salud de los mexicanos al evitar enfermedades como la diabetes y la obesidad, aseguró el doctor Simón Barquera Cervera, Director del Área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición en el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en entrevista para SinEmbargo.
La Secretaría de Hacienda anunció, apenas el mes pasado, un fuerte recorte a las finanzas públicas por falta de dinero y exceso de deuda.
El especialista aseguró que dicho aumento provocaría dos efectos positivos: por un lado, las personas reducirían el consumo de dichas bebidas, lo cual ayudaría a mejorar la salud. Por otro lado, dijo, se evitaría que el sector sufriera recortes en el presupuesto.
«[Con el aumento al impuesto] habría un aporte adicional de 20 mil millones de pesos que se podrían ocupar para cubrir las necesidades en el rubro de salud y no tener que recortar el presupuesto en prevención», puntualizó.
Prueba de ello, destacó, es que el impuesto aprobado por el Congreso en 2013 consiguió que se disminuyera «mucho» el consumo de azúcar en México. «Yo diría que ha servido, es la medida de salud pública del Gobierno federal mejor evaluada y que tiene la mejor publicación con impacto internacional», aseveró.
Incluso a inicios de este año, una investigación publicada en el British Medical Journal reveló que las compras de refrescos y bebidas azucaradas en México disminuyeron seis por ciento a lo largo de 2014 hasta llegar a un 12 por ciento en diciembre de 2016, gracias al impuesto de un peso por litro en estos productos.
El martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los países que utilicen la política fiscal para incrementar el precio de bebidas azucaradas como refrescos, productos isotónicos e incluso zumos 100 por ciento fruta, como medida para combatir la obesidad, la diabetes y la caries dental. En el marco del Día Mundial de la Obesidad alertó sobre la prevalencia de dicha enfermedad en todo el mundo, al asegurar que se duplicó entre 1980 y 2014, año en el que casi el 40 por ciento de la población mundial presentó sobrepeso.
Además, indicó que una de cada tres personas tiene sobrepeso y que 42 millones de niños menores de cinco años entran en esta categoría, o sea, once millones más que en el año 2000. Al mismo tiempo, reveló, la diabetes de tipo 2 se ha multiplicado por cuatro en los últimos treinta años, con 400 millones de adultos con esta enfermedad.
Subrayó que otros beneficios de duplicar el impuesto al refresco, son que en diez años se salvarían muchas vidas porque se podría reducir el gasto en diabetes y obesidad. «Es muy urgente aplicarlo [impuesto del 20 por ciento] porque estamos en una epidemia de las más graves, somos el país con más diabetes en toda América y uno de los países con más diabetes en todo el mundo», dijo la OMS.
«No hay líderes de opinión que puedan argumentar que el impuesto al refresco tendría un efecto negativo en la sociedad mexicana y para desacreditar la efectividad que ha tenido, instituciones, organizaciones, universidades y centros de investigación nacionales e internacionales que tienen que ver con la salud están totalmente a favor del impuesto al refresco», aseguró.
Esta semana, Un nuevo estudio reveló que entre 2001 y 2015, Coca-Cola Company y PepsiCo patrocinaron a 96 organizaciones de salud en Estados Unidos con el objetivo de minimizar la concientización sobre el vínculo entre los refrescos y otras bebidas azucaradas y la obesidad; e incluso presionaron en contra de 29 proyectos de Ley de salud pública que buscaron reducir el consumo de dichas bebidas.
Ante ello, Simón Barquera puntualizó que tanto en México como en el resto del mundo debe existir transparencia para evitar conflictos de interés. De igual forma hizo un llamado a las empresas refresqueras para que adquieran un compromiso social y apoyen los esfuerzos en salud pública nacionales e internacionales que proponen las instituciones del rubro, «más que tratar de pagar información o líderes que las contradigan», puntualizó.
El gravamen, señaló, afectaría a ciertos grupos como las refresqueras, pero finalmente en el largo plazo también se verían beneficiadas porque su interés está en vender «y para que México pueda comprarlos necesita ser un país productivo y crecer y México no va a ser productivo ni va a crecer a largo plazo si no está sano».
En cambio, de no lograr una reducción efectiva en el consumo de estas bebidas, en los próximos años quienes más padecerán diabetes y obesidad serán adultos en edades productivas, lo cual afectará al país incluso a nivel económico.
«En vez de estar trabajando y produciendo, van a tener más años de vida perdidos por incapacidad. De tomarse esta decisión [aprobar el aumento al impuesto], México sería visto como uno de los países con las medidas más valiosas y novedosas contra la obesidad y seguiría siendo considerado un caso de políticas de salud más exitosos y ahorraríamos muchos años de vida perdidos. Es una oportunidad que se podría tomar y tendría un gran impacto», resaltó.
Apenas hace un par de días, activistas de organizaciones no gubernamentales hicieron un llamado a las autoridades para que implementen medidas que contribuyan a la reducción del consumo de bebidas azucaradas, por ello planean entregar una caja con la “melcocha tóxica”, la substancia que contienen los refrescos que, aseguran, genera obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares y daños en los riñones, entre otros problemas de salud que han cobrado la vida de miles de mexicanos.
«No es satanizar algo que no consumimos, aún si disminuyéramos el consumo a la mitad seguiría siendo demasiado. Por eso es importante esta oportunidad, es una oportunidad de reducir el consumo, con eso ya ganamos, pero si además el dinero se utiliza para poder mejorar la atención y la prevención, pues ganamos el doble», concluyó Barquera.